Tips para reducir el pocosaludable del enlatado
Como ya charlamos, consumir conservas/enlatados/tetrabrik: NO ES LO IDEAL pero es preferible -por ejemplo- verduras, legumbres y frutas en conserva, antes que prescindir totalmente de ellas.
Cuando las circunstancias ameriten comprar enlatados la cuestión es: ¿qué cuidados tenemos al momento de elegirlos como parte de nuestra alimentación aún sabiendo que no es lo más saludable?
Siendo conscientes de la elección, podemos aportar acciones previas al consumo para disminuir un poco aquello que “no está tan copado”.
- Al momento de la compra: observá la fecha de vencimiento y no la lleves a casa si falta poco para que ésta se cumpla.
- Prestá atención al envase y asegurate de que no tenga ningún golpe, no esté hinchado ni abollado y que no muestre ningún signo de oxidación por más pequeño que sea. Cualquier deterioro puede provocar o ser consecuencia del crecimiento de gérmenes muy peligrosos para nuestra salud.
- Al momento de elegir qué enlatado comprar y cuál de todos los que el mercado ofrece; de forma general y teniendo en cuenta los aditivos y conservantes; te cuento que siempre habrá menos de éstos en las latas que contienen un solo alimento (si, si… ya sé acabo de restar puntos en la bendita “jardinera” que tantas veces salvó una ensaladita). Otra posibilidad es comprar las que indican expresamente que son bajas en sodio o que no tienen sal añadida, pero también es una leyenda del rotulado que abre discusión…
- Si se trata de frutas, es preferible elegir las conservadas en agua o en su propio jugo (no en almíbar), eso reduce la cantidad de edulcorantes y por ende las calorías. Algo parecido con el atún, que no sólo se vende conservado en aceite, sino también al natural que es el que te recomiendo elegir.
- Aunque tienen largo período de duración (por lo mismo que hablamos en la publicación anterior), te recomiendo no guardarlos demasiado tiempo -porque no son eternos- y como todo, no se mantienen en las mismas condiciones desde que se envasan hasta que “vencen” o van pasando tiempo en el envase. Aunque no pierdan el valor nutricional informado, puede cambiar su aspecto, textura y sabor.
- Deben almacenarse en un lugar fresco y seco (alacena o estantes sin humedad). Te aconsejo que la/s limpies previamente con un paño humedecido, pero que no moje del todo la lata o si esto ocurre secarla bien con un papel descartable. No almacenar en heladera.
- Antes de consumir: escurrí el líquido de las verduras y legumbres (o lo que sea que hayas comprado), es en el líquido de conserva donde se encuentra la mayor cantidad de sal. Además, para disminuir los agregados poco saludables lavar varias veces con agua segura y colar es la mejor opción.
- Si deseas “cocinar” lo que compraste, por empezar tené en cuenta que todo lo que esté dentro de la lata ya tiene una cocción previa, de todos modos para calentar, la mejor opción es retirar el contenido del envase (desechando el liquido de conserva, lavando y colando) y luego usar el método de calor/cocción que te sea más práctico.
- Una vez abierto, el alimento contenido en la lata se convierte en perecedero (como si fuese “fresco”); por lo tanto si no se usa todo el contenido, guardá el resto en otro recipiente apto para alimentos preferiblemente con tapa y en heladera. Nunca por más de 3 días.
Repetidamente te voy a aconsejar que elijas lo más casero posible; pero cuando sos consciente que tu posibilidad y/o elección del momento no es la más saludable que existe; siempre hay consejitos a seguir/acciones/tips que pueden mejorarla, además de claro: estar presente en el momento que estés viviendo al comer-nutrirte, para disfrutarlo y crecer saludablemente.
Lic. en Nutrición:
GONZÁLEZ, MA.DE LOS ÁNGELES.
M.P.: 1615