Lo que dejó la semana:
Droga: todos somos potenciales víctimas.
Finalizamos una semana, que en gran medida, estuvo pendiente de las novedades económicas y también políticas que se fueron originando en el gobierno nacional. Muchos podremos decir “si no trabajo, no como, gobierne quien gobierne”, es muy cierto, pero no tan determinante. Las crisis políticas-económicas nos afectan, en más o en menos, a todos. El gran problema es la incertidumbre, la falta de certezas, somos un país imprevisible, y bajo este grado de inestabilidad es imposible pensar con cierta dosis de tranquilidad.
El flagelo de la droga. Es un problema eminentemente nacional, pero que trasciende a Rosario, Santa Fe, Buenos Aires y a otras ciudades densamente pobladas. Las drogas están ya, desde hace un tiempo a esta parte, con nosotros. No únicamente hago referencia al área Reconquista-Avellaneda, por cuanto este flagelo llegó también a las pequeñas comarcas. El compromiso y esfuerzos del Juzgado Federal de Reconquista es muy importante, pero la dimensión y gravedad de esta hipoteca que nos acecha, hace que ya resulte insuficiente.
La droga es un compromiso social. Sin dudas, todos debemos involucrarnos en este gran drama. Alguien podrá pensar a mi no me pasará nada porque yo no me drogo. No es tan así, lamentablemente y esto quedó una vez más ratificado en estos últimos días. Se sucedieron una serie de delitos contra la propiedad. Casi nadie, por decir ninguna persona, roba para comer, lo hace para luego vender a vil precio los elementos mal habidos y asi poder comprar “la merca”. Los relatos de las victimas de esos robos son una muestra elocuente de lo que venimos señalamos reiteradamente.
La droga mata. En los últimos días, una persona joven desapareció de su casa y a las 48 horas apareció muerta colgada en un sitio cercano al Distrito IT. Suicidio, los investigadores no pudieron determinar que exista en el cuerpo sin vida, ningún tipo de violencia que lleve a pensar que se trataba de un homicidio.
A poco de profundizar la investigación periodística, surgen algunos elementos de mucho interés para esta causa, que se originan en una persona joven que adoptó la dramática determinación de finalizar con su vida.
Su familia sostiene que el suicida, horas antes de desaparecer de su hogar, tuvo una fuerte discusión con un vecino, quien le recriminó fuertemente por una deuda sin pagar, y todo parece indicar que la misma tiene su causa en “la merca” adquirida y no pagada. Hasta el cierre de esta columna, esa persona sigue sin ser ubicada en su domicilio ni en los lugares que habitualmente suele frecuentar.
Por lo tanto, de confirmarse esta hipótesis familiar, no sería un simple suicidio, sino un suicidio inducido y allí sí todo cambia.
La droga al volante es también un peligro. Dos accidentes de transito que se sucedieron durante la semana, evidenciaron indicios importantes para sostener que la causa de los mismos está relacionado al consumo de droga. Afortunadamente no hubo terceros involucrados en esos accidentes viales; de lo contrario, la situación pudo ser mucho más grave.
Todo lo aquí descripto muestra que la droga afecta no solamente a quienes consumen. Todos somos potenciales victimas de la misma. Es hora que el estado diga definitivamente presente, la población en su conjunto está en riesgo, estamos en presencia de una verdadera pandemia. El tiempo es un mal consejero en estas situaciones, cuanto más tiempo transcurre, la solución se torna más compleja.
El distraído es cómplice, así de simple y contundente. Inexorablemente, hay algunos distraídos que tienen mayor poder de responsabilidad y por lo tanto son más cómplices.
Rosario es una evidencia de todo esto. Rosario está cada vez más cerca de nosotros. ¿Estamos a tiempo todavía? Nunca es tarde, pero es hora ya, para adoptar una posición de compromiso. El presente, ya no el futuro, está en verdadero peligro. Surge como un pedido desesperado, no sigamos igual, hagamos algo, después nos habremos de arrepentir. Nuestros hijos y nietos podrán demandarnos y con absoluta razón.
Les dejo un afectuoso saludo y el deseo de una excelente semana.
Lic. José Carlos Odasso