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LO QUE DEJÓ LA SEMANA: ¡HÁGASE JUSTICIA!

La semana que concluyó, dejó una serie de temas en diferentes ámbitos y también en todos los niveles: local, provincial y nacional. En este último orden, el rechazo del senado al DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) dejó mucha tela para cortar, si bien mantiene su vigencia mientras la otra cámara (diputados) no adopte una determinación semejante a la adoptada por los senadores.

En el orden provincial, sin dudas, la situación desatada en Rosario sería también motivo, por sí sola, para ocupar una columna dominical. Rosario sangra a raíz del narcotráfico y por la falta de políticas activas de los sucesivos gobiernos que no vieron o no quisieron ver el monstruo que se estaba engendrando. En más de una oportunidad, casi hasta el cansancio abordamos este flagelo, todos nos dieron la razón (quizá como una salida de compromiso), pero muy pocos tomaron el toro por las astas. Cuando más se tardara en accionar, lo subrayamos, más complejo seria obtener resultados, el toro (si seguimos con esta figura retorica) iba a ser más difícil de domar.

La justicia en el banquillo. Corresponde que efectúe una aclaración que considero necesaria. No soy juez, fiscal, ni abogado, ni pretendo inmiscuirme en competencias que exigen cursar una carrera universitaria y luego capacitación y actualización permanente. No cualquiera está facultado para ejercer estas funciones y profesiones; más o menos lo mismo sucede con el periodismo, nuestra profesión requiere de estudios y perfeccionamiento permanente.

Por lo señalado, digo que las siguientes expresiones no las hago desde una investidura que no poseo. Lo expreso sí, como un observador privilegiado de la realidad, y animado en mi absoluta buena fe y honestidad profesional. Lo que apuntaré, son datos que percibo desde la realidad cotidiana.

Recuerdo una gran enseñanza que me dejara un gran hombre del derecho, muy respetado y hasta admirado, que tuvo la zona: el Dr. Mariano Molaguero. Él me dijo: “mirá José, si te equivocás en tu profesión, siempre podrás rectificarte y pedir las disculpas que corresponda. Si un juez o camarista, en lo Civil o Comercial se equivoca, en un extremo, puede que lo pague el justiciable con su empresa o comercio, pagará con el esfuerzo de toda una vida. Lo grave sucede para quienes hacemos justicia penal, máxime si somos camaristas, nuestros errores puede que lo pague un inocente tras las rejas por gran parte de su vida; o bien, que un delincuente quede en libertad pese al delito cometido”. Sabias palabras, una gran lección que viene a colación con lo que está sucediendo en la justicia penal de esta Circunscripción Judicial.

Lo que se viene advirtiendo es que, en numerosas oportunidades, los fiscales solicitan por muy diversos delitos, condenas ejemplificadoras: 10, 15 o más años y luego el tribunal oral (integrado por 3 miembros, jueces penales que no son siempre los mismos) absuelve de culpa y cargo al ciudadano acusado. La pregunta siempre surge espontánea: ¿Qué pasó? Y la repregunta también deviene natural: ¿hay un inocente que fue acusado indebidamente; o por el contrario, ¿hay un delincuente que recupera la libertad por insuficiencias probatorias que acrediten esa acusación?

Lo que sucedió en los últimos días y que el Ministerio Público de la Acusación -MPA- se encargó de amplificar fue la resolución de la Cámara de Apelaciones en lo Penal con asiento en Vera que revocó un fallo del tribunal de Primera Instancia (integrado por los jueces Claudia Bressan, Natalia Palud y Gustavo Gon). Los camaristas condenaron a Ramon Alfonso Valenzuela por encontrarlo responsable de los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, en un número indeterminado de veces, agravado por la convivencia preexistente”.

Este fallo a 8 años de prisión procede luego que los jueces de primera instancia absolvieran al acusado, además de referirse en duros términos al Fiscal Juan Carlos Koguc, al extremo de poner en conocimiento de la auditoría general de gestión del MPA “a los efectos que pueda corresponder”, luego de denostar la conducta seguida por el aludido fiscal. Luego de conocerse la resolución de la Cámara, Koguc acusó a los jueces de vigilantes y les advirtió: “los únicos que nos ponemos la gorra somos los fiscales y la policía, nadie más”.

