La primera semana de enero, deja una cruda realidad. No hay plata, dijo el presidente Javier Milei. Esta aseveración no es solamente válida para las arcas nacionales, lo es también para las finanzas municipales. Se trata de un efecto cascada o derrame para los recursos municipales. Si se contrae la coparticipación que nación gira a los estados provinciales por contracción de la actividad económica, esto antes que después también tiene su impacto en los estados locales.
Este periodista, sin ser un clarividente ni mucho menos, ya lo advirtió en esta misma columna del domingo 10 de diciembre pasado. Allí nos adelantamos a lo que ahora comienza a verse en toda su realidad. El problema es tan simple de visualizar como difícil de resolver y requiere de tomar determinaciones que nunca son simpáticas, las menos deseadas para el político gobernante de turno, las que siempre generan cimbronazos especialmente hacia adentro del gobierno, en este caso del estado municipal.
Enri debe cambiar rápidamente. El actual intendente, único en ser electo tres veces por los vecinos de Reconquista, llegó a ese exclusivo sitial de honor, en gran medida por su enorme capacidad de trabajo, un gestionador nato por excelencia, incansable. Nadie puede discutir estas fortalezas de su gestión; donde por otra parte y sin pretender minimizar lo ejecutado, tuvo lo que se llama viento de cola o a favor, gobierno nacional y provincial del mismo signo político, pero especialmente un contexto económico mucho más favorable que el actual. La realidad actual es con viento de frente, o viento en contra, que pega y duro. Por más signos del mismo palo en Santa Fe y Buenos Aires, este baño de realismo inexorablemente iba a llegar e impactar.
La ciudad hoy requiere (y la realidad casi que exige) un muy buen administrador, hay que cambiar el chip. ¿Qué significa buen administrador? Saber gobernar con recursos cada vez más finitos y necesidades, al mismo tiempo, más grandes. Esto es saber definir prioridades, a sabiendas que ahora como lo dijo Milei: ¡”No hay plata”!
Los gastos suben por el ascensor y los ingresos vienen por la escalera. Esto es pretender parafrasear al General, cuando dijo los precios suben por el ascensor y los salarios por las escaleras. Es exactamente lo mismo, por lo que aquella expresión se ajusta perfectamente a esta realidad. Hay gastos considerados duros, que no se pueden dejar de pagar, y que siguen en gran medida esta alocada carrera de precios. Los salarios son uno de ellos, si bien unos pasos más atrás, tarde o temprano, tienden a equipararse con la inflación. La única forma de originar un achique en este concepto es reducir la cantidad de personas contratadas. ¿Estará dispuesto Enri a tomar esa decisión, por cierto, muy difícil pero cada vez más inexorable? Insumos como el combustible, lubricantes, neumáticos, lámparas para la iluminación pública, tienen aumentos directos y sin paritarias y hay que pagarlos. Si no se abonan en los plazos establecidos, que es una primera reacción, muy pronto se quedan sin la provisión de estos insumos que son estratégicos para brindar los servicios esenciales que debe garantizar un municipio.
Los ingresos, lo dijimos, van por la escalera; es decir, suben pero a otro ritmo, mucho más pausado, y en un porcentaje muy inferior a los gastos. El temor es siempre el mismo para todo gobernante (excepto Milei hasta ahora), si subo las tasas municipales (los municipios no pueden cobrar impuestos) al ritmo de la inflación, el peligro es que los contribuyentes cumplidores se reduzcan considerablemente. En estos momentos críticos y cíclicos de la economía argentina, cuando se viven este tipo de situaciones, entre comer y pagar la tasa, ya se sabe por dónde se inclina la respuesta del ciudadano.
Estado de emergencia. Se quiera aceptar o no, es la realidad. Enri lo sabe, pero decidieron comenzar el recorte de gastos por el final, por lo que solo deben dejar de prestar como instancia final. Refiero a los servicios públicos, que es la función esencial, primaria, indelegable de todo estado municipal.
Para colmo, y también es un dato de la realidad, hasta las condiciones climáticas se conjugan, para que esta situación sea una “tormenta perfecta”. Más de 60 árboles cayeron solamente en el último fenómeno climático del 29 pasado.
Es cierto, tanto como que la ciudad está sucia. Dijimos en su momento, que linda está Reconquista, que limpia está la ciudad, hoy es exactamente lo contrario y corresponde decirlo con el mismo énfasis. El recorte en la recolección de residuos es una pésima determinación, con el agravante que los propios vecinos denuncian haberlos sacado en los días establecidos y que nadie pasó a recogerlos. Los pastos sin cortar ya dejaron de ser noticia, aunque no dejan de ser una presencia totalmente indeseada. Lo recuerdo perfectamente, y por ello tenemos la autoridad y honestidad profesional para subrayarlo, nuestro cementerio era un lugar limpio y cuidado, hoy reina el abandono, allí donde descansan nuestros seres más queridos.
Fue Gustavo López quien lo expresó en Vía Libre Radio. En el día en que el personal del obrador nº 1 inició medidas de fuerza por el reclamo de la ropa de trabajo adeudada, el ex presidente del Concejo dijo; palabras más, palabras menos: que poco tino tienen los influencer de la muni, graban un spot informando sobre los nuevos días de recolección de los residuos, y ponen a un chico que no es empleado, empilchado de primera, con un overol nunca visto por aquí, que junta la basura y conduce, y que comunica una restricción como si fuera algo para celebrar. Pésima forma de comunicar, que consigue el resultado exactamente opuesto al que se pretendió obtener.
Enri deberá tomar determinaciones, deberá ver y escuchar a su gente, a la que lo quiere y que quiere también a Reconquista. No es fácil, es la medicina que ningún político quiere tomar, pero no queda otra. Cuanto más demore, peor será. Empezó por el final, son rectificaciones que deberá realizar, la gente está enojada y eso no es bueno. Deberá saber decir también: No hay plata, para los gastos que se pueden posponer, no para los servicios que inexorablemente deben prestarse.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso