En las décadas de 1940 y de 1950, la zona de calles Iturraspe y Ley 1420 de la ciudad de Reconquista era sumamente importante. Esta esquina, estaba a metros de la Iglesia Parroquial -a partir del año 1958 fue elevada a la categoría de Catedral-; de la Jefatura de Policía, de las entidades bancarias, y formaba parte (como lo sigue siendo) del centro comercial de la ciudad. La gente se convocaba para los atardeceres musicales que ofrecía la Banda Municipal en la Plaza 25 de Mayo, para dar “la vuelta al perro” en la rotonda embaldosada y sombreada que circundaba el monumento al General Obligado, y también concurría a los actos públicos celebrados al pie del enorme mástil que se había inaugurado en agosto de 1938, obra del arquitecto Stutz. En el solar noroeste de calles Iturraspe y Ley 1420 funcionaba la primaria y secundaria de la Escuela Normal Juan Bautista Alberdi, formadora de jóvenes maestros de toda la región, quienes al recibirse, generalmente retornaban a sus lugares de orígenes.
Los transportes de pasajeros y vehículos en general, provenientes del sur, debían pasar por aquí para dirigirse rumbo al norte. Seguir por el terraplén, cruzar los viejos puentes carreteros sobre el Arroyo del Rey y continuar en línea recta en esa dirección. El mismo trayecto a la inversa, debían hacer aquellos que venían del norte y se dirigían hacia el sur. Era la antigua traza de la Ruta Nacional N° 11.
A mitad de cuadra, por calle Ley 1420 a la altura del N° 545, estaba el Hotel Pallotti, que cumplía la doble función de hospedaje y Estación Terminal de Colectivos. Allí paraban los transportes de media y larga distancia. Se producía el descenso de pasajeros que llegaban a nuestra ciudad y el ascenso de quienes partían hacia otros destinos. Los choferes aprovechaban para hacer un breve descanso y verificar que el vehículo estuviera en condiciones de continuar. Frente al Hotel, estaba el taller de reparaciones de la empresa de ómnibus El Norte.
A principios del año 1946, en la esquina de Iturraspe y Ley 1420 solar noreste, abría sus puertas el Bar y Comedor “El Democrático” de Leandro “Toto” Facal. Desde el frontispicio del local, estaba amarrado uno de los parlantes de PRIORAL, primera propaladora oral de Reconquista de Domingo Parente. Difundía música variada, noticias y publicidad. Comenzaba sus emisiones a la hora 17 y las cerraba a las 21. Leandro Facal y su mujer Amalia Bertini trabajaron afanosamente para hacer de “El Democrático” el lugar de reunión para quienes lo visitaban diariamente. Los clientes compartían allí largas tertulias. Por la noche, era el turno de la buena música, que estaba a cargo de notables intérpretes que concurrían al lugar a visitar a su amigo “Toto”. La cocina y el bar funcionaban a pleno. Se podía desayunar, tomar un café, beber algo, almorzar o cenar. Eran muy apreciados los cortes de asado que se cocinaban a fuego lento, o la parrillada completa (el asador estaba encendido y activo todo el día). También, se podía optar por minutas varias, bifes encebollados a caballo, la pastelería elaborada por el rosarino Barreto, o las empanadas y pizzas que preparaba Monteverde, maestro pizzero oriundo de Santa Fe, quién años más tarde se convertiría en cuentapropista y abriría la recordada Pizzeria Monteverde en calle General Obligado al 800.
En “El Democrático”, se juntaban Individuos de distintas ideologías políticas y de las más diversas ocupaciones. Intelectuales, profesionales, empresarios, deportistas, asalariados, políticos, agricultores, ganaderos, poetas, músicos, periodistas, gente de la cultura de aquí y de otros puntos distantes. Este lugar, fue el más importante centro de convergencia de célebres músicos. Isaac Abitbol y su Cuarteto Santa Ana (Ernesto Montiel, Samuel Claus y Luis Ferreyra), Tránsito Cocomarola, Antonio Niz, Miguel Repiso, Julio Montes, Roberto Galarza, Salvador Miqueri, Mauricio Valenzuela, los locales Evaristo “El Pibe” Fernández Rúdaz casi siempre acompañado por su hijo “Yiyi”, “El Cordobés” Bustos, los hermanos Spinazzi (Domingo, Coco y Cacha), Armando “pato”, Francisco “mosquito” y José María “nacha” Gavirondo, Romerito y su acordeón, Avelino Flores –padre de Rudi y Nini Flores- quien fue presentado y recomendado a Isaco por Toto Facal. Recuerdo que esa noche Isaco le pasó el “fueye” a Avelino y le dijo: “tocate algo”. Le causó tan buena impresión que lo llevó a Mburucuyá y lo acercó al dúo Vera-Lucero. Este fue el comienzo de la inolvidable trayectoria de Avelino Flores, uno de los más importantes referentes en la historia de la música chamamecera. El poeta Samuel Cernadas llegaba todas las tardes; saco gris y sombrero color verde de ala corta. Buscaba alguna de las mesas que estuviera desocupada, pedía una caña Legui, sacaba del bolsillo del saco un Block o cuaderno y se ponía a escribir poesías que han quedado para la posteridad.
Asiduo participante en las conversaciones que a diario se daban en “El Democrático” era el entonces joven Pablo Alcides Pila. Docente, poeta y escritor. Galardonado con innumerables e importantes menciones y premios a nivel local, provincial y nacional por su valioso aporte a la Cultura. Es muy significativo para los reconquistenses y la región haber tenido un referente de esta envergadura. Fue un santafesino ilustre.
Diariamente nos encontrábamos aquí con protagonistas de innumerables y famosas anécdotas que han quedado en el recuerdo, y se han incorporado como parte de nuestra historia mundana. “Mundi” Audisio, el cantante de tangos “Lopecito”, “el indio” González, Chicha Nefle “Rompehuesos”, Luca “Cheto” Villamayor, Coco “el cabezón Buscaroni, “el negro” Gamarra, “el flaco” Vidal, Alejo “el gaucho” Bazán, Alexis “el uruguayo”, Virgilio “Zampaga” Aquino, peluquero y guitarrero, Aroldo Espinosa (suegro de “Tito” Deiber), los jóvenes Mario Zgradich, Alberto “Perita” Tognetti, “el indio” Romitti, y… muchos, muchísimos más que por cuestiones de espacio no figuran aquí pero que estarán por siempre en mi memoria.
Fueron tiempos de mansa bohemia vividos intensamente.
El ”Bar y Comedor El Democrático” cerró sus puertas a mediados del año 1958; fue porque su propietario “Toto” Facal decidió dedicarse a otra actividad comercial.
Leandro Sixto Facal y Amalia Elena Bertini tuvieron tres hijos. Leandro “Totito” falleció en un accidente automovilístico a los 6 años de edad; Leopoldo Francisco, vive en Reconquista y Juana Elena vive en Córdoba.
“Toto” Facal falleció en Reconquista el 18 de octubre de 1964 a los 56 años. Amalia Elena Bertini falleció en Rosario el 4 de abril de 1969 a los 60 años
Leopoldo F. Facal
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