De los “bigos” al mate»:
Nació en Vilna, Lituania, el 12 de octubre de 1897, en el seno de una familia polaca. Habían padecido las penurias de la Primera Guerra Mundial, cuando los campesinos escondían en los sótanos sus escasas provisiones porque cada vez que pasaban los soldados hambrientos, arrasaban con todo.
María se casó con Ignacio Schimanski en el año 1926 y decidieron emigrar a la Argentina.
Con mucho sacrificio reunieron el dinero necesario para el viaje, pero sólo alcanzaba para un pasaje. En 1927 vino Ignacio a trabajar en el ferrocarril, como tantos otros compatriotas. Tomó pensión en la casa de Enrique Acquaroli, quien era capataz de los peones del ferrocarril.
En Vilna habían quedado María y el pequeño Enrique. Pasaron tres amargos años para ella, deambulando de una casa a otra, porque dos bocas más para comer, pesaban en cualquier familia, aunque María lo pagaba con su trabajo de costurera.
En 1930 llegó por fin el pasaje y María pudo partir con su hijo. No sabía hablar ni una palabra en español y la travesía fue una odisea. El barco se demoró en Francia debido a los sucesos que ocurrieron en septiembre de 1930 en la Argentina: el golpe militar que derrocó al gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen, circunstancia que impedía el ingreso de inmigrantes al país.
Al llegar su familia, Ignacio alquiló habitaciones en la casa de Casimiro Barán, en Barrio Chapero, y al año siguiente construyó su propia vivienda en ese mismo barrio. Allí nacieron sus otros tres hijos: Lala (en polaco quiere decir “muñeca), Eduardo y Lola.
María se dedicó a criar a sus hijos al aprovechamiento de la tierra que rodeaba su casa, allí cultivaba la huerta y el jardín, también plantó árboles frutales y levantaron un horno de adobe para hacer el pan. El pasto que quedaba libre servía de alimento a su vaca lechera, “Carlota”.
“Mi madre era muy trabajadora, nos confeccionaba la ropa, se ocupaba de todos los trabajos hogareños. De hacer el pan y ordeñar a Carlota.
Recuerdo algunas comidas de tradición polaca, por ejemplo el “borch” que es una sopa de remolacha que se toma acompañada de crema de leche. Entre las pastas hacía “varenikys”, sombreritos rellenos de papa bien condimentada, los “bigos” son guisos de repollo con carne de cerdo y panceta. También hacía torrejas de papa rallada, condimentadas y fritas, se llaman “blini”. La base de la alimentación polaca eran las papas, lo que más se cultivaba en ese territorio, pero mi madre, lentamente se fue “acriollando” en todo hasta en la comida y llegó a ser un asidua gustadora del mate”.
La hija destaca en su relato los nombres de Jesusa T. de Chapero e Inocencia Canga de Arguelles, dos mujeres que ayudaron mucho a su madre a aprender el idioma español y a integrarse a la comunidad. Recuerda también que ella era devota de la Virgen de Czestochowa, una de las principales devociones marianas de Polonia.
Esta familia regresó a su tierra natal para visitar a sus parientes, cuarenta años después de su emigración.
María Szostco de Schimanski falleció quince años después de Ignacio pero en la misma fecha.
Datos aportados por:
Lola Schimanski de Romero, hija.