La enfermera:
Nació el 1º de abril de 1918, en la localidad de Esquina, Provincia de Corrientes y la bautizaron con el nombre de Rosa Estanislada. Sus padres fueron Eusebio Diaz y Ramona Aguirre. Siendo muy pequeña muere su madre por lo tanto queda al cuidado de su abuela. A los 14 años ambas se trasladan a la ciudad de Santa Fe donde Rosa comienza a trabajar de niñera en la casa de la señora Mercedes C. de Roca a quien ayudaba en el cuidado de dos nenas. Allí la conoce Francisco Ugueruaga y al tiempo contraen matrimonio en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.
“Fueron a vivir a una casa ubicada en una esquina, allí nacimos yo y luego mi hermana Carmen. Recuerdo esa casa con su patio donde papá nos había colocado una hamaca. También recuerdo una hermosa muñeca que recibí en una Navidad.
Terminados sus estudios de enfermero a mi padre le ofrecen trabajar en el Hospital Regional de Lanteri, vinimos en tren, a mi me pareció un viaje ¡tan largo! Y encima llegamos de noche. Era el año 45 aproximadamente, en Lanteri había muy poco: el Almacén de Ramos Generales de Lanteri Hnos. donde funcionaba un teléfono a magneto, el Juzgado de Paz y el Correo. El Hospital tenia un buen edificio con casa para el director y otra para el enfermero, eran construcciones bien hechas, con cloacas y comodidades.
En esa localidad nacieron mis dos hermanos varones: Francisco Alfredo y Jorge Raúl”.
Rosita. Hija
Mientras don Pancho oficiaba de enfermero, Rosa se ocupaba de la cocina del Hospital, pero además también colaboraba en todo lo que podía pues las necesidades eran muchos y los recursos, escasos: debían atender partos, poner inyecciones, hacer curaciones y a veces recetar remedios.
“… había que hacer de todo, esterilizábamos, dábamos de comer a los enfermos, porque todo tenía que estar bien, ordenado y limpio …”.*
Después de siete años solicitaron el traslado a Santa Fe de la Vera Cruz, donde tenían su propia casa, pero la Provincia les otorgó el pase al Hospital de Reconquista. Aquí vivieron primero en una casa grande, especie de inquilinato, ubicada en la zona donde hoy está el Parque Industrial. Rosita recuerda que era amplia, con patios y jardines, de tal modo que le vino bien a su padre pues éste había traído las gallinas que criaba en Lanteri.
En el hospital no sólo trabajaba don Pancho, también lo hacia Rosa que había aprendido el oficio en la etapa anterior, especialmente cuando lo tuvo como jefe al Doctor Guillermo Pietropaolo.
Cuando inició sus actividades el Sanatorio Reconquista el mencionado médico, les pidió a Rosa y Pancho que pasasen a trabajar en éste, inclusive les habilitó un garaje amplio para vivienda. Esta clínica privada tenia entonces muy poco personal, Rosa estaba a cargo de las enfermeras y Pancho esterilizaba el instrumental. La eficiencia de doña Rosa le permitía ser “la mano derecha” del Doctor cuando tenia que hacer alguna cirugía hasta que comenzó a trabajar Raquel Cappózolo quien asumió la función de instrumentista.
Así es como fueron pasando los años, entre el trabajo compartido, la familia y la educación de los hijos. Pudieron construir su casa propia en calle Chacabuco, donde Rosa, ya jubilada recibía a sus ocho nietos y dos bisnietos.
En el año 1998, en el cumpleaños nº 126 de nuestra ciudad, la Municipalidad en representación de todo el pueblo le realizó un homenaje a Rosa Ugueruaga (así le gustaba que la llamen) por su vida al servicio de la comunidad.
Esta humilde mujer, de blanco guardapolvo, que atendía a los enfermos siempre con una sonrisa, con afecto, partió un día riguroso de invierno: el 11 de julio de 2007.
Datos: Rosita Ugueruaga. Hija. Entrevista realizada el 4 de agosto de 2014.
*Articulo: Una Hermosa Historia de amor y servicio. Diario EL NEA. 27 DE ABRIL DE 1998.