La planta industrial de FRIAR es hoy la principal fuente de trabajo que tiene la ciudad, pero debemos reconocer que Don Eduardo Moreno tenía razón cuando cuestionaba su ubicación. Los malos olores fueron motivo de mucha disputa entre los vecinos del barrio.
Aldo Dario Sotelo.
A través del recorrido histórico de esta empresa se puede apreciar el crecimiento que ha experimentado desde los lejanos años 40, cuando comenzaron las gestiones de los productores ganaderos, pasando por la apertura del establecimiento en 1957 y posterior evolución. Atravesó distintos escenarios políticos y modelos socioeconómicos convirtiéndose en una importante empresa nacional. Su capacidad de adaptación transformó las desventajas en ventajas competitivas, adoptando estrategias inteligentes en materia de negocios y comercialización.
EL INICIO:
La historia de esta planta industrial comienza en los años 40 cuando los productores ganaderos de noreste santafesino deciden enfrentar el problema que los afectaba. Para faenar los animales, los camiones jaula tenían que recorrer casi 500 km hasta Rosario donde se encontraban las plantas frigoríficas de Santa Fe. El largo recorrido en camión erosionaba la competitividad por el alto costo del flete. Generaba muchas dificultades logísticas en un negocio que tiene riesgos climáticos importantes y restaba valor agregado y empleo a una de las zonas más pujantes del norte santafesino.
El 13 de junio de 1946, Amadeo Viglioni eleva a la Sociedad Rural un proyecto de construcción de una planta frigorífica en esta ciudad (acta 363). El próximo paso era la constitución de una sociedad comercial para la explotación del frigorífico.
Esta se forma en ese mismo año. Estaba integrada por Enrique Gonzalez Kees, Hector Francisco Capozzolo, Nelson Marconi y el Dr. Efrain Armas. La sociedad se inicia con un capital de 100.000 pesos moneda nacional.
El 31 de octubre de 1956 ante el escribano Carlos Vergara, Pedro Vicentin y Jeronimo Lanteri Diez adquirieron una fracción de terreno a Ricardo Mitchell, quien hace la venta en representación de Elvira Felisa Garcia de Gonzalez.
El negocio se hace luego del pago de sesenta mil pesos moneda nacional y los señores Pedro Vicentin y Hector Lanteri Diez manifiestan que la compra se hacía para emplazar allí el Frigorifico Regional Industrias Alimenticias Reconquista Sociedad Anonima.
El inmueble tiene forma rectangular y mide 60 metros en sus lados Este y Oeste por 200 metros en sus lados Norte y Sur, encerrando una superficie de 1 hectárea y 20 áreas.
El 21 de diciembre de 1956 se inscribe el inmueble en el catastro municipal.
Posteriormente surgieron protestas de un parte de grupos de vecinos, liderados por Eduardo Moreno, que objetaba la futura instalación del frigorífico en ese predio debido a los problemas que ocasiona en el medio ambiente.
Se realizan algunas gestiones en pos de analizar distintas posibilidades para su instalación, pero, finalmente, el 15 de junio de 1957 el Comisionado Municipal Melchor Sellares suscribe un decreto aprobando donde se emplaza el frigorífico.
Extracto del nuevo libro “De Fortín Militar a Ciudad Inteligente” de Mirta Vacou (2023).