Vía Libre Radio sirvió para retomar un tema no absolutamente cerrado; o bien, estando cerrado hay quienes desean reabrir. El ex soldado aeronáutico Manuel Luis Ayala se manifestó a favor del servicio militar obligatorio: “Considero 100% necesario que regrese. Me sirvió para valorar muchas cosas y para aprender disciplina, respeto y obediencia”, afirmó con contundencia.
Este columnista leyó y analizó con absoluto detenimiento las muy diversas opiniones que muchos lectores fueron capaces de expresar. Sucede como en tantos otros temas de la realidad de nuestro país, las miradas son muchas veces muy divergentes, totalmente contrapuestas, la “maldita” grieta que nos divide, tampoco permite arribar a acuerdos básicos. Es a todo o nada, blanco o negro, y muchas veces no es tan tan ni muy muy.
El propósito de este articulo apunta a acercar posiciones que parecen diametralmente opuestas e irreconciliables. Sucedió con el servicio militar lo mismo que ocurre en infinidad de casos, cuando algo no funciona correctamente, en lugar de cambiar e introducir modificaciones, directamente se tira todo por la borda, hasta que luego de un determinado lapso de tiempo, vuelva todo a comenzar. Fue lo que ocurrió, por ejemplo, con las privatizaciones de empresas estatales, que fueron vendidas, luego re-estatizadas y ahora parece que se quiere volver a la década del 90, los argentinos somos tan extremistas que estamos siempre empezando, no terminamos nunca de empezar ni muchos menos de aprender.
El servicio militar obligatorio rigió en el país por 90 años, desde 1904 hasta el 31 de agosto de 1994, cuando tras la muerte del soldado Omar Carrasco, el presidente Carlos Menem resolvió mediante un decreto abolir su funcionamiento que se regia por la Ley n° 4.031, sancionada en 1.901. Por lo tanto, son casi 30 años que ya no rige como entonces este servicio, que era obligatorio y pasó a ser voluntario y rentado, aunque en una porción ínfima y muy diferente a lo que se conoció hasta entonces.
Pasaron casi 30 años de aquel decreto. Por lo tanto, solo los que hoy tienen casi 50 o más años pueden conocer efectivamente de lo que estamos abordando. La mayoría seguramente no podrá saber del tema y otros tantos lisa y llanamente no habían nacido. Una primera conclusión, casi a modo de primer acuerdo, el mundo vive en permanentes cambios, por lo que el servicio militar obligatorio concebido como entonces seria de casi imposible implementación en estos momentos.
En otros puntos, arribar a consensos resulta mucho más dificultoso. Están quienes sostienen que el servicio militar les permitió valorar a su familia, saber respetar, formarse como ciudadano, algunos hasta detectar alguna enfermedad sobre la que ignoraban hasta el examen de ingreso, otros hasta aprender a leer y escribir porque llegaban siendo analfabetos. En suma, desde esta perspectiva era un baño de realismo que los preparaba para la vida.
Desde la otra vereda, se dirá que fue un tiempo perdido, que la educación se imparte en el hogar, se educa desde la cuna, no se necesita ningún ministerio o algo semejante así y que la carrera militar es para aquellos que tienen vocación por ella. Algunos valorarán ese tiempo y otros dirán que se trata de una gran pérdida de tiempo.
Un segundo acuerdo es posible. Hubo lectores que también expresaron, es más fácil dejar a los hijos a la buena de Dios y que hagan lo que se les cante. Son los padres modernos que no saben poner límites. Hay muchos chicos en la calle, que no laburan ni estudian, solo se ocupan de robar, drogarse y como sucedió hace días, lo más penoso, son también capaces de matar.
El servicio militar como funcionó hasta su eliminación no es la solución. Hay que decir también que existían extralimitaciones, como el caso Carrasco, que serian inadmisibles en la actualidad, aunque se dijera que ello servía pata templar el espíritu y el carácter.
Lo importante de este debate es que visibilizó nuevamente, en este caso por la discusión del servicio militar, un gran desafío que como sociedad nos compromete. Qué hacemos con los jóvenes y no tan jóvenes NI NI, que ni estudian, ni trabajan y que su única preocupación radica en como llenar las horas del día. Cada nuevo día es una página blanca que debe llenarse y no saben cómo. Tampoco tienen quien los ayude a encontrar la formula de hacerlo. La responsabilidad primaria es de la familia, pero tantas veces esta organización social básica no existe. Algo debemos hacer, antes que sea demasiado tarde, aunque el servicio militar no sea el camino. Se impone ver la realidad, por más que duela y a partir de allí, comenzar la búsqueda de respuestas antes que sea demasiado tarde para lamentos.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso