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LA HISTORIA DE LA RELIGIÓN EN AVELLANEDA

Si bien la historia de la actividad religiosa en Avellaneda está contenida en mis otros libros titulados “Bajo el Signo de la Fe” (1997) y “100 años Parroquia Santisima Virgen María de la Mercedes” (2011), quiero incluir aquí, aunque fuere una breve síntesis de esta característica indiscutible de la población: su profunda fe cristiana, heredada de los abuelos inmigrantes y mantenida firme a través de los años. De allí podemos concluir, sobre el porqué de la concurrencia masiva de los feligreses a los actos y oficios religiosos que se celebran tanto en el templo parroquial “como en las numerosas capillas y salones, con la participación activa de todas las familias.

Si quisiéramos tener una visión retrospectiva de la actividad religiosa en nuestra ciudad, tendríamos que dividir la historia en tres partes, tomando como hito la llegada de la Orden de los Siervos de María.

ANTES DE LOS SIERVOS DE MARIA

Apenas establecidos los primeros inmigrantes en lo que hoy es Avellaneda, una de sus primeras preocupaciones, luego de sus viviendas particulares, fue la de edificar un templo para el culto. En 1881, animados por el Comisario don Fernando Pearson, quien había regalado un altar traído desde Buenos Aires con todo lo necesario para la celebración de la Santa Misa, comenzaron a edificar una capilla con palos, paredes de barro y techo de paja y dos habitaciones para que fueran ocupadas por el capellán, si conseguían que se les mandara uno.

La capilla se inauguró a fines de 1882 y fue atendida por los Misioneros Franciscanos del Convento de San Lorenzo que periódicamente visitaban la localidad. Administraba los sacramentos Fray Antonio Rossi, Rector de las Misiones de la Frontera, con asiento en Reconquista.

El primer capellán que se estableció fue Fray Celso Ghio, también franciscano, en el año 1891. Durante el ejercicio de sus funciones se formó la Sociedad Católica de Socorros Mutuos, de cuyo seno brotó la idea de construir un templo de material. Aceptada la propuesta por el sacerdote, a principios de 1892, después de la Misa del domingo, puso a consideración de todo el pueblo este proyecto que fue aprobado y apoyado con el aporte económico y la mano de obra gratuita.

Los trabajos se iniciaron en 8 de febrero de 1893 y, a partir de allí, las obras siguieron con intervalos hasta que, finalizada la nave principal, fue habilitada al culto el de 24 de setiembre de 1897, día de Nuestra Señora de las Mercedes, Patrona del pueblo. El templo media treinta metros de largo, ocho de ancho y trece de alto, de estilo gótico, y el techo sostenido por arcos del mismo estilo.

A partir de ese momento poco se pudo hacer por los continuos cambios de Capellanes.3en 1899 se retiró la Misión Franciscana quedando la población bajo la Curia obispal de Santa Fe, cuyo titular era, en ese entonces, Mons. Juan Agustín Boneo.

En 1902, fue terminada  la nave del Sur y, en 1904, la del Norte. En 1907, se concluyó el campanario y, el 24 de setiembre de 1908, se inauguraron las tres campanas de bronce traídas desde Italia.

El 13 de setiembre de 1911, se creó la Parroquia de Avellaneda puesta por Mons. Juan Agustín Boneo “bajo el Título y Patronato de la SSma. Virgen María de las Mercedes”, siendo su primer titular el Pbro. Juan Gallo.

A partir de allí se fueron sucediendo los sacerdotes, algunos de los cuales no quedaban mucho tiempo, a veces por diferencias suscitadas con ciertos grupos de gente.

Para normalizar esta situación, Mons. Juan Agustín Boneo decidió enviar a un miembro de la Orden de los Siervos de María quien se encontraba desarrollando su actividad pastoral en la Parroquia de San Antonio de Obligado.

