Finalizamos una semana donde los docentes nucleados en la AMSAFE realizaron un nuevo paro, esta vez por 24 horas, el pasado miércoles 7. El gremio de los maestros denuncia maltrato por parte del gobierno provincial, pero obviamente como sucede siempre en estas circunstancias, la principal razón pasa indiscutiblemente por la cuestión salarial.
“Al paro no se lo hacen al Gobierno en Santa Fe, se lo hacen a los chicos que pierden así un día de clase”, salió a cruzarlos el propio gobernador Maximiliano Pullaro. Y enfatizó: “estamos actualizando los índices de salario por encima del índice de inflación”. Más adelante explicó: “un punto en la paritaria son $ 40.000 millones, el equivalente a 28 escuelas o 40 kilómetros de ruta”.
AMSAFE esta vez quedó sola. Primero fueron los gremios que nuclean a los agentes estatales santafesinos –UPCN Y ATE- en aceptar la propuesta del gobierno. Luego, aunque después de un largo debate con posiciones marcadamente contrapuestas, también los docentes particulares del SADOP terminaron aceptando (aunque con fuertes reclamos) el aumento salarial recibido. La experiencia indica que cuando una proposición salarial se rechazaba, lo hacían todos los gremios. Esta vez no fue así, incluso el otro sindicato docente tampoco fue al paro. Como lo dice el título de esta columna, la AMSAFE quedó sola y en una encrucijada. La pregunta es: ¿cómo avanzar con el pliego reivindicativo? Sumado también que la medida de fuerza, más allá de los números que puedan verter ambas partes en conflicto, no tuvo la contundencia que tiene acostumbrado un paro docente. Tampoco las movilizaciones realizadas en algunos lugares de la provincia, incluida Reconquista, tuvieron la adhesión y participación de oportunidades anteriores. Las autoridades educativas afirmaron en una evaluación que el 71% se presentó a trabajar, según las declaraciones juradas efectuadas. En este departamento, la inasistencia fue del 20,8%.
En realidad, el número de afiliados de participantes a la votación en la asamblea provincial llamó ya la atención de este periodista. Fueron casi 10.000 docentes menos los que votaron en la asamblea, un dato nuevo y revelador también del ánimo docente.
¿La recomposición salarial, le gana o no a la inflación? Para el gobierno no y para el gremio sí. Es casi como decir, según el cristal con que lo mire. La principal diferencia radica a partir de cuándo se comienza a tomar la medición. ¿Se incluye diciembre de 2023 o no? sumando también a que el gobierno nacional dejó de girar los recursos correspondientes al Fondo de Incentivo Docente –FONID-. En el primer semestre del año, según las cifras oficiales, la inflación fue del 78% y la recomposición salarial ascendió al 82%.
Lo que este gobierno de Pullaro no desea es gobernar 4 años sin glorias y con muchas penas. Es decir, no quieren ser un pasamanos, esto es, todo lo que se recauda se destina a sueldos. Por ello, desde el vamos marcaron la cancha al señalar que los salarios deberán estar en correlato con los ingresos a las arcas provinciales. “No queremos ser únicamente paga sueldos” subrayó un ministro de este gabinete y dijo también: “queremos hacer obra pública, atender la seguridad, la salud y por supuesto también la infraestructura educativa”.
Asistencia perfecta. ¿Premio o castigo? Este programa implementado por el gobierno para motivar a que el docente asista a dictar clases también divide las aguas con el gremio. Los sindicatos docentes, acá se incluye al SADOP, interpretan que no es un premio y lo asemejan al presentismo que se implementara cuando Reutemann fue gobernador y el Ing. Bondesio ocupaba el Ministerio de Educación.
Considero que existe una diferencia bien manifiesta. En aquella ocasión, al que faltaba, lisa y llanamente se le descontaba la inasistencia de sus haberes. En esta oportunidad, la asistencia perfecta no se toma en cuenta para ningún cálculo en cuanto a remuneración salarial refiera. Concibo una diferencia, antes si el docente faltaba se le descontaba, ahora cuando esto sucede, no se le descuenta y si queda sin percibir el premio. Me da la impresión que no es lo mismo, aunque ambas iniciativas tengan un mismo propósito que nadie lo oculta, antes ni ahora: reducir la inasistencia del docente.
Este gobierno indicó a comienzos de año, que durante el periodo anterior, se debieron destinar 400 mil millones de pesos de entonces, para abonar suplencias y reclamos. Pullaro se para ahora y dice que la inasistencia se redujo en un 70%, lo que realmente es una suma de dinero más que significativo. Será por este premio (o castigo) y porque el día de paro se descuenta, pero estas dos causas seguramente explican por qué los paros docentes no tienen la misma adhesión de entonces.
Podríamos concluir diciendo Pullaro 1 – AMSAFE 0, pero considero que no corresponde. Todo conflicto, como en las guerras, nadie gana, en todo caso algunos pierden menos que el otro. Aquí también hay sí, un claro perdedor: son los alumnos que tienen un día menos de clases y no podrán recuperarlo. Día de clase no dictado es lisa y llanamente un día perdido. ¿Quién piensa realmente en ellos? El ministro José Goityafirmó seguro: “Vamos a seguir debatiendo el salario de los docentes, ya que si bien cerramos un trimestre, todavía quedan meses de aquí a fin de año, en los cuales mantenemos la paritaria abierta”.
