Lo que dejó la semana: Inflación, paro, movilización y valores.
Esta última semana deja mucha tela para cortar. Fueron muchos los temas que merecen ser debatidos aquí con todos ustedes. Pero inexorablemente, en estos momentos, la situación económica resulta preponderante y adquiere una dimensión especial que desplaza a cualquier otra cuestión por considerar. La economía tiene consecuencias sociales e impacta particularmente en las familias menos acaudaladas, que ven con desesperación como sus ingresos pierden poder adquisitivo frente a una inflación cada vez más imparable. Digo imparable, sin temor a equivocarnos, porque se apela a medidas que ya fueron un fracaso en el pasado.
La inflación de junio retoma la curva ascendente, luego de la baja registrada en mayo, con el agravante que en este mes de julio irá más para arriba todavía. Las consultoras proyectan ahora una inflación anual superior al 80%. Orlando Ferreres, entrevistado durante la semana, vaticinó un 83%, pero solo si se cumplen una serie de pautas. Algunos más extremistas hablan de una inflación mensual de dos dígitos y de tres para el término del año. Sería una situación tan crítica como lamentable y con severas consecuencias para el tejido social de los argentinos.
Cuando la situación de la economía es tan crítica; indudablemente que tiene su correlato en la política. La inestabilidad económica temprano o tarde impacta en la política. Las mediciones del humor social así lo reflejan. Lo bueno es que Alberto y Cristina, más Sergio Massa, parece que se dieron cuenta de la gravedad del momento y si bien se siguen peleando, al menos ahora no lo hacen tan públicamente. Si el barco se hunde -acuerdan- no se salva ninguno. Los une el miedo, bienvenido ello sea.
Reapertura de paritarias. La escalada inflacionaria tuvo su correlato en la decisión adoptada por la FESTRAM, que nuclea a los sindicatos municipales de toda la provincia. La inflación del primer semestre del año en curso -36,2%- ya supera lo acordado en la paritaria -30% para igual periodo- y seguirán perdiendo porque para julio recibirán otro 5%, cuando la inflación estará muy por encima de ese porcentaje. Esto motiva a que los trabajadores de municipios y comunas reclamen un adelantamiento del acuerdo salarial previsto recién para setiembre, que a este ritmo en el aumento de precios, es una enormidad de tiempo. En esta oportunidad, los municipales se pusieron a la cabeza de los reclamos, los maestros están allí, mientras UPCN y ATE – gremios que nuclean a los agentes estatales – están en riguroso silencio de radio.
Paro y movilización sí, lo otro no. El paro es un derecho legitimo que asiste al trabajador. Nada de discutir por allí, posee rango constitucional. Sucede que, para ganar en visibilidad, los paros se complementan con movilizaciones y cortes de calles y/o rutas. Esta decisión gremial, a su vez, va en desmedro de otro derecho constitucional, el de poder circular libremente. “Es una pelea entre laburantes” dijo en Vía Libre un camionero y “si yo no laburo, no como”, expresaba con claridad meridiana.
Toda medida de fuerza debe buscar el apoyo social, del resto de la población, no fue este el caso. La gente se mostró muy enojada por el corte de la Ruta 11, a la altura del puente sobre el Arroyo del Rey. Mucho más desencanto originó la utilización de vehículos municipales, que formaron parte de la movilización. ¿Quién paga el combustible? “y si sucede un accidente con alguno de esos vehículos, ¿quién se hace cargo”, será que el “Enri” se animará a denunciarlos? Son preguntas escuchadas el mismo día de la medida. El gobernador ordenó a sus funcionarios que radiquen las denuncias correspondientes, por acá nadie dijo nada todavía. Se viene ahora un paro de 48 horas para esta semana que estamos iniciando.
Lo sucedido ratifica lo que siempre sostenemos desde esta columna, la inflación le gana siempre a los salarios. Los gremialistas que aseguraban lo contrario y acordaron los incrementos actuales, guardan ahora un silencio más que llamativo.
Es que el miedo nunca es tonto, lo que no se puede es defender los salarios de los trabajadores y ser oficialistas al mismo tiempo. Los gremialistas estatales que no defiendan a sus afiliados es muy probable que la inflación también los haga ingresar en un tobogán sin retorno.
El valor de la honestidad. No todo está perdido. Toniel Pirez es un ejemplo de ello. Tiene 20 años. Vive en Oberá, estudia dos carreras de nivel superior. “Que ser honesto sea una noticia, es una vergüenza” dijo el joven en Vía Libre. Encontró un fajo de dólares en la calle, buscó a su dueño y lo devolvió. Lo que debe ser algo normal parece una excepción. Es que en gran parte, esto demuestra que los problemas de nuestro país, son valores que faltan. Necesitamos más Tonieles que se animen y se multipliquen. Esto ratifica, una vez más, que solo con VALORES, TENEMOS FUTURO !!!
Feliz semana para todos ustedes, día del amigo incluido.
Lic. José Carlos Odasso
