Este martes inicia en los tribunales de Reconquista el juicio oral a los médicos Carlos Gastón Martelli y Ricardo León Montyn, acusados de homicidio culposo por la muerte de Matías Oviedo, el 27 de noviembre de 2019.
Matías Oviedo tenía 34 años, trabajaba en la EPE, estaba en pareja y era padre de un niño. Su cuadro comenzó con fiebre el lunes 25 de noviembre y derivó en un agravamiento fulminante: murió apenas 36 horas después. Su familia siempre sostuvo que hubo fallas graves en la atención médica y pidió una investigación al Ministerio Público de la Acusación.
El fiscal Sebastián Marichal imputó a ambos profesionales el 31 de diciembre de 2023, al considerar que incumplieron el deber de cuidado y que actuaron con impericia al no disponer la internación inmediata del paciente. Ese criterio fue respaldado por dos instancias periciales: la Junta Médica Forense de la Provincia de Santa Fe y la Cátedra de Clínica Médica de la Universidad de Buenos Aires, que coincidieron en que el estado de Oviedo exigía una intervención urgente.
Los acusados atendieron al joven primero en un sanatorio privado y luego en el Hospital Central de Reconquista, antes de que fuera derivado a una clínica de Avellaneda, donde finalmente falleció con un cuadro de septicemia grave.
“Mientras más uno revisa lo que pasó, más ve cosas que se podrían haber hecho”
En la mañana de este martes, dialogamos con José Luis Oviedo, padre de Matías. Señaló que la familia llega a esta instancia convencida de que hubo errores graves en la atención inicial.
“Es una muerte que pudo ser evitada. En esta etapa, a punto de iniciar el juicio, uno revisa toda la secuencia de lo que pasó, y mientras más uno lo hace, más ve cosas que se podrían haber hecho. No lograron dar con el diagnóstico correspondiente.”
El relato del padre: las 36 horas críticas
Oviedo, en una entrevista pasada, relató en detalle la secuencia que ha investigado la Justicia:
- Matías el 25 de noviembre de 2019 se presentó a las 22:00 hs. en el Sanatorio Reconquista a pedir asistencia médica. Él estaba volviendo de un viaje, se sentía mareado y descompuesto y tenía algo de fiebre.
- Allí lo revisaron, le dijeron que debía permanecer internado pero que no había camas. Le indicaron que vaya a buscar asistencia en otro sitio. A las 23:00 se presenta en el Hospital Reconquista, lo revisaron, volvieron a inyectar y lo derivaron para que, al día siguiente, se presente por consultorio externo a un profesional urólogo.
- A las 6:00 regresó al hospital mucho más descompuesto, lo recibe la misma guardia de la noche anterior y termina ingresando a las 7:30, tuvo que esperar a la nueva guardia a las 8:00. Esta nueva guardia llamó al jefe de terapia intensiva porque así lo ameritaba, este último indicó que no había cama en terapia del hospital y que debían buscar otro lugar para derivarlo.
- Allí comenzó a funcionar el protocolo, a través del 107 se empezó a gestionar y encontraron que en el Sanatorio Norte de Avellaneda podían recibirlo. A las 12:00 lo trasladaron a aquel lugar, ingresando directamente a terapia intensiva. A las 13:30 el terapista le dice a mi hija y a mi nuera que Matías estaba grave y descompensado, que intentaban equilibrar los signos vitales y que su cuadro era tan grave que tenía un 15% de probabilidad de vida.
- Hasta ese momento no había diagnóstico y los médicos del Sanatorio Norte intentaban compensarlo. Nos dijeron ‘deberían hacerle una tomografía’, para eso debía ser trasladado al Hospital Regional pero no estaba en condiciones de ser trasladado. Al día siguiente Matías falleció.
- Después de su muerte, que fue un golpe de KO para toda la familia, empezamos a preguntarnos cómo en 36 horas, Matías pasó de estar viajando con la familia a fallecer. Nunca hubo un diagnóstico, los médicos del Sanatorio Norte nos dijeron que tenía una septicemia generalizada, una infección en todo el cuerpo que paraliza el sistema de salud de una persona, cuando llegó allí no se podía hacer nada.
- Martelli fue quien lo recibió la primera noche a las 22:00 en el Sanatorio Reconquista y él, viendo el cuadro de inflamaciones en la zona genital, le dijo que era para internarlo y allí mismo debieron buscarle una cama mediante el 107.
- Montyn, por su parte, lo recibió a las 23:00 en el Hospital, observó que el cuadro ameritaba que Matías sea internado y no lo internó. La figura es mala praxis.
Las audiencias
Martes, miércoles y jueves de esta semana pasarán testigos, tanto de la fiscalía como de la defensa. Semana próxima, el martes será la audiencia de alegato final, y el jueves se dará el fallo, detalló Oviedo.
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