Fue una semana muy corta, a raíz del feriado extra extra large, reducida a solo 3 días hábiles de actividad. Uno de los temas que venía y siguió en agenda fue indiscutiblemente el conflicto docente. Cuando todo parecía que sería todo normal, llegó un nuevo paro. Esta vez lo determinó la CTERA (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina) que es la entidad madre y que nuclea a los gremios provinciales, por caso en nuestra provincia a la AMSAFE (allí están nucleados los docentes oficiales santafesinos). El otro gremio docente con fuerte número de afiliados en la provincia es SADOP, que reúne a los docentes de escuelas particulares, pero que por no pertenecer a CTERA, no adhirió a la medida de fuerza.
No esperaba este paro. Lo dijo el propio gobernador Maximiliano Pullaro al anoticiarse de esta nueva medida de AMSAFE que “golpea a los chicos con menos recursos”, reconoció el primer mandatario.
Pullaro afirmó también: “es fundamental que los alumnos puedan estar en la escuela aprendiendo, apostamos a los aprendizajes, a una mejor calidad educativa” y explicó los esfuerzos realizados para que los docentes puedan ir reconstruyendo sus ingresos, luego del terremoto inflacionario que los afectó severamente.
Apuntan a Pullaro. Desde la AMSAFE Departamental, Edgardo Cretáz, el titular del gremio oficial respondió al gobernador y lo responsabilizó por los días de clases no dictados en la provincia. Dijo también cada 4 de abril coinciden dos acontecimientos muy caros para el sentimiento docente: la carpa blanca instalada frente al Congreso de la Nación en tiempos menemistas y el fallecimiento del maestro Carlos Fuentealba, que fuera perpetrado un 4 de abril de 2007, en pleno gobierno kirchnerista.
En realidad, pretender justificar la protesta, al mismo tiempo, por la realidad socio- económica que vive el país, deberían saberlo los gremialistas no es el argumento más movilizador. Decir que sirve también de adhesión a los despidos registrados en la Cooperativa de Trabajo de Algodonera Santa Fe no justifica en absoluto esta determinación. El propio titular de la cooperativa aludida debió explicar que en estas organizaciones de trabajo no se registran despidos.
El tercero en discordia. Son los padres de los alumnos afectados por los paros docentes. Este sector es siempre un bien preciado y al que se debe de cuidar. Los políticos lo saben muy bien, los padres votan y a través del voto deciden la suerte de los candidatos en una elección. Los maestros no ignoran tampoco la importancia de contar con el acompañamiento de los padres de sus alumnos, que son parte estratégica de la comunidad educativa de los establecimientos escolares.
Los padres también dicen lo suyo. La mayor parte de las veces se mueven en virtud del humor social del momento. Y se sabe perfectamente, los tiempos que corren no son los más favorables para el gremialismo en su conjunto, para los paros y mucho menos los paros docentes. Los padres están mayoritariamente a favor que la educación sea considerada una tarea esencial y que por lo tanto se asegure el 75% del dictado de clases. Muchos advierten que esta situación, en tiempos de motosierra y licuadora, es difícil para todos y que ellos no pueden parar.
El titular de AMSAFE recogió el guante. Rodrigo Alonso les respondió a los padres molestos por la cantidad de días de paro. “Peleamos para que los estudiantes tengan mejores condiciones” aseveró el secretario general del gremio y advirtió: “el objetivo es retomar la actividad continua en las escuelas”. Entre días de paro y feriados, en tres semanas muchos chicos tendrán apenas ocho días en el aula. Estos planes de lucha docente, hay que decirlo también claramente, complica sustantivamente la organización de la familia y la rutina cotidiana de hijos y también de sus padres. Rodrigo Alonso lo sabe y por eso adelantó: “el objetivo es retomar la actividad continua en las escuelas”.
El ausentismo docente. El ministro de Gobierno, Fabián Bastía, en diálogo con Vía Libre Radio, al ser consultado por el conflicto de los maestros, subrayó y puso nuevamente en debate el ausentismo docente. “Supera el 30% de la planta de personal, que medido en dinero son más de 100 millones de pesos mensuales. Este tema siempre logra estar en la discusión, en un problema todavía sin una solución a la vista, que alguna vez deberá ser definitivamente considerado y resuelto. En tiempos donde “no hay plata” al decir de Javier Milei, esa cifra mensual que se debe destinar a abonar reemplazos luce muy abultada.
Otro aspecto a considerar es que, hay docentes, imposible cuantificar el número, dispuestos a dictar clases y denuncian que hay directivos que le dicen: “tomá las llaves del establecimiento y hacete cargo de todo lo que pueda suceder”. En esas condiciones, nadie se anima a romper la inercia de la huelga. En otras oportunidades, la parte directiva debía asegurar que, si un maestro quería dictar clases, podía hacerlo. Esto no ocurre desde algunos años a esta parte.
Semana definitoria. Este lunes, el gobierno volvió a convocar a los gremios docentes para formular una nueva propuesta salarial. Las cartas ya están jugadas. Se sabe que el ofrecimiento será el mismo que ya formuló a los agentes estatales santafesinos y que UCPN y ATE aceptaron. ¿Aceptarán los docentes?
En virtud de lo aquí apuntado, no hay espacios para muchas dilaciones más. Todos los actores involucrados saben que están incursos en el circulo perder-perder. Aquí nadie podrá decir que saldrá beneficiado. Debemos sumar a los propios alumnos, que muchas veces en el fragor de las discusiones no se dice, pero son los más directamente afectados. Son los que siempre pierden en esta película que esperemos esta semana logre cerrar un nuevo capítulo, de un guion que se repite inexorablemente con el inicio de cada nuevo año escolar. ¡Que así sea!
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso