Desde muy chico supo lo que es la música porque su padre Luis, tocaba el piano, habiendo aprendido en el conservatorio de los Gamba ubicado por calle Iturraspe, cercana a la Librería Mariani. Su mamá se llamaba Josefa Mai”.
“Luis Omar era mi nombre artístico, nací el 14 de febrero de 1945, mi papá tocaba el piano, él era profesional realmente. Un tiempo enseñó música en la Escuela Comercio, tenía las hermanas que eran maestras, lo acomodaban para que enseñe porque tampoco había quién lo haga. El me contaba que cuando se instala el conservatorio de los Gamba, Fracassi creo se llamaba, le habla a mi abuelo para decirle que quería aprender a tocar el piano, es así que mi abuelo le dice que lo iba a pensar, al cabo de un par de días lo sienta en la silla y le dice, sentado y mirándome a los ojos, yo quiero que me prometa que usted va a estudiar y no va a abandonar, no papá por favor le dice él, pensa que en esa época era muy difícil hablar con los padres, es así que le compran el piano, no sé donde porque tener un piano era como tener un auto cero kilómetro”.
“Nací en Reconquista, la escuela primaria cursé en la Pizzurno y la secundaria en la Comercio. Eramos dos hermanos, yo y “Luli” Zalazar que falleció”.
“Mi papá tenía su propia orquesta que era “Típica Florida”, ahí cantaba Martínez, había varias en la década del 40 y el 50 en Reconquista, entre ellas Típica Splendid que era de los Pratto, muy buen grupo también”.
Luis Omar tiene un hijo, José Luis, se casó con Olga Tórtul cuando tenía 30 años y enviudó. Su padre murió en el año 2000, luego de una dilatada actividad en el sector público, ya que las condiciones que tenía en materia impositiva lo llevaron a hacerse cargo de la Dirección de Rentas en Reconquista, donde se jubiló. “Mamá murió un año después, en el 2001”.
Sus abuelos eran correntinos, él de Santa Lucia, su abuela de Esquina. “el abuelo tenía estudios primarios, cuando se casa con mi abuela se dedicaba a administrar campos, fue contador y secretario de la municipalidad en una época, cuando el intendente era Valenzuela. Mi abuelo se llamaba Fidel Zalazar”.
“Mis abuelos se instalan con sus hijos provenientes del Chaco, en Ingeniero Chanourdie, en el caso de mi abuela con sexto grado termina trabajando como maestra porque en esa época no había”.
“En mi caso aprendí música por mi cuenta, mi papá me mandaba para que me enseñe las notas, el padre de Gustavo, Román Nager, quién me enseño guitarra. A mí me trajo el niño la guitarra, mi papá me dijo que si pasaba de grado le encargaba la guitarra al niño y así fue. La verdad no sé donde la compró, acá en Reconquista vendía instrumentos musicales Roque Cisera, en calle Habegger, al lado de Rueff por ahí, entre 9 de julio y Belgrano”.
“Mi papá era muy amigo de grandes músicos que tuvo la ciudad, como Samuel Cernadas, Evaristo Fernández Rudaz, los hermanos Nager, los Gamba, don Roberto Romero que era músico y compositor, muy buen bandoneonista”.
“Eran muy conocidos cuando yo era chico los bailes de carnaval en el club General Obligado. Siempre tenía que tocar la típica, ahora es una ley que no se cumple, Manuel Márquez era nuestro delegado, también lo fueron Florencio Gómez, Juan Marti, integrantes de la Sociedad de Músicos de la provincia, ellos hacían cumplir la presencia de las orquestas típicas o características. Generalmente los bailes eran los sábados o sino en los días en vísperas de fiestas”.
“Reconquista tuvo muy buenos músicos siempre y tiene, me acuerdo de “Tela” Velázquez, el zapatero que estaba al lado de zapatería Marti, tocaba el contrabajo”.
“He pasado como cantante de tango por distintas orquestas. Cuando estuve con “Los muchachos de antes” alquilábamos alguna camioneta o nos llevaban cuando debíamos ir a algún lugar a actuar”.
