Fue una semana muy corta, a raíz del feriado de carnaval, pero igualmente muy intensa y en todos los órdenes. Vivimos tiempos tan vertiginosos, que no se toman vacaciones, ni dan espacio para la distención.
Semana clave: Serán 5 días determinantes para saber si efectivamente el ciclo escolar comienza este año sin paro de los docentes y de acuerdo al calendario establecido. Aplaudimos en su momento, que ya el 4 de enero pasado, se realizara el primer encuentro paritario. Muchas veces el tiempo, o la falta de él, conspira para arribar a acuerdos en los plazos pautados.
Realmente luego de aquella reunión, todo un gesto político si lo hay, los avances no fueron muy significativos; es más, hasta hubo algunos cortocircuitos en el medio. En el primer encuentro los representantes gubernamentales dejaron planteada una primera cuestión, que tampoco es nueva: el del 25% del ausentismo de la docencia según los datos del gobierno.
El segundo punto de controversia fue la actualización de la paritaria de 2023, que fue firmada por las autoridades del gobierno de Perotti en la última parte del año. Con las nuevas autoridades ya electas, afirmaron que esa diferencia superaba el 40%, finalmente se logró acordar que era del 34%. El punto siguiente fue convenir la forma de pago de ese diferencial. El 14% inicial se está abonando y el restante 20% se comprometió el gobierno a pagarlo antes de finalizar el mes en curso.
¿Que pasará en este 2024? Esta semana será definitiva. El gobierno de Pullaro deberá presentar la primera propuesta salarial, con una salvedad ya adelantada: “no ofreceremos lo que no estamos en condiciones de pagar”. Anticiparon que lo más conveniente sería incrementar los salarios en virtud de los aumentos que registren los ingresos provinciales, ofrecimiento no muy fácil de aceptar para los maestros.
No hay plata. Si algo faltaba en este contexto de marcadas limitaciones económicas para los estados provinciales, se sumó la nación. Milei y su gente dijeron que la educación es un tema eminentemente de las provincias y por lo tanto adelantaron que no habrá transferencias que el gobierno nacional venia girando a través del Fondo de Incentivo Docente -FONID- y que permitía abonar una parte del salario para los maestros, que en tiempos de vacas flacas era una ayuda, no significativa, pero ayuda al fin.
Pareció en la semana que concluyó que el gobierno central convocaría a la paritaria nacional de los docentes, pero finalmente Milei volvió sobre sus propios pasos y esa posibilidad quedó absolutamente descartada, al menos por el momento.
El tiempo corre. Se vuelve en un adversario muchas veces implacable. La provincia deberá ofrecer una propuesta salarial y luego los gremios deben bajarla a sus afiliados para que sea aceptada o rechazada. El martes es el día D. Si sucede esta segunda posibilidad, es ya de manual, el rechazo viene acompañado por medidas de fuerza. Ahora el ministro de Educación, José Goity dijo que lamentablemente no pueden asegurar el comienzo normal de las clases.
Esta realidad es, en más o en menos, una película que ya conocemos y que de no mediar un acertijo providencial que sorprenda, se escribirá un nuevo capitulo para una historia que parece no tener final.
Desde esta misma columna, ya advertimos que esta situación inexorablemente tendía a concretarse. Es de esperar que algo verdaderamente sorprendente suceda, pero en este estado de restricciones económicas, lamentablemente no podemos ser para nada muy optimistas.
Como sucede y ya es parte del guion, el resto de los gremios estatales -UPCN, ATE, AMRA, SIPRUS y demás – habrán de esperar el acuerdo al que arriben los docentes, que al comienzo del ciclo educativo tienen el mayor poder de fuego.
Soñemos un poco: Deseamos que lo aquí apuntado no se concrete en la realidad.
Brindemos para que las autoridades del gobierno y los gremios encuentren una salida alternativa, a partir del diálogo y la buena voluntad, para que no terminen perdiendo, a los que ambas partes dicen defender: los alumnos.
Se sabe perfectamente, día de clase no dictado y es día perdido. ¡Sensatez e imaginación, por favor!
Que tengan una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso