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MUJERES DE RECONQUISTA: LA HISTORIA DE DELIA ARGENTINA ERCILIA ITTIG DE VASSALLO

Literatura sin concesiones

Delia nació el 10 de mayo de 1937 en Reconquista. Sus padres fueron Evaristo Elías Ittig Pavarín y Argentina Martín Tejerina. Desde su niñez escuchaba al padre contar relatos y anécdotas sobre la abuela paterna, a quien no conoció debido a su temprana muerte, Ernestina Pavarín de Ittig, una mujer notable que falleció aún joven, cuando se desempeñaba como presidenta de la primera Sociedad Cooperadora de la Escuela Normal durante los años de su creación.

Distinta fue la relación con la abuela materna, Engracia Tejerina de Martín, porque con ella pudo conversar y conocer de primera mano los relatos de su vida difícil en los obrajes del norte santafesino y luego, al quedar viuda, las dificultades que tuvo al ocuparse de la crianza y educación de sus hijos. En su centenaria vida, Engracia, tenía mucho para contar.

Delia realizó sus estudios primarios y medios en el Colegio “San José” de donde egresó con el titulo de Maestra. Luego se traslado a la ciudad de Córdoba para cursar los estudios universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras de donde egresó en el año 1959 con los títulos de Licenciada en Lenguas Modernas y Profesora de Literatura.

Mi hermana fue brillante en todas sus realizaciones, porque era inteligente y muy responsable. En la carrera universitaria demostró sus cualidades. Sólo tuvo un obstáculo que le costó vencer: el idioma griego. Siempre solíamos hacer bromas al respecto.

Amalia Ittig

La ciudad de Córdoba, llamada la docta por su prestigiosa Universidad, había contado siempre con una población joven que arribaban desde distintos puntos del país y de otras naciones latinoamericanas para cumplir el sueño de realizar los estudios superiores con alta excelencia académica.

Entre esos jóvenes se hallaba Alejandro Vassallo Oré, oriundo del Perú, que cursaba su carrera en la Facultad de Medicina. Delia y Alejandro se conocieron e iniciaron una relación amorosa que culmino con el matrimonio el 29 de noviembre de 1960 cuando ambos ya eran profesionales. Después de un viaje al Perú se radicaron en Reconquista para comenzar la vida laboral de ambos. Con el correr del tiempo, llegaron los hijos: María Eugenia, Alejandro (Jano), Andrés y María Delia.

Delia desempeñó su profesión en la Escuela Normal “Juan Bautista Alberdi”, en la Escuela Nacional de Comercio y en el Instituto Superior del Profesorado N.º 4. A partir del 24 de marzo de 1982, ocupó la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Reconquista desde ese cargo, cumplido ad honorem, creó La Casa de la Cultura, organismo encargado de ejecutar las políticas y los programas culturales. Fue dotada de una organización que le permitió absorber dentro de su estructura a todos los organismos que ya existían y a los de reciente creación. Delia entendia, comenta Alejandro Vassallo Orre, que se debía dar respuesta al “derecho a la cultura” del hombre de Reconquista y su zona y al mismo tiempo resguardar el patrimonio cultural en función de la identidad de nuestra zona.

Delia Ittig de Vassallo fue en el campo de la educación y la cultura de nuestra ciudad y de la región, una reconocida profesional con destacada trayectoria en la docencia académica, siempre capaz de problematizar todos los campos del conocimiento, profundizando especialmente aquellos que se relacionaban con la lectura política, pedagógica, didáctica y literaria, en cuya naturaleza reconocía la posibilidad de poner luz sobre los estados de inocencia o ingenuidad para interpretarlas y despertar conciencias. La literatura latinoamericana, nacional y regional fue su refugio reflexivo y su búsqueda de verdades sociales.

Amó e hizo amar este continente sudamericano, en sus singularidades, a sus estudiantes y nunca dejó de ponerlo en dialogo franco con el universo político y literario. Fue una investigadora que sorprendía con sus hipótesis, ensayista que situaba su mirada en lo local con curiosidad inusitada, prestigiando la tarea de intelectuales, escritores, interpretes del arte en general que se revelaban a su entorno. Fue solidaria con proyectos editoriales de congéneres, promovió en la comunidad una visión de hacer cultura que se mantiene vigente en las estructuras del estado municipal. Así, en cada paso por los diversos ámbitos, desde sus cátedras hasta en el servicio en el leonismo, dejó huellas de su profunda generosidad al brindar su conocimiento y abrir las puertas al trabajo en equipo.

