Esta semana finalizó con un frente que el gobierno provincial no podía cerrar: el acuerdo salarial, en el marco de las paritarias, con los docentes y los agentes estatales nucleados en la UPCN y ATE. Sin ducas, los días de paros provinciales, sumados a la adhesión a las medidas nacionales, totalizaron una docena de días sin clases.
Hay que reconocerle a este gobierno de Pullaro, que ya la primera semana de enero convocó a los gremios a un primer encuentro. Aquella primera ocasión, más allá de las formalidades, sirvió para que las autoridades recién asumidas plantearan sobre la mesa el elevado ausentismo docente, justificado en algunos casos, y muy difícil de explicar en tantos otros. Medido en recursos dinerarios representaba entre el 25 y el 30% adicional a la masa salarial que se debía destinar al pago mensual de los maestros. En tiempos donde NO HAY PLATA al decir de Milei, se trata de muchos recursos que no siempre tenían el mejor destino.
Lo que vino después no fue mucho más fácil para este gobierno y para todos los gobiernos provinciales. La motosierra del gobierno nacional tuvo impactos en las economías provinciales, sumado a los efectos inflacionarios de diciembre y enero, que fueron realmente devastadores. El gobierno de Pullarlo se encontró, de buenas a primeras, con un coctel de tormenta perfecta: menos ingresos nacionales y también locales, por la desaceleración de la económica; y al mismo tiempo, se debió hacer cargo del último acuerdo paritario del gobierno de Perotti (un regalito de un 34% entre la inflación de 2023 y lo efectivamente aumentado en materia salarial), más la inflación de los primeros meses que siguen siendo muy elevados.
Los ministros provinciales salieron en coro a decir sobre el déficit heredado, los desajustes actuales por menos ingresos y más gastos. Todo esto demoró que se pudiera presentar una propuesta salarial potable y en tiempo. La realidad fue que las clases volvieran a comenzar con medidas de fuerza, en una película que parece no tener final para el inicio de cada nuevo ciclo lectivo.
Después de una frágil amnistía volvió el conflicto y también los paros docentes. En el ínterin, el gobierno ideó un sistema novedoso al que llamó Asistencia Perfecta, como forma de premiar a los maestros que asisten puntualmente a dictar clases. El estímulo económico no es nada despreciable, especialmente en tiempos de vacas flacas, donde los ingresos se cuentan de a uno.
Premio o presentismo. Los sindicatos que nuclean a la docencia santafesina denunciaron que no había nada por celebrar y que en realidad era la vuelta del presentimo, implementado por el ministro Ing. Fernando Bondesio, durante el gobierno de Carlos Reutemann. Por aquel entonces, este editorialista era también docente en el nivel superior. Creo divisar una clara diferencia entre el sistema de entonces con el que acaba de implementarse.
Esta premiación es un suplemento adicional o como quiera dárselo en llamar por sobre la pauta salarial establecida. Si asiste recibe el docente un premio adicional, pero si no concurre, no recibe el premio, pero tampoco sufre ningún descuento en sus haberes. Considero que existe una diferencia, que no es lo mismo, y así lo interpretan buena parte de los docentes que presentaron su declaración jurada de asistencia durante el último paro de 48 horas.
No había tiempo ni lugar para más. La provincia realizó el ultimo lunes una nueva propuesta que resulta superadora sobre la proposición anterior, y algo muy importante también, se extiende por un trimestre; o sea, hasta las vacaciones de julio, lo que da un respiro para todos, porque los gremios saben también que los conflictos no pueden ser eternos. “Esta propuesta tiene otro color”, dijo Pedro Bayugar (titular de SADOP) y con esa consigna se terminó aprobando la nueva oferta salarial, aunque se agregue con cierto inconformismo.
En un contexto inflacionario como el actual, nunca los salarios podrán ganarle a la inflación, y esta oportunidad no será tampoco la excepción. Así lo entendieron también los gremios que nuclean a los agentes estatales -UPCN y ATE- que de igual forma terminaron aceptando el nuevo ofrecimiento salarial.
El horizonte de Pullaro luce ahora despejado. No es lo mismo un gobierno con o sin paro en su provincia. La situación de Misiones está a la vista. La superación de los conflictos le permite ahora al gobernador avanzar con mayor fortaleza y seguridad sobre los próximos pasos a dar. Enhorabuena y para bien de todos.
Les deseo una feliz semana.
Lic. José Carlos Odasso