Durante esta semana que finalizó, uno de los temas de mayor importancia, está relacionado al estado de las rutas nacionales que desde hace un muy buen tiempo a esta parte, carecen no ya de mayor infraestructura, sino que ni siquiera cuentan con un debido mantenimiento. En lo que a nosotros concierne, acá en el norte, el estado de la Ruta Nacional N.º 11 es un verdadero peligro y el tramo Vera-Malabrigo constituye una trampa artera. Si no se registran más accidentes, es simplemente porque Dios es generoso con nosotros.
Las estadísticas hablan que el mayor porcentaje de la siniestralidad vial se debe a cuestiones humanas; es decir, de quienes nos subimos a un vehículo y conducimos. No existen datos ciertos para revertir esta afirmación. Sin embargo, la falta de infraestructura da toda la impresión que tiene una preponderancia mucho mayor a lo que las estadísticas se encargan de señalar.
Operación y mantenimiento de rutas nacionales al sector privado. El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció esta semana que el gobierno de Javier Milei pasará a manos privadas las rutas nacionales concesionadas y que en su mayoría se encuentran a cargo de Corredores Viales S.A., empresa estatal que según el funcionario acumula un déficit operacional de 30 millones de dólares, que hasta diciembre pasado se financiaba con fondos del tesoro nacional. Aprovechó la oportunidad para calificar que esto responde a la vieja política y al delirio populista del kirchnerismo. Algo de razón en todo esto existe. Se dice siempre que las rutas son la principal fuente de corrupción, solo vale recordar al empleado de banco vuelto empresario y ahora enjuiciado, llamado Lázaro Báez. Corresponde recordar también que esta empresa fue creada durante el gobierno de Alberto Fernández.
Algo muy importante. Adorni explicó que las empresas concesionarias “van a cobrar las tarifas (vuelta al peaje), recién una vez que hayan puesto la totalidad de las rutas en condiciones. Es muy importante que esto efectivamente se cumpla. La experiencia de la década menemista no fue así, se hicieron las cabinas para empezar a cobrar y recién luego las obras, que tampoco fueron todas las necesarias.
No obstante, aquello fue mejor que la decisión de Macri de dejar sin efecto el peaje para el corredor vial sobre la ruta 11, que nos atañe. “Al menos alguien cortaba el pasto, te auxiliaban si tenias un accidente o desperfecto mecánico, y algún bache tapaban”, se dijo y dice. Hoy nada de eso sucede.
Pullaro reiteró que 3 rutas nacionales sean concesionadas a la provincia. El gobierno santafesino reiteró la solicitud que fuera ya presentada en varias ocasiones la transferencia de las rutas nacionales 11, 33 y A012, para que luego sean concesionadas a empresas privadas. La ultima oportunidad fue hace un mes aproximadamente, cuando por carta directamente el presidente Milei, le reclamó que Santa Fe puede tomar el control de las rutas nacionales que están en jurisdicción provincial.
La nación está en mora. El estado nacional se comprometió de trasladar las trazas de las rutas nacionales al estado provincial. En 10 meses de gestión, el ministro de Obras Publicas de la Provincia, Lisandro Enrico, viajó igual número de veces a Buenos Aires. Los cambios de funcionarios en la gestión de Milei son una de las causas de una decisión que se dilata, mientras el problema crece.
Enrico explicó en Vía Libre Radio, en más de una oportunidad, que cuando “se piensa que todo está ya debidamente acordado; se vuelve a cero y se debe volver a empezar todo de nuevo”. Es necesario también que nuestros representantes alcen sus voces y el eventual acuerdo no se circunscriba a las Rutas A012, 11 y 33, en el cordón industrial del gran Rosario, que esta lisa y llanamente colapsado. La gente de este norte deberá también hacer valer nuestros derechos a rutas en condiciones de transitabilidad.
Hay que saber también que, de prosperar este traspaso de rutas a concesionar, previamente la legislatura debe brindar su aprobación. El paso del tiempo no es un buen consejero y mucho menos en esta circunstancia. Las indefiniciones cuestan y se miden a accidentes y sin ser tremendistas, también en vidas humanas.
Basta de demoras YA, NO HAY TIEMPO PARA MÁS.
Les deseo una feliz semana.
Lic. José Carlos Odasso