Testimonio de amigos, colegas y alumnos se recuperan en el lugar menos esperado ya que su palabra como su mirada se mantiene potente en interpelaciones inolvidables.

Delia fue para mí, como para muchísimos alumnos y colegas, una amiga, una docente excepcional, intelectual lucida, compañera amorosa, de profunda visión humana. Durante los años de dictadura creó en el Instituto del Profesorado N.º 4 (con sus propios libros y de los de amigos) una Biblioteca poblada de títulos prohibidos (en su mayoría) que llevaban el sello de “Gabinete” para que sus alumnos nos acercáramos a un material bibliográfico de proyección social y perspectiva latinoamericana, imposible de acceder sin esta mediación. Ni bien las circunstancias historias le dieron la oportunidad, fundó las bases de la Secretaría de Cultura Municipal, rango que, bajo su gestión, ad honorem, adquiriera, inéditamente, el área de Cultura hasta nuestros días.

Junto a su entrañable amiga Ruth Báez fundó el “Grupo Reconquista de Estudios Literarios”.

Abrió su corazón y las puertas de su casa a estudiantes curiosos en búsqueda de conocimiento especifico y abierto. Tuve la oportunidad de ser una de las convocadas a cada proyecto personal o profesional. Eso me llena de orgullo y cuando tuve que despedirla le dije: “Gracias Delia, por lo dado, porque de vos, como de mi madre, también he nacido”.

Laura Vizcay

 

Gracias, Delia Ittig de Vassallo.

Primero conocí a la profesora. Verla al frente del aula, parada al lado del pizarrón, infundía el máximo respeto. Comenzaba a desplegar sus clases y me quedaba (nos quedábamos) con el corazón en la boca, admirándola y pidiendo en silencio, que esa clase magistral, que nos regalaba cada semana, no se terminara.

Me preguntaba, una y otra vez, cómo esta mujer podía saber tanto y a su vez, transmitirlo de ese modo singular, tocándonos el corazón, haciéndonos amar la literatura, A Escorza, Ciro Alegría, Arguedas, Cesar Vallejo, Asturias, Roa Bastos. Conocer al “Tirano Banderas”, disfrutar de “Hombres de Maíz”, “Pedro Páramo”, “El llano en llamas”.

Con su enseñanza comprendí, a través de la pluma de los escritores, cómo se fue forjando esta complejidad que llamamos Latinoamérica.  Y también pudimos ver bajo su guía textos de diferentes partes del mundo y como alimentaban -y se alimentaban- en cada uno de los diversos contextos.

Luego conocí a la otra Delia, la mujer, madre, esposa. La que me recibía en su casa para hablar de libros y de la vida. A la que enviaba mis textos y que ella, agradecida, me comentaba alentándome a seguir. Hubo un hilo invisible que nos unió, y que nos sigue uniendo, ahora, un poco más allá.

Gracias infinitas por todo lo que recibí. Siempre en mi corazón, querida Delia.

Patricia Severín.

Reconquista es una ciudad de colonos, comerciantes, ganaderos, torneros; ciudad burguesa pero también parida con el dolor del despojo, con el dolor empecinado del trabajo y con la sobra de una sangre mezclada de indios, soldados y colonos; ciudad nacida en el proyecto del 80, el gran proyecto que condujo hasta muy cerca nuestro, al país.

Delia Ittig de Vassallo.

A principios del año 2021, amigos, instituciones y comunidades educativas despidieron a Delia Ittig de Vassallo con un profundo sentimiento de perdida, pero guardando la brasa encendida de lo heredado: la visión de una realidad compleja, epocal, donde la justicia busca su lugar. Asuntos, todos, que tan bien supo enseñar.

Delia Argentina Ittig de Vassallo, Licenciada en Lenguas Modernas y Profesora de Literatura, se destacó no sólo en la docencia académica sino también como Secretaria de Cultura, sentando las bases de su organización que luego perduraría en el tiempo. Sus ex alumnos la recuerdan con afecto y respeto, por sus clases “magistrales”, porque fue generosa con sus saberes y les hizo amar verdaderamente la literatura.


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Tel: (3482) 573333 / 437800| [email protected]| Patricio Diez 374, Reconquista