La crónica da cuenta de los sucesos violentos del último miércoles en jurisdicción de la localidad de Tacuarendí, sobre la Ruta Nacional Nº 11. Miembros del movimiento social MTR (Movimiento Teresa Rodríguez) se manifestaban sobre la propia arteria internacional impidiendo el paso de los vehículos que por allí circulaban. Fueron sorprendidos por simpatizantes de Talleres, que procedían de Córdoba y tenían como destino final Resistencia, donde jugaban con Independiente por la Copa Argentina. Es un acontecimiento emblemático que debe ser considerado y motiva a una serena y profunda reflexión.
El poder de los movimientos piqueteros. Se trata de un fenómeno social (póngale usted el adjetivo calificativo que más le agrade) que fue creciendo con el tiempo y extendiéndose hasta situaciones jamás pensadas. Sin dudas, todo se fue de madre y los piquetes pasaron a ser un gran deporte nacional.
En realidad, su origen se retrotrae en gran medida a la primera década de este siglo, cuando los Kirchner llegaron al gobierno, continuaron con Macri y se fortalecieron y crecieron hasta niveles impensados con este gobierno de Alberto.
El vale todo. Los cortes de calles y rutas se replican también en otras formas de hacer política, a partir de muy diversos métodos lisa y llanamente de extorsión. Pensemos en los bloqueos a empresas, donde la familia Moyano es especialista en utilizar esa herramienta coercitiva de gestionar reivindicaciones. Las demandadas gremiales son respetables, pero ese derecho tiene como contrapartida ser ejercido sin vulnerar preceptos constitucionales y las leyes que de ella proceden.
El caso de un corralón de materiales en Resistencia fue un ejemplo muy emblemático. Un empresario de Gral. San Martín decidió tomar créditos bancarios, endeudarse en un país imprevisible y montar una empresa en la capital del Chaco. Moyano bloqueó el lugar con la pretensión que todos los empleados sean afiliados a camioneros. En Rosario, casi al mismo tiempo, se originó un caso semejante. Reconquista tiene también ejemplos al respecto.
Los bloqueos no se circunscriben ya a los Moyano. Se viene dando también en una empresa láctea, se trata de Lácteos Vidal, que fue objeto del bloqueo de su planta en Carlos Casares. El gremio en este caso es ATILRA y las dificultades operativas para la empresa, seguramente terminarán con su propia existencia. Acto mafioso fue el calificativo de algunos sectores políticos.
Lo más reciente y que mayor envergadura generó por su dimensión es el conflicto con las fábricas neumáticas. Lo llamativo es que la protesta llevó a que los manifestantes se apoderen del propio edificio del Ministerio de Trabajo. La cartera laboral debió evacuar el lugar ante la magnitud de la protesta. Este problema origina una cadena de inconvenientes, ya que otras tantas empresas necesitan de esos neumáticos para su producción (automotrices, autopartes, cosechadoras, etc.) La conferencia donde el gremialista perteneciente al Partido Obrero era en la oficina ministerial, increíble pero real.
El fútbol debería también rendir cuentas. Lo del miércoles en Tacuarendí es una muestra que se replica en la mayor parte de los clubes. ¿Quién financia los viajes de esta gente, las entradas y demás gastos? ¿Quién paga, cuando la mayor parte de ellos no trabaja? ¿Cómo se proveen de armas, drogas y demás artículos del submundo de este deporte tan maravilloso llamado fútbol? Estas preguntas tienen algunos indicios de respuestas con lo sucedido días atrás en el “apriete” a los jugadores de Colón en Santa Fe por parte de los barras bravas de la propia institución. Pero lo admirable es la condena para dos dirigentes del propio club “por haber facilitado la formación de grupos que delinquían en espectáculos deportivos y por encubrimiento”. Se trata del Vicepresidente Horacio Darrás y el vocal titular Lucas Alejandro Paniagua. Barras, delito y drogas están íntimamente emparentados.
Todos contra todos. Los memes sobre los sucesos violentos de Tacuarendí estuvieron al orden del día, ingenio nunca falta, sensatez y razonabilidad muy seguramente. La economista y candidata a gobernadora de Córdoba, Diana Mondino, a la que también entrevistamos en Vía libre, dijo en twitter: “Ganamos, corrimos a los piqueteros, hermoso miércoles”… “Dicen los piqueteros que no quieren más aumentos, con lo que cobraron está bien”. “Suspendido el corte, dicen gracias, no quieren seguir cobrando”.
Esto muestra el hartazgo social que los piquetes, tomas, bloqueos y demás actos de esta naturaleza generan en la mayor parte de la población. “Estamos podridos”, definen con meridiana claridad muchos de quienes son víctimas de este tipo de acciones delictivas.
La violencia no se soluciona con violencia. Lo de Tacuarendí es una muestra de lo que nos pasa a los argentinos por no respetar a la Constitución y sus Leyes. Dejamos de ser un estado de derecho para ser un país de hecho, donde el que tiene el poder de fuerza se impone aunque no le asista la razón. Esto explica también, aunque parezca difícil de relacionarlo, por qué 1 de cada 2 niños es pobre en la Argentina. Cuando nos preguntamos cómo nos va a los argentinos, Tacuarendí es un ejemplo. Debemos recuperar el valor de las instituciones, si realmente queremos ser el país que nos legaron nuestros padres y abuelos, el país que queremos para nuestros hijos y nietos.
Hasta la próxima semana.