LAS HARINAS MILAGROSAS
”En la ciudad de Goya, situada a 7 leguas de esta localidad, sobre la margen izquierda del río Paraná, se abrió un gran comercio con Reconquista y Colonia y Frontera, pues entonces era esta localidad un desierto y como tal, se carecía de todo hasta las maderas para puertas y ventanas para las primeras habitaciones en un paraje donde las maderas eran producto natural y abundante, en tan grande escala, que en 28 años de continuada exportación no se han concluido.
Las “harinas milagrosas”, como entonces llamaban, o le decían, a las harinas traídas de Goya, que en esta se hacía uso de ellas únicamente en las grandes solemnidades religiosas o patrias, se pagaban en Goya como polvo de oro. Le decían milagrosas porque cuando abrían las bolsas se encontraban las galletas ya hechas y habitantes que las comían.
¡Qué comercio tirano y explotador! Los comerciantes que de ésta se costeaban a Goya para surtir sus reducidos negocios no eran considerados allá como seres humanos que tenían con su dinero y trabajo derecho a vivir como toda otra gente, sino unos borregos que se debían dejar completamente pelados, sin misericordia, así que estos comerciantes, iban por lana, como se dice vulgarmente, y salían trasquilados…”
La Anécdota, en la escritura original, corresponde al libro “Fragmento Históricos sobre la Fundación del Pueblo y Colonia de Reconquista”. Autor: Carlo Roselli. Año 1891.
LA PRIMERA PANADERÍA.
Si tenemos en cuenta la anécdota anterior, evidentemente, las panaderías eran muy necesarias en el pueblo de Reconquista, aquí aportamos el dato de la primera de ellas:
En el año 1875 se estableció en este pueblo, un inmigrante de nombre Juan Pavesi, con su familia. En Censo Prov. de 1887 figura Pavesi Juan, 43 años, panadero procedente de Suiza, propietario.
Adquirió el solar Nº 74, en calle Hábegger esquina Roca donde poco a poco construyó los hornos a leña y demás instalaciones para un establecimiento de panificación en el cual se inició la elaboración diaria del producto. Con el mismo ritmo siguió edificando las dependencias destinadas a salón de ventas y casa de familia. La propiedad se extendió hacia el Este con un salón que años más tarde se alquilaba para actos o espectáculos públicos. Se lo denominaba “Salón Pavesi” (Solar 77. Plano del Pueblo de Reconquista Año 1906)
Se estima que este panadero administró su establecimiento hasta fines del siglo XIX ya que no se logró obtener documentos relativos a su persona, su familia y empresa. Salvo con respecto a su hija María Pavesi que figura en las planillas de exámenes de la Escuela de Niñas, con fecha 24 de diciembre de 1879, en el orden Nº 11, suscrita por la Comisión Examinadora.
En la década 1920/30, quien esto escribe, conoció la vieja esquina cuyos muros estaban pintados con el clásico tono rosado que usaban con frecuencia los albañiles de aquella época como don Basilio Alonso y otros, también se conservaban los hornos a leña. J. M. Lupis.
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