En el año 1875 se estableció en el pueblo un inmigrante de nombre Juan Pavesi con su familia. En el Censo Provincial de 1887 figura Pavesi Juan, 43 años, panadero procedente de Suiza, propietario.
Adquirió el sola N.º 74, en calle Hábegger esquina Roca donde poco a poco construyó los hornos a leña y demás instalaciones para un establecimiento de panificación en el cual se inició la elaboración diaria del producto. Con el mismo ritmo siguió edificando las dependencias destinadas a salón de ventas y casas de familia. La propiedad se extendió hacia el Este con un salón que años más tarde se alquilaba para actos o espectáculos públicos. Se lo denominaba “Salón Pavesi” (Solar 77. Plano del Pueblo de Reconquista Año 1906)
Se estima que este panadero administró su establecimiento hasta fines del siglo XIX ya que no se logró obtener documentación relativos a su persona, su familia y empresa. Salvo con respecto a su hija María Pavesi que figura en las planillas de exámenes de la Escuela de Niñas, con fecha 24 de diciembre de 1879, en el orden N.º 11, suscrita por la Comisión Examinadora.
En la década 1920/30, quien esto escribe, conoció la vieja esquina cuyos muros estaban pintados con el clásico tono rosado que usaban con frecuencia los albañiles de aquella época como don Basilio Alonso y otros, también se conservaban los hornos a leña.
Julio Manuel Lupis
Oriundos de Trieste (Italia) en el año 1879 arribaron a Reconquista integrantes de un núcleo de inmigrantes dispuestos a establecerse aquí, entre ellos figura la familia Musimessi: Giovani, Gaetano, Elías y Sara. Se dedicaron a la fabricación de pan y productos afines. La ubicación de la cuadra, hornos, despacho y vivienda corresponde a la actual calle General Obligado a 845/865, vecinos de Rosario Isaía, comerciante y acopiador.
En el Censo Provincial de 1887 figura Muzimezi Juan, 46 años. Negociante patrón, italiano, casado con Isaía Vicenta de 40 años, también italiana y los hijos Teresa, Roque, Concepción (nacidos en Italia), Catalina, Cayetano y Luis (argentinos).
Desde Formia (Abruzzos, centro de Italia) llegaron a Reconquista Aquiles y Marcos Forte. Se instalaron en un solar sobre la calle General Obligado esquina Mariano Moreno y abrieron su propia panadería con hornos a leña. Ambos inmigrantes figuran como fundadores, entre otros, de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos.
Forte Aquiles figura en el Censo Provincial de 1887 como panadero italiano de 32 años, propietario, casado con Beatriz Ciani de 28 años, austriaca y una hija María Forte, argentina.
Los Forte denominaron “La Industrial” a su establecimiento donde continuaron trabajando sus hijos. Después de unos cuarenta años la panadería pasó a manos de Alberto y Alfredo Galfrascoli. En 1929 la tomó Daniel Mansilla y en 1930 la adquirió don Emilio Firpo bajo el nombre de “La Higiénica”.
En la Panadería de Firpo se hicieron las primeras medialunas de manteca, gracias a un maestro panadero de origen francés, Juan La Roquette, que arribo desde Rosario. En 1949, Esteban Forte, ex empleado de “Las Delicias”, Santa Fe, hizo los primeros alfajores santafesinos que degustamos aquí.
Horacio Beneventano
Emilio Crudelli, oriundo de Ancona (Italia) abrió un establecimiento de panificación en 1885, en el solar ubicado en calles Froilán Ludueña esquina Mitre. Posteriormente, en el año 1906 construyó su edificio propio de dos plantas en la esquina de Gobernador Iturraspe y Ludueña. El establecimiento se llamó “La Central”.
Fernando Latasa, español, nacido en 1863 en Pamplona, Prov. de Navarra. En 1892 instaló una panadería en calle Alvear N.º 1275. En ese entonces se llamaba “Los Toldos” por el predominio de la población aborigen. Acorde con la nacionalidad de su propietario la panadería se llamaba “La Española”. Trabajó incansablemente hasta 1929 y luego prosiguieron sus hijos.
José Corgnali, italiano de Trieste, de profesión panadero, se radicó primero en Goya luego en Avellaneda y en 1887 se trasladó a Reconquista. Era buen “maestro de pala” por eso los Forte lo ingresaron a su panadería como jefe de cuadra, pero ya en 1890 estuvo en condiciones de abrir su propio establecimiento al que denominó “Panadería La Italiana”, ubicada en calles Chacabuco y Rivadavia.
En el periódico “Voz del Norte” del 1 de abril de 1993 aparece este anuncio:
“Panadería Corgnali. Especialidad en pan y galleta elaborados con harina de primera. Pastas alimenticias Diabes, puramente para diabéticos. Precios módicos. Los pedidos de campaña se atienden con prontitud. Reconquista.”
Sus hijos, todos panaderos de oficio, se instalaron en 1934 en el edificio ubicado en la esquina de calles Alvear y Ley 1420, donde funcionó hasta hace poco tiempo a cargo de sus descendientes.
Bautista Castets, francés, nacido en Bigorre (Pirineos franceses), casado con Leticia Pessio, se instaló en 1904 con su familia en calle Bolívar, entre Hábbegger e Iriondo. Él era chacinador, fabricante de grasa, embutidos y jabón. Su hijo Raúl montó una fábrica de pastas, postres, pastelería y panificación en general, el 1 de enero de 1930 con el dinero obtenido de la venta bonos de la empresa de Luz y Fuerza. Al venderse esta empresa a la Compañía Suizo Argentina de Electricidad las acciones se pagaron cien veces más.
En el periódico El Independiente (mayo de 1905) apareció esta aclaración:
“Se pagarán $ 50 a la persona, que previo análisis, pueda comprobar que las masas que yo vendo, contienen grasa, firmado Raúl Castets, masitero”.
Aunque sus actividades de panificación al público comenzaron en 1930, con anterioridad se realizaban confituras.
Juan Nocetti, artesano panadero, proveniente de la Republica Oriental del Uruguay, se radicó en Reconquista hacia 1915, casado en Bienvenida Roveda. Su establecimiento se llamaba “Panadería La Oriental” y estaba ubicada en calle 9 de Julio al 1316.
En nuestro medio permanece el recuerdo de Juan Nocetti por haberse vinculado a los círculos sociales y deportivos. El 10 de enero de 1919 junto a Justo, Pablo, Marcos, Alberto y Víctor Manuel Buyatti, Benito y Alberto Roveda, Alberto Vrillaud, Celestino Lanteri, Ricardo Taboada y otros fundaron el Club Atlético Adelante.
Julio Manuel Lupis
Extracto del libro “De fortín militar a ciudad inteligente” de Mirta Vacou (2023).