La pregunta de un simple ciudadano surge espontanea: (¿puede existir una disparidad tan extrema de criterios entre un tribunal y otro? La explicación de media biblioteca dice una cosa y la otra media otra, no debería explicar este incordio. Alguien podrá decir, para eso existe el tribunal de alzada que revisa las actuaciones de primera instancia, es muy cierto, pero cuesta realmente comprender tanta disparidad de criterios, donde por otra parte este caso no es la excepción.

Aclaraciones sobre Actuaciones de Fiscales. La Fiscalía Regional 4 señaló que las mismas responden a publicaciones realizadas en algunos medios. Uno de ellos fue este medio y corresponde asumir públicamente el error que tiene relación al caso Barreto. La fiscalía se aclara que “el fiscal interviniente (agregamos el Dr. Marichal) solicitó en primera y segunda instancia la realización de la Cámara Gesell de la víctima, dado que hubo oposición de la defensa tanto cuando era menor de 18 años, como cuando cumplió la mayoría de edad durante el proceso …” y se agrega: “finalmente el juez y la Cámara resolvieron que declare en juicio, en razón de la circunstancia que se suscitó en el marco de las incidencias”.

Este periodista consultó en altas fuentes judiciales porqué este tema (el de la cámara gesell) estuvo durante la audiencia que declaró libre de culpa y cargo a Barreto, por insuficiencia de pruebas y el derecho a la duda. Lo que se pudo establecer, como muy bien se aclara, es que la Cámara aceptó la solicitud de la Cámara Gesell, pero desde al 10 de mayo hasta que la victima cumplió los 18 años, el fiscal no instó a su realización. Cumplida ya la mayoría de edad, pretendió hacerlo, el juez Banegas rechaza esa solicitud y el Juez de Cámara, Carlos Renna, hizo lo propio. La verdad, también, debe contarse completa, porque sino deja de ser verdad. Faltan conocer ahora los fundamentos del Tribunal Oral por el cual no hizo lugar a la severa acusación del Dr. Marichal.

Causa Pividori. El MPA dice que erróneamente se lo hace responsable de esta investigación, cuando se trata de una denuncia realizada en el año 2012 y que por lo tanto se tramitó bajo las normativas del viejo sistema penal. Es muy cierto ello, como también que actuaron dos fiscales en este caso, los doctores Mai y Marichal.

La aclaración del MPA es muy cierta, esta causa efectivamente deviene del sistema penal anterior y que pasó al nuevo régimen conclusional, pero ello no impide que los fiscales trabajen para reunir las pruebas necesarias que eviten que el caso quede eventualmente impune. Lo real y concreto, es que también en este caso el acusado es absuelto por falta de pruebas. ¿Nada más pudo hacerse para probar la imputación a Pividori, cuántos testigos se ofrecieron, se ofreció o no a la víctima como testigo?

La justicia penal en la mira. Todos estos apuntes, sin el animo de transformarse en críticas, son interrogantes que aguardan algunas respuestas clarificadoras. Preguntas: ¿son tan malos los jueces penales de esta Circunscripción Judicial; ¿en tal caso, no corresponde iniciar un proceso que eventualmente destituya al mal juez? ¿Por qué existe tanta disparidad de criterios entre los jueves de primera instancia y los de cámara, lo que no deja de llamar la atención? ¿y los fiscales, qué sucede que muchas veces no logran probar el delito por el que acusan? En esto, la causa Gareca Bernardi es un caso emblemático, el fiscal Gerosa dijo que estábamos en presencia de la asociación ilícita más grande en la historia y quedaron todos absueltos. ¿por culpa de los jueces? El fiscal Marichal intercambia también, buenas con malas, que son la mayoría. Lo que está claro es que el servicio de justicia penal no está bien, alguna solución se debería buscar (no somos nosotros los encargados de esa tarea), es tan cierto como que las afirmaciones del Fiscal Koguc de calificar a los jueces de vigilantes y que solos los fiscales y la policía tienen la gorra no ayudan para nada.

Les deseo una muy buena semana.

            Lic. José Carlos Odasso

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