Emma Beatriz Cabral, símbolo de la militancia femenina. Extracto del libro «Mujeres de Reconquista» de la docente Mirta Vacou.
Emma Beatriz Cabral nace el 16 de junio de 1948. Sus padres fueron Enrique Carlos Cabral, enfermero universitario, y Delfina Pividori, docente.
Asistió al Colegio San José y luego a la Escuela Normal N.3 “Juan Bautista Alberdi” para completar el ciclo primario, los estudios secundarios los cursó en esta última escuela de docente egresó como maestra en 1966.
“Pelusa fue amiga nuestra desde la infancia, pocos metros separaban nuestras casas en calle Luduena por eso compartimos los juegos de niñas, el carnaval, las charlas para adolescentes en el Ateneo, las primeras salidas, las procesiones y las fiestas familiares. Ella era alegre, sencilla, con un espíritu pleno de ilusiones y de fe en un futuro mejor con justicia a favor de los más necesitados. Con esos ideales encaró su carrera universitaria y luego su trabajo profesional en el Hospital de Reconquista, donde ejerció con responsabilidad y sensibilidad hacia los enfermos que estaban a su cargo.
Dejó en nosotros las huellas propias de una larga y buena amistad basada en el respeto y el cariño. Aun nos duele la cruel desaparición de nuestra “hermana del corazón”
Maria y Nelly Mansur
En su etapa adolescente, Pelusa (ese era su apodo) convertida en una bella mujer, participa como princesa en la fiesta de la colectividad española. Era el año 1963.
Su primera mirada y gestos juveniles en policía fueron para adherir afectivamente a la Unión Cívica Radical, partido en etapa de apabullamiento tras la caída del Presidente Arturo Humberto Illia, y frente a una creciente movilización social.
Terminados los estudios medios se marchó a Buenos Aires para formarse en el Centro de Rehabilitación del Lisiado, que dependía del Ministerio De Salud. Egresa como Terapista Ocupacional, en 1969. Esos años fueron también propicios para el diálogo y la discusión política con sus compañeros de curso. Allí concurrian no solo estudiantes argentinos sino también de otros países de América Latina. En ese lugar, Emma absorberá la pasión política de los años 70, nutriéndose de las ideas que irán desembocando en el peronismo revolucionario.
Luego de recibirse viene a su ciudad natal para trabajar en su profesión, en el Hospital Central donde adopta a una nena que había sido abandonada. También se desempeñó en la entonces reciente Escuela Diferencial.
Mientras trabajaba en el Hospital conoció a una niñita, Julia, a quien curó, cuido, contuvo con amor y terminó adoptando. Por una cuestión de papeles figuraba la madre de Pelusa como quien lo había adoptado, pero realmente fue ella su MAMÁ.
Paulina Saidel
Pelusa visitaba asiduamente el Barrio La Cortada, lugar emblemático en esos años si alguien quería caminar por la pobreza.
En 1971, participa de un Campamento Universitario del Trabajo, que se realiza en Salta. En 1974 también comparte la “expulsatoria” plaza de Mayo con la delegación santafesina, en la que el General Peron baja el pulgar a la juventud.
Emma se casa con Reinaldo Zapata, un compañero de militancia, de esta unión nace en 1976 su hija Amalia Susana.
En el Chaco le es asignada la responsabilidad de trabajar sobre los profesionales, para acercar a los posibles simpatizantes o colaboradores. Según cuentan sus compañeros, Emma era respetada y tenía buena percepción de la dura realidad del 76’, previendo que, caidas tras caidas de compañeros la debacle llegará más temprano que tarde.
Emma Cabral fue secuestrada en la primera quincena de noviembre de 1976. Su hija le será confiada a su hermana Edelmira junto con una carta y una cadenita con medalla.
Se presume fusilada en Margarita Belén. Tenía 28 años.
Margarita, Margarita
si eres mujer me comprendes
tu que los viste caer,
dime dónde las llevaron,
dime por dios donde están!
Amanda Mayor: “Pedacito de hiel”
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