Sin dudas, el tema más relevante de la semana fue la movilización en defensa de la educación pública y las concentraciones realizadas en muy diversos puntos del país. Fue realmente multitudinaria, el gobierno pretendió primero minimizar su relevancia, después debió admitir su contundencia, para terminar adelantando las medidas adoptadas y lo pasos a seguir para reencausar una relación que nunca debió terminar en una confrontación.
La frase fue “No la ve”, el presidente no vio o no quiso ver la gravitación histórica de la universidad argentina. El poder de convocatoria es realmente relevante, algo que Massa, Alex, Grabois, los Moyano and company no pueden ni remotamente llegar a conseguir. Por ello, a los políticos desalojados del poder, a los sindicalistas, a los mal llamados líderes sociales y a tantos otros que les gusta vivir de la “teta” del estado y sin trabajar, solo les quedó la función de acompañar una demanda más que legítima.
Defender y reivindicar la educación pública para quienes somos hijos de ella, fuimos formados por ella, resulta casi redundante. Nadie en su sano juicio puede denostar el valor de la escuela pública. Si nuestro país llegó a estar y ocupar lugares de liderazgo en el mundo, no fue únicamente por el sentido libertario de aquellos gobernantes, sino también por el elevado nivel académico de los claustros universitarios. Las universidades argentinas eran mundialmente reconocidas.
¿Eran o son? Muy a pesar de los diversos vaivenes del país, de los cuales la universidad no puede estar ausente, la educación universitaria argentina goza todavía de cierto respeto, quizá ya no de admiración, pero si de reconocimiento. Destaco en tal sentido, el excelente trabajo que se viene realizando en Reconquista desde una universidad pública como es la UTN, que cuenta con nuestro absoluto respeto por el trabajo articulado y comprometido que viene realizando y que es de singular gravitación para la matriz productiva de la región. Nunca podrá darse un desarrollo sustentable sin profesionales y mano de obra calificada que logre vigorizarlo y sostenerlo.
Los recursos públicos deben ser auditados. El gobierno salió a retrucar diciendo que las universidades no quieren ser auditadas, es decir, rendir cuentas del destino brindado a los fondos asignados. No se trata de una cuestión de querer o no querer, es un deber rendir cuentas de los dineros conferidos.
“Nadie está por sobre el imperio de la Ley, en este juzgado debemos rendir cuentas hasta del papel y lapiceras que se compran”, dijo el Juez Federal de Reconquista, Aldo Alurralde. Se trata del mismo magistrado que procesó y embargó al rector de la Universidad Nacional del Chaco Austral, con sede en Pte. Roque Sáenz Peña, junto a otros 17 directivos, empelados y allegados, por presunta malversación de fondos públicos y sindicados de conformar una asociación ilícita. Germán Oestmann es un delfín político del ex gobernador de esa provincia, Jorge Milton Capitanich. Fue la institución que en 2022 le entregó un Doctorado Honoris Causa a Cristina Fernández de Kirchner. Está todo dicho. La resolución del juez Alurralde establece un embargo por 100 millones de pesos a cada uno de los procesados, lo que permite medir la magnitud del perjuicio económico que se investiga. La pregunta: ¿será la única universidad donde se registra este tipo de ilícitos? La respuesta parece demasiado obvia, es cuestión simplemente de investigar como lo hizo este juez.
Surgen otras baterías de inquietudes. Si para algo sirvió también este debate en torno a las universidades públicas, es si deben seguir siendo gratuitas para los estudiantes extranjeros, que estudian aquí porque en sus países deben pagar varios miles de dólares al año para cursar en una casa de altos estudios, por más que sea estatal. ¿Debe seguir siendo así? Es un tema que merece ser revisto, somos todos los argentinos que abonamos nuestros impuestos para que las universidades estén abiertas. No es gratuito, la muestra es que se está discutiendo por más presupuesto, es decir por más plata.
Otro tema que no escapó a la discusión es si allí se ejerce un cierto y determinado adoctrinamiento. ¿Sí o no? No es un tema de fácil resolución, pero que también debe ser discutido. No olvidemos lo que sucedió, ya no en el nivel universitario, sino en una escuela secundaria de Reconquista el año pasado, en la previa a las elecciones que ungieron a Milei presidente.
El gobierno acusó el golpe, volvió sobre sus pasos, cambió de interlocutor y es de presumir que las universidades tendrán el financiamiento requerido. Milei debe saber que no puede hacer todo lo que se le venga en ganas, las universidades tampoco pueden ni deben hacer un uso indiscriminado de los recursos económicos.
Les deseo una muy buena semana y Feliz Día del Trabajador.
Lic. José Carlos Odasso