La mujer del Senador
Había nacido en París, Francia en el año 1867, hija de Pablo Roussel, francés y de Juana Bernay, suiza. Radicados en la Colonia Francesa llamada “El Molino” en la zona sur del pueblo (actual Bº Aeronáutico) Se dedicaban al comercio, así figuran en el Censo de 1887, ella con 20 años integrando el núcleo familiar junto a sus hermanos: León, de ocho y Ana con menos de un año. Al igual que otros niños de aquellos tiempos, Rosa recibió instrucción básica en su hogar.
Contrajo matrimonio con Nicolás Habegger, suizo-alemán, comerciante, establecido en Reconquista, con un hotel denominado “Hotel de las Naciones”. Era quizás el hombre más culto de este pueblo, Doctor en Letras, egresado en Suiza. Participaba de las ideas más avanzadas de su época. Pero no sólo le interesaba el progreso material sino también el de las ideas, fue un activo miembro d la Unión Cívica Radical, en Reconquista constituyo un centro político extranjero del cual fue su presidente y en 1916 ocupó una banca en el Senado Nacional. Fue además el más destacado miembro de la Masonería en el norte santafesino.
Los hijos de este matrimonio fueron: Nicolás, Alicia, Rosa y Blanca. Estas últimas estudiaron en Buenos Aires: Pintura y Arte Decorativo. Blanca se destacó en Pintura y Rosa en repujado y bordado.
Los hijos no hablaron nunca el alemán, idioma de su padre, sino que en su hogar e incluso en las cartas que escribían, lo hacían en francés, lengua de su madre y de sus abuelos maternos.
Cuatro generaciones: Juana Bernay de Roussel,
Rosa R. de Habegger, Alicia H, de Sellarés e Ignacia Sellares.
“En la familia quedaron muchas anécdotas de la bisabuela Rosa. Durante un tiempo Nicolás Habegger fue juez de Paz en Las Garzas, una de sus funciones era oficiar matrimonios, Rosa intervenía para colaborar en la gala de la novia, con refinado gusto las peinaba con flores en el pelo, les hacía un ramo o algún detalle en el vestido. Pero también sabía ser enérgica y corajuda: cuando aparecían gauchos alzados o matreros que solían merodear cerca de la casa, Rosa disuadía cualquier ataque con la escopeta que manejaba tan bien como lo hacía su marido. Así era este norte bravo”
Rosa Roussel de Habegger, como otras señoras de su época se abocó a paliar los sufrimientos de sus semejantes, brindando su tiempo y su trabajo en la Sociedad de Beneficencia que integró desde su fundación.
Esta señora francesa, de pequeña estatura, elegante y refinada, pero decidida a la hora de defender a su familia y sus bienes, despidió a su esposo en 1921 y lo sobrevivió durante largos y serenos años.
Datos aportados por:
Rosa Sellarés de Paterno, bisnieta.
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