“Fui parte de una orquesta que animaba muchos bailes, “Los muchachos de antes”, se integraba con “Tito” Gómez, Emilio vega, bandoneón, Lizardia en el contrabajo, mi tío Miguel Mai tocaba el acordeón a piano, yo era el cantor. Algunos temas que cantábamos con el grupo, “Esta noche me emborracho”, “La última copa”, se llenaba la pista para el baile, en el campo pedían paso dobles y valses. Cantaba algunos temas muy particulares, “El niño de la monja”, “Yo quiero ser torero”, valses varios, entre ellos “Desde el alma”, “Vals para mamá”. Generalmente hacíamos una presentación por noche, a veces dos”.
“Fui el cantante también de la “Orquesta 9 de julio”, ahí integraban el grupo el padre de “Monchi”, Alberto Spessot que tenía un Ford o Chevrolet de esos negro, con el cual nos movíamos, él tocaba muy bien el bandoneón, después estuvieron también don Florencio Gómez y Manattini. “Monchi” miraba cómo tocaba el padre y así aprendió”.
“También fui cantante de la orquesta “Los cinco amigos para el tango”, cantaba Casanova, después se casó y dejó. Don “Cati” Zanone en violín, Aldo Dussol en piano, Lizardia en el contrabajo, bandoneón “Cata” Ramón Aquino, y yo tocaba la guitarra y cantaba. Era un grupo que pisaba fuerte en la zona, en realidad yo me movía, iba rotando en los grupos, mi papá siempre me aconsejaba, tocá con gente que sepa”.
“Yo era artista de Donatti, ganaba más con la música que con mi trabajo, todos mis jefes en Santa Fe en Bromatología, lo sabían y me apoyaban. Me iba a las peñas del Club Unión, el sub director me llevaba, yo dormía en la casa de él, íbamos también a Rosario, me quedaba dos días, vamos a ir a verlo a Goyeneche me decía, solía cantar yo en un patio de tango, anduve mucho con la música”.
-“Viajar a tocar a la zona rural sobre rutas de tierra era todo un tema, una vez nos quedamos por la lluvia, fuimos a actuar en la fiesta por el centenario de Alejandra”.
“Eran muchas orquestas en la década del 50 y el 60, en Malabrigo estaban los hermanos Spontón, con una típica, en Vera “Los dados rojos”, creo se llamaba, ahí cantaba Casanova, él trabajaba en el ferrocarril, andaba con la Zorra y controlando las comunicaciones, en un momento se casó con una chica de Avellaneda y no cantó más”.
“Había orquestas que hacían dos o tres géneros, Los Angeles era una, hacían característica, chamamé, música bailable, cumbia. Los bailes más populares eran en Platense, Racing y Central, años atrás también estaba el club General Obligado. Todos estos escenarios pisábamos nosotros, también en algunas oportunidades actuamos en el Festival del Ternero en Las Toscas”.
“Un día se acerca el “Chimbo” Romero, era empleado del correo, que había pedido el pase a Córdoba, mira estaba pensando me dijo, vine a arreglar y vender mi casa, mi piano, y a llevarte a vos, vamos Luisito, necesito un cantor de tango como vos, es para hacer la guita loca, todo un personaje el Chimbo” Romero, hermano de Leandro y Pablo, fundadores de Los Angeles. Los Romero iban al conservatorio de Alejandro Arraga, que estaba casado con una hermana de papá. Tiene una historia muy particular porque una vez vino a jugar al fútbol con el seleccionado de Santa Fe, acá conoció a su futura esposa y se quedó para siempre en Reconquista. El instala una academia, por calle Belgrano casi Freyre. En esa zona vivían los Romero y ahí estudiaron”.
“Me acuerdo de tu papá que era bailarín de tango cuando la vecinal de barrio Moreno organizaba los bailes en la década del 60, solía ir a esa pista a cantar, lo veía con “Beto” Mián que falleció hace algunos años”.
“En esa época se respetaba que para hacer los bailes debían tener obligatoriamente una orquesta típica, entonces en todos los bailes teníamos alguna actuación, en Platense, Racing, Central, casi todos los sábados”.
