El tiempo - Tutiempo.net
Oficial: Compra: $/Venta: $
Blue: Compra: $/Venta: $
Contado con Liqui: Compra: $/Venta: $
MEP: Compra: $/Venta: $
Riesgo País: puntos
Oficial: Compra: $/Venta: $
Blue: Compra: $/Venta: $
Contado con Liqui: Compra: $/Venta: $
MEP: Compra: $/Venta: $
Riesgo País: puntos

Lo que dejó la semana: Violencia sin límites

En realidad, este tema, más que tema es un gran problema. No es de ahora, viene de larga data, con un agravante importante, la falta de soluciones en tiempo y forma, origina que el problema se extienda y profundice cada vez más. La situación se vuelve cada vez más compleja. La violencia deja de ser ya una endemia para transformarse en una pandemia sin limites y el descontrol se torna un factor dinamizador.

La violencia sin fin. Este ultimo martes, mientras un vecino (Luciano) denunciaba telefónicamente hacer sido agredido por otro vecino (el “Oso” Rivero), este ultimo se hizo presente en los estudios de la radio y se trenzaron en una fenomenal discusión que parecía no tener fin. Se amenazaron mutuamente de muerte, palabras más, palabras menos. Solo la determinación de este periodista, permitió poner fin a la entrevista, que para nada fue un dialogo, todo lo contrario, un rosario de mutuas acusaciones y amenazas. La entrevista tuvo un abrupto final por decisión profesional. La pregunta es: ¿será que todo termina allí? ¿o es lo que es dable suponer, este fue un capítulo más de una historia sin un final deseable a la vista? Ya existen antecedentes de este tipo de desencuentros y sin ningún animo de ser alarmista, uno muerto y el otro preso.

Me quedé también con una sensación adicional de preocupación, después de haber vivido algo insospechado. El “Oso” llegó a la radio con su joven pareja y con un bebé en brazos. Mi desencanto fue todavía mayor: ¿qué podemos esperar de este bebé cuando sea niño, adolescente, joven, adulto, si es criado en un contexto social tan violento?

No es un caso aislado. Lo que nos tocó vivir al equipo de Vía Libre no es una excepción. Es una moneda cada vez más corriente y que no parece tener límites. Nada nos hace ser optimistas que algo bueno vaya a suceder, la violencia sin control genera más violencia.

Por la tarde, fuimos a realizar servicios a través de la institución a la que pertenezco -el Club de Leones-. Confieso, tengo la necesidad de expresarlo, finalizamos una jornada muy intensa con dos sensaciones absolutamente encontradas: la satisfacción por los servicios realizados, siempre hay más felicidad en dar que en recibir; pero al mismo tiempo, tremendamente derruido por estar en contacto directo con tanta violencia, pobreza e indigencia. Es comprobar en primera persona el frecto desbastador del maldito flagelo de la droga. Nada que no sepa o no lo haya visto en todos estos últimos años, pero el estar en contacto con quienes son victimas de esta porquería moviliza, interpela, lleva a preguntarnos o formularnos una serie de interrogantes: ¿no se puede hacer nada más, estamos haciendo todo lo posible, o solo queda (como algunos cómodamente afirman) arriar la bandera porque es una batalla perdida. ¿Será tan así? Confieso decir que me resisto a creer que ya nada tiene sentido, no quiero admitir y naturalizar la droga y la violencia como su directa consecuencia.

Delitos contra la propiedad. Son una consecuencia más de la maldita droga. Solo muy excepcionalmente se roba para comer. Nadie ignora que la pobreza y la indigencia no son nuevas, pero todavía parecen no tener techo. No obstante  esta salvedad, la inmensa cantidad de delitos contra la propiedad encuentran su causa en la droga. Un gramo de cocaína, pensar, se vende a 20 mil pesos. La historia ya es conocida, el drogadicto vende primero sus cosas hasta quedarse casi desnudo, luego roba a su familia y finalmente cualquiera termina siendo objeto de un robo. La vida para el adicto ya no tiene mucho sentido, todos los días saldrá nuevamente a robar.

Rosario está cada vez más cerca. Se sabe que este gobierno provincial lanzó una guerra frontal y sin cuartel contra el narcotráfico. Los números son muy elocuentes, los homicidios se redujeron considerablemente.

La gente en los barrios cuenta que algunos o dealers (repartidores de la droga) corridos de Rosario vienen a recalar por acá. Algunas de las peleas, como lo expresado al principio de esta editorial, puede que tengan su origen en una lucha por cuestión de territorios (lugar donde se vende la droga).

Realmente estamos muy mal, pero podemos estar todavía peor. Deseo que estos apuntes nos llamen a la reflexión, que sean movilizadores, que pensemos en que más podemos hacer. Luego será tarde para lamentos, por el bien de todos.

Les deseo una muy buena semana.

Lic. José Carlos Odasso

Compartir esto:

Te puede interesar Más del autor

Tel: (3482) 573333 / 437800| vialibrereconquista@gmail.com| Patricio Diez 374, Reconquista