CON LOS SIERVOS DE MARIA

El 14 de junio de 1929, se hizo cargo definitivamente de la dirección espiritual de la Parroquia de Avellaneda el RP Celso María Milanesio, de la Orden de los Siervos de María, quien supo llevarla con mano firme pero bondadosa por la senda que correspondía. Sus largos años de labor hicieron incrementar la fe de los habitantes y el acercamiento de ellos para cooperar con las actividades propias de la Iglesia.

Hombre de intensa vida espiritual, promovió la creación de asociaciones de piedad, el Apostolado de la Oración, la Cofradía de Lourdes, Santa Teresita, Tercera Orden, etc., logrando que se comprendiera y se difundiera ampliamente la Comunión frecuente, el Rosario en familia y otros actos de piedad. La educación cristiana en los niños y adolescentes fue su inquietud constante que se cristalizó en la fundación del Colegio Nuestra Señora de la Merced y del Instituto Gustavo Martínez Zuviría.

Promovió la creación de distintas capillas en parajes del distrito y en lo que respecta al templo parroquial podemos decir que, en noviembre de 1937, comenzaron los trabajos de ampliación, concluidos en 1938. El 11 de julio de 1939, Mons. Francisco Vicentin consagró el altar mayor.

El 14 de setiembre de 1953, se inauguró la refacción general del frente del templo, levantando aun mas la torre y colocando un nuevo reloj automático.

Treinta y ocho años después de haber asumido su cargo de párroco, el RP Celso María Milanesio, entregó la titularidad al RP Felipe María Zanin, continuando él en calidad de Vicario Cooperador hasta el momento de su muerte.

El mayo de 1971, el RP Felipe María Zanin fue reemplazado por el RP Miguel María Gaudiello hasta junio de 1975 en que debió viajar a Buenos Aires para atender compromiso de la Orden, ocupando su cargo interinamente el RP Rafael María Borotto, quien fue confirmado en mayo de 1976.

En enero de 1986 asumió el RP Cristóbal María Piebello hasta el 8 de abril de 1987 y desde el 19 de abril de ese año fue reemplazado por el RP Agustín María Poier.

El 7 de marzo de 1988, ocupó su lugar el RP Adolfo N. Carrizo quien falleciera en un trágico accidente automovilístico ocurrido en la zona rural, el 6 de diciembre de 1999.

En su reemplazo, volvió, nuevamente el RP Agustín Pollier, hasta que la Orden de los Siervos de María decidió entregar la Parroquia a la Diócesis de Reconquista, luego de 73 años de presencia en la ciudad.

DESPUÉS DE LOS SIERVOS DE MARIA

El domingo 8 de marzo de 2003, se realizó el acto de recepción oficial del nuevo Párroco de Avellaneda, RP Efrén Mario Agretti, quien estuvo al frente de la parroquia hasta que Mons. Ramón Alfredo Dus, al asumir la conducción de la Diócesis de Reconquista, lo nombró Vicario General de la misma, desde el lunes 18 de mayo de 2008.

En su reemplazo, el domingo 18 de mayo de 2008, asumió como nuevo párroco de Avellaneda, el RP Lic. German Ernesto Vallejos quien desempeñó esta función hasta que fue nombrado Rector del Seminario Interdiocesano “La Encarnación”, de Resistencia, provincia de Chaco, cargo que ocupó a partir del 27 de febrero de 2012. Para ocupar el cargo vacante al frente de la Parroquia de Avellaneda, el domingo 15 de abril de 2012, asumió el RP Dr. Ángel Jose Macin hasta que, el sábado 12 de octubre de 2013, se conoció la noticia de que el Santo Padres, el Papa Francisco, lo había designado como Obispo de la Diócesis de Reconquista.

El 17 de mayo de 2014, asumió como Párroco de Avellaneda y como Asesor de la Pastoral Vocacional Diocesana, el RP Silvio Orlando Fabbro, continuando como Asesor de la Renovación Carismática.

VICTOR BRAIDOT. Del libro AVELLANEDA EN EL TIEMPO – SEGUNDA EDICIÓN TOMO 2

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