El cooperativismo ha alcanzado en Avellaneda una importancia realmente considerable desde su nacimiento, en el año 1897, cuando los productores agropecuarios formaron un consorcio que agrupaba a treinta personas con el fin de comercializar juntos su producción. Más tarde, en 1899, ese organismo se dividió dando lugar al surgimiento, el 23 de abril de 1899, de la Cooperativa de Producción y Consumo, con veinte asociados, la que se disolvió en el periodo 1906/1907.
Desde 1913, comenzó a funcionar otra agrupación con el objeto de comercializar el maní y el lino pero, luego de unos años, ya asentado el sistema, comenzó a tomar cuerpo la idea de formalizar una cooperativa legalmente constituida, origen de una institución actual que ha extendido su accionar a toda la región, provincias vecinas y países limítrofes, y que nuclea en su seno a la mayoría de los productores agropecuarios.
Hoy, funcionan en Avellaneda numerosas cooperativas, algunas con actividades locales, regionales, nacionales e internacionales, y otras pequeñas que nuclean, fundamentalmente, a grupos de trabajadores. Esto le imprime a la ciudad una característica muy particular y ejemplificadora convirtiéndola en una “sociedad solidaria y cooperativa”.
MONUMENTO AL COOPERATIVISMO
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó a 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas y resaltó la contribución de las cooperativas al desarrollo económico y social, especialmente su impacto en la reducción de la pobreza, la creación de empleos y la integración social.
Como cierre del mismo, el viernes 28 de diciembre de 2012, se llevó a cabo, en la intersección de Avenida Libertador General San Martin y Ruta Nacional Nº 11 “Avenida Oro Blanco”, el acto de inauguración del monumento representativo de una sociedad solidaria y cooperativa como es Avellaneda y toda la región.
Durante el mismo, además de las actividades protocolares correspondientes y de los discursos de las autoridades presentes, los representantes de las distintas cooperativas locales fueron invitados a descubrir el monumento -obra del artista local Tomás Franzoi- y, junto a él, una placa recordativa.