Los vecinos de Reconquista (de la zona del Bv. Hipólito Irigoyen y su intersección con Jorge Newbery y también en menos cantidad por Pueyrredón) se desayunaron el sábado anterior con una gran perdida de agua potable, que claramente procedía de la red proveedora del servicio.
A partir del mismo lunes, Vía Libre Radio fue el receptor de las innumerables quejas de esos vecinos, por las muchas dificultades que esa cantidad inusitada de agua les generaba. La masa líquida se esparcía luego hacia las cuadras siguientes por Freyre. La indignación se fue acrecentando por dos motivos: nadie de la empresa comunicaba oficialmente que estuvieran tomando nota del problema y por el monumental derroche de plata que ello implica.
Explicación tardía. Recién el miércoles a ultima hora y de manera extra oficial, pudimos establecer que se proyectaban trabajos de reparación para este sábado 26. La demora, según la explicación vertida, se debía a que necesitaban recibir cierto material necesario para la reparación y para evitar dejar sin agua al hospital y establecimientos educativos de la zona afectada.
Ninguna voz oficial. La empresa cuenta con un gerente en la zona y todo un departamento de comunicación, que es de inferir tienen la responsabilidad de informar a sus clientes las dificultades que pueden llegar a existir. No es nada dramático y excepcional que un problema de esta naturaleza pueda suceder, lo llamativo y por demás criticable es que nadie oficialmente brinde una explicación al respecto. Los vecinos, clientes al mismo tiempo de Aguas Santafesinas, se exacerbaron por no recibir una explicación convincente y oficial. La producción de Vía Libre intentó infructuosamente hablar con Claudio Tascón y la entrevista recién fue posible realizar este último viernes, cuando ya el problema estaba solucionado.
Con el diario del lunes. El gerente de la empresa explicó (es una manera de decir) que con el diario del lunes todos somos eruditos. El tema fue absolutamente mucho más sencillo a lo que los especialistas (el personal de la empresa) imaginó. Las quejas fueron tantas que debieron apelar a alguna alternativa. La solución demandó mucho menos tiempo que el imaginado, fue una sonsera en relación a lo que se presuponía, y ante el tenor de las quejas, decidieron no esperar hasta el sábado. El problema fuera rápidamente solucionado.
Claudio Tascón, si algo lo caracteriza, no es precisamente su cordialidad, al menos al momento de responder las consultas periodísticas y especialmente cuando estas son incisivas, aunque siempre bien intencionadas. La pregunta surge natural: ¿se debió esperar tanto tiempo, cinco días, para brindar una solución a un problema que demandó pocas horas? La explicación siguió sin ser muy convincente y aquí se hace presente aquel refrán que dice: “no aclares, porque oscurece”.
Para muchos oyentes, y también para este periodista que entrevistó al gerente, algo más se podía haber hecho para evitar la descomunal perdida de agua y por lógica consecuencia de dinero. Tascón no fue certero, no pudo decir cuántos pesos representó esa demora de 5 días, aunque se comprometió en brindarnos la información. Aguardamos que el compromiso asumido públicamente se plasme en la realidad.
El mal endémico. La gente, muchos de ustedes amigos lectores, reaccionaron con bronca, no tanto por la perdida en sí, que no fue la primera ni será la última. Esa conducta se explica porque el agua viene de sufrir un aumento no inferior al 100% en todos los casos. Es decir, hay que pagar el doble. Si este derroche de agua y plata sucede en una empresa privada, vale preguntarse: ¿qué pasa con su gerente o responsable de área? ¿Cuánto tiempo podría durar en el cargo? Lamentablemente en este tipo de empresas, nada de esto sucede, todo sigue. “Siga el baile, siga el baile, la comparsa de los negros, al compás del tamboril”, dirán los Auténticos Decadentes. Esto explica también porque a empresas como aguas santafesinas les va como les va y no hay números que le cierren. Imposible si se manejan así, por más que aumente el costo del servicio.
Para reflexionar. Es muy cierto, que en política, el que llega a un cargo o función, debe irse con el gobierno que lo nombró. No está mal que así sea. Pero el que viene, debe asegurarse que el funcionario a designar es mejor que el que ya está. No es este el caso. Su antecesor siempre fue amable con la prensa, no debimos esperar una semana para obtener una respuesta periodística. Fue siempre una escucha activa de los requerimientos de los usuarios del sistema y expeditivo al momento de brindar respuestas. Y digámoslo también, perciben por la función que ocupan, varias veces más de lo que la mayoría de ustedes realmente suman al término del mes. Ah, Claudio tampoco supo precisar cuál es su sueldo mensual, no lo recordaba, aunque dijo que cuando se acuerde avisa. No perdamos las esperanzas de saberlo.
Algo más, el gerente se encargó sí de conseguir que su hija también trabaje en la empresa, la pregunta es: ¿la designación responde a una razón de idoneidad o de familiaridad? En Aguas Santafesinas, ayer y hoy, no todo es tan potable.
Que tengan una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso
