Lo que dejó la semana: inflación, deuda, vulnerabilidad infantil.
Fue una semana con muchos temas, que bien pueden ser tomados y analizada por este editorialista, si bien ninguno tiene carácter excluyente. El motivo puede ser que los vaivenes de la economía y la escalada del dólar informal a nuevos máximos históricos fue un motivo de preocupación. Algunos de ustedes, con cierta dosis de razón, podrán decirme la cotización de la moneda americana no me interesa ni preocupa, jamás ví ni veré un “verde” en mi bolsillo.
El problema no es el dólar en sí; por el contrario, un dólar más alto se traslada inexorablemente a precios. Lo que realmente importa es la inflación. Todo parecía y se proyectaba a que la tendencia de mayo siguiera al descenso. Luego de la suba del dólar, todo hace presuponer que el 5% se consolida y retoma nuevamente la curva ascendente.
La inflación siempre le ganó a la suba de salarios, quienes defiendan lo contrario, no saben nada de historia -los argentinos somos especialistas en inflación, podríamos dar cátedras- y mucho menos saben de economía. Fue el propio Gral. Perón quien dijo: “los precios van por el ascensor y los salarios por las escaleras”, pero existen muchos que tampoco aprenden de las sabias lecciones del general.
Aumenta el dólar, suben los precios, luego no hay precios y por ende nadie compra, porque nadie vende, debido que no sabe a que precios podrán reponer lo que logran vender. Estamos a tiempo de parar el paso siguiente, aunque las señales que transmite este gobierno, no son para nada optimistas. La falta de precios deriva en falta de productos, porque tampoco nadie produce, ya que no sabe cuánto les costará producir. Si no se produce, la economía ingresa en un párate, lo que técnicamente se llama estanflación (inflación con recesión).
Nadie quiere ser alarmista, pero convengamos que cuesta mucho no sentir cierto desconcierto. Al respecto, el que está más bien desconcertado es el Presidente Alberto Fernández. Explicó la falta de dólar, y por ende a la suba de la cotización, al crecimiento de la economía argentina. Falso, en abril se creció el 0,6% (se conoció el viernes), significa un 5,1% interanual, pero recién estamos llegando a los indicadores de noviembre de 2017; o sea, estamos como casi 5 años atrás.
Cuando estoy cerrando esta columna, se supo de la renuncia del Ministro de Economía, Martín Guzmán. La incertidumbre política genera inestabilidad económica y esta retroalimenta a la política. La gran pregunta es que cambia ahora en materia económica. Estamos sin ministro, pero lo más lamentable es que no sabemos hacia donde vamos. Alberto esta cada vez más solo y ello es muy preocupante.
Consejo Provincial de Niñas, Niños y Adolescentes. Tuvo lugar la asamblea del Centro Norte, la misma semana en que se registraron dos hechos que corresponden subrayarse. Un niño de 10 años se ausentó de su hogar. El tiempo transcurrido superó holgadamente el tiempo que habitualmente permanece fuera de su hogar y su madre debió dar cuenta a la policía. Afortunadamente, el niño apareció. Pero su caso no fue una picardía de la infancia. Los vecinos de la familia denunciaron que el niño está gran parte del día fuera de su casa, hasta altas horas de la noche. ¿Qué hace? Anda pidiendo y ofreciendo vender algunas cosas que su mamá negó dárselas. ¿Y entonces cómo las obtiene, quién se las da?
El otro caso puntual fue en una de las casas de la Fundación Ángel, que, siendo muy sinceros y honestos, debemos afirmar que nunca recibimos quejas del trato que allí se les brinda a los internados. Son niñas, niños (¿será necesario expresarse así?) y adolescentes derivados allí por esta secretaria. Lo que es muy cierto, recursos no le sobran a esta fundación, por ello que tiene un stand permanente de plantas y otros artículos en la plaza central. La cantidad de internados se incrementa y los lugares donde albergarlos son cada vez mas insuficientes. Lo que faltan irremediablemente son recursos humanos y económicos. Allá si se debe decir: ESTADO PRESENTE, PRIMERO LA GENTE (niñas, niños y adolescentes en estado de vulnerabilidad).
Se gastan infinitos dineros del estado para “asegurar derechos” y la gran pregunta que surge es quien se hace cargo de esta población que vive en un absoluto estado de indefensión. ¿Qué les espera a esas “niñas, niños y adolescentes”? Mucho lenguaje inclusivo, pero cero de inclusión social.
Esto que expresamos para la infancia y adolescencia se replica también en otros sectores de la sociedad que necesitan imperiosamente de la presencia del estado. Los adultos mayores (lo que antes era tercera edad, o lisa y afectivamente nuestros queridos viejos), los enfermos a consecuencia del consumo de estupefacientes, entre otros. ¿Cuál será el motivo por el cual no son tenidos en cuenta y mucho menos atendidos?
Cerremos con algo un poco más optimista. Finalmente, el gobierno central -es cierto también que pasaron los cuatro años de Macri- acordó pagar a la provincia 151.800 millones de pesos que fueron indebidamente retenidos por Néstor y Cristina, hasta que un fallo de la Corte Suprema de Justicia los declaró ilegal. Debió dejar de descontarse de la coparticipación y devolver lo retenido arbitrariamente. El último ministro de hacienda del gobierno del frente progresista, Gonzalo Saglione, dijo con razón, no es dinero en efectivo, como se abonó a otras provincias. Se paga en bono, que para hacerlos efectivo, sufren una depreciación de más del 30%, o sea, no son 150, en la práctica, son 100.000 millones. Algo es algo, dicen desde el gobierno provincial.
Hasta la próxima. Muy buena semana para todos ustedes.
Lic. José Carlos Odasso