“También actuábamos en la colonia, en los alrededores, por ejemplo Barros Pazos, Nicanor Molinas, La Potasa, Romang, acá en el club Gimnasia, en el campo solíamos actuar en las escuelas, que generalmente eran los organizadores a través de las cooperadoras”.
“Hubo un tiempo en que me hago solista, acá se inaugura el café Il Torrone, me acompañaba tango trio, ya con instrumentos eléctrónicos, integraban el grupo Luis Palgieres, Tito Avalos, un tal José Maglier, era un trio, sonaba muy bien, yo cantaba, era artista estable del lugar”.
“Il Torrone era de Walter Gasparini, habrá inaugurado en los 80 más o menos, duró un par de años, luego se funda Grisel en el Artesano, había una tanguería, el abogado Rosales era el que manejaba el asunto, era casado con una parienta de los Alal, después se crea una peña en El Sótano, se llamaba María Rosa, ahí también actuaba, estaba ubicada frente a la Escuela Industrial, era de “Pichilo” Galfrascoli, el lugar”.
“También canté en el Festival del Noreste, yo era de la comisión directiva en la Liga de Padres de Familia, que era la dueña del festival, era secretario, al principio no quería cantar, pero el que me dio una mano grande fue Ireneo Faccioli, me mandaban como vocero ante la comisión que organizaba el festival, hacía las actas, tenia que llevar los informes a la Liga de Padres, un día me dice vos tienes que cantar”.
“Estuve actuando en el festival un par de años, nos llamábamos Luis Omar con Tango Trío, Florencio Gómez en bandoneón, Luis Gómez y Hugo Gómez en guitarra”.
“Yo era integrante de UPCN y por intermedio de Fernando Dubouloy lo conozco a Víctor De Genaro cuando viene a Reconquista, me escucha cantar y me invita a Buenos Aires, inclusive me ofrece ser Secretario de cultura de ATE, en una oportunidad recuerdo que le hacemos un reconocimiento en las instalaciones del club Belgrano”.
“El repertorio eran dos tangos y un vals, lo que me pedían en los bailes, Tiempos Viejos , De puro curda nomas, y el Vals para mamá. Acá la gente se ponía de pie realmente, tuve algunas posibilidades de llegar más lejos con el tango, Mario Bustos, un gran cantante de tango vino varias veces, yo no me quise ir”.
Luis Omar recuerda a muchos cantores de tango de su época, “Juan Corgnali, actuaba en Goya y lo hacía con Tito Poggio, él trabajaba en la cigarrería de Pando, acá lo recuerdo con la Splendid. Juan Carlos Casanova, en la orquesta Los 5 amigos para el tango, era ferroviario, guarda hilo, el que andaba revisando las comunicaciones o catanguero, porque catanga le decían a la zorra. “Quito” Martínez, que era mecánico de profesión, cantó con la típica Splendid, después en típica Florida con Aldo Zalazar. Toto Monzón, que trabajó un tiempo en la municipalidad, con la típica América. Había muchos que cantaban de todo, “Negucho” Martínez, en Barrio Parque Industrial, con Chacho Almirón, hacían algo de tango. No me puedo olvidar que yo también canté con la típica de Alberto Cian de Avellaneda. Lo nuestro era hacer un ensayo semanal, repasábamos los temas, terminábamos tocando los temas más conocidos a pedido de la gente”.
“Cuando se terminaron los bailes empecé a reunirme en las peñas, que son reuniones de amigos, el otro día estuve en el bodegón, me pidieron que vaya, Los Castillo me invitaron, allí me acompañaron Manuel Verdun y Ramón Castillo. Habré tenido 18 años cuando estudiaba música, tengo 78, hace 60 años que canto tango”.
Fotos: Baile en club Platense, bandoneón “Cata” Aquino, Violín (Caty), Luis Zanón, contrabajo Victorio Lizardia, piano Aldo Dussol, en guitarra y voz Luis Omar Zalazar, todos formaban la orquesta «5 amigos para el tango». Extraído del libro, «Reconquista, Capital del Entusiasmo, Historia del Festival del Noreste, parte II, desde 1984 hasta 2018», el cual todavía no fue publicado.