Finalizó una semana dominada por el derrotero nacional. Se iniciaba con el gran interrogante, qué podría suceder con el primer paro nacional ordenado desde la CGT, a sólo 45 días de haber asumido Javier Milei la presidencia y luego de los 4 años de Alberto Fernández que se retiró invicto, ningún paro en todo su mandato. ¿Demasiado temprano? O en su defecto: ¿muy remolones con Alberto?
El otro tema que domina la escena nacional pasa por lo que sucede en el Congreso de la Nación, mas precisamente en la Cámara de Diputados, que debe tratar el proyecto de la denominada Ley Ómnibus enviado por el ejecutivo.
El paro que no para no sirve. Los lideres sindicales resolvieron realizar esta medida light de 12 horas, quisieron plantar algunas banderas, decir aquí estamos nosotros, mostrar los dientes, pero sin morder a nadie. Están enojados con Milei, razones tienen para ello, si prosperan la batería de medidas que impulsa este gobierno, muchos beneficios cuando no privilegios, habrán de terminarse. El enojo se extiende también al propio justicialismo, que está huérfano de representación luego de 4 años en el poder, con muy poco para celebrar y mucho para lamentar. Su presidente Alberto Fernández, está en España y las críticas incluyen a Cristina y Máximo (aunque este se hizo presente en la Plaza de los Dos Congresos).
Como sucede siempre en estas movilizaciones, las cifras difieren sustancialmente. Las organizaciones hablaron de 500 0 600 mil personas, la policía federal de 100 mil y Bullrich de solo 40 mil. Generalmente en estos casos, la verdad está en el medio de los extremos, ni 600 ni 40 mil. Lo importante, no hubo incidentes mayores que hubieran girado la matriz de la protesta.
Es de presumir, que tantos unos como otros, esperaban más. Muchos sostienen que en realidad esta protesta favorece a Milei porque sus convocantes tienen una legitimación por el suelo. Mientras los referentes de la oposición sean Moyano, Daer y los gordos, el gobierno respira más o menos tranquilo.
El Congreso es otra cosa. Allí está representada, en gran medida la casta, a la que alude casi diariamente este presidente y fue el caballito de batalla que lo llevó al cargo que actualmente ocupa. Hay en este poder de estado, dos proyectos estratégicos para este gobierno: La Ley Ómnibus y el Decreto de Necesidad y Urgencia.
Este proyecto de Ley tiene 650 artículos. Era imposible que saliese tal cual fue enviado al congreso. ¿Por qué se hizo así entonces? Nadie logra dar una respuesta convincente. Lo cierto, es de manual, que esta propuesta debe consensuarse con quienes manifiestan su intención de apoyarla genéricamente, no así Unión por la Patria y la izquierda, que manifestaron su total y absoluto rechazo a esta proposición apenas conocida.
Lo verdaderamente llamativo es que, cuando se deben conseguir los apoyos necesarios para lograr su aprobación, Milei, Caputto y compañía salen a torearlos, redoblando la apuesta, algo nunca visto hasta ahora, incluso cruzándose duramente con los gobernadores, de donde podría obtener los votos que hoy más que nunca necesita.
Locura o genialidad. No hay términos medios. Estamos en presencia de absolutos improvisados o son realmente unos genios, las fuerzas del cielo como les gusta llamarse. Y parece que algo tienen en claro, no están dispuestos a cambiar su forma de gobernar ni hacer política.
Sin dudas, todo lo relacionado a la parte impositiva del proyecto, es lo que mayor resistencia generaba: sistema jubilatorio, ganancias, retenciones, moratoria, blanqueo. Pues bien, el viernes ya de noche, el ministro de economía anunció que retiraban el capitulo impositivo del proyecto, para facilitar su aprobación. Pragmatismo el máximo. ¿Alcanza? Se verá. La pregunta del millón: ¿loco o genio?
Los gremios estatales santafesinos se preparan para la pelea. Este periodista adelantó en esta misma columna editorial, de hace 7 días, lo que la semana se encargó de corroborar. Hay un conflicto en puertas con los gremios estatales de la provincia. Esta semana continuaron los encuentros paritarios, pero sin ningún grado de avance, que permita por el momento vislumbrar una salida superadora.
El gobierno está plantado en que no puede comprometerse, con lo que no está seguro de poder cumplir. Por ello, propone un mecanismo de aumento salarial, según evolucionen los ingresos provinciales. Los gremios reclaman el cumplimiento de la ultima parte de la paritaria 2023, que acordaron con el gobierno anterior. Son casi 50 puntos de diferencia dicen los sindicalistas. ¿Por qué dejaron que la diferencia llegara a tanto?
Los sindicalistas santafesinos se plantaron y dijeron: hasta que no se cumpla la paritaria 2023, no se discute el 2024. AMSAFE hizo punta, y como sucede habitualmente, tras la posición de los gremios docentes, se encolumnan el resto de los gremios. Lo dijimos ya; es el primer gran desafío para el gobierno de Pullaro.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso