Generalmente, consumimos alcohol en bebidas como cerveza, vinos, licor, whisky, ginebra, ron y otras. Ante todo, más allá de los límites que cada uno puede tener (muy necesarios), el ingerir bebidas alcohólicas, es un acto aceptado por nuestra sociedad, que se nos presenta en ocasiones diversas, solos o en grupos.
¿Hay recomendaciones en las Guías Alimentarias Argentinas sobre el consumo de alcohol?
Si, en el MENSAJE NÚMERO 10 nos dice:
Si vas a consumir bebidas alcohólicas, hacelo de forma responsable. Los niños, adolescentes y mujeres embarazadas no deben consumirlas. Evitalos siempre al conducir
- Un consumo responsable en adultos es como máximo al día, dos medidas en el hombre y una en la mujer.
- El consumo no responsable de alcohol genera daños graves y riesgos para la salud.
Agrego en este mensaje que: el consumo de alcohol en niños y adolescentes interfiere en el crecimiento, la nutrición y el desarrollo de la personalidad. En los 3 primeros meses de embarazo puede ocasionar lesiones en los órganos y el sistema nervioso del feto entre otras consecuencias, (todas irreversibles).
Recordemos siempre que éstas son recomendaciones para personas sin enfermedades de base, y la verdad es que, es sólo una recomendación para quienes ya tienen este hábito, es decir, no es un hábito recomendable, pero si te gusta y generalmente consumís alcohol, la forma menos dañina de hacerla es bajo esas sugerencias.
EL VIAJE DEL ALCOHOL POR EL CUERPO: ¿Qué pasa en nuestro organismo cuando consumimos alcohol?
Aunque es muy soluble en agua y no tanto en grasas, atraviesa rápidamente los tejidos, por lo que su concentración una vez ingerido, va a depender del contenido de agua de tu cuerpo. La misma dosis de alcohol puede producir concentraciones sanguíneas diferentes en individuos diferentes. En las mujeres (por tener más grasa corporal) el nivel máximo de alcohol en sangre será más alto que en hombres, con la misma dosis.
La velocidad con que ocurra el recorrido del alcohol en nuestro cuerpo dependerá de la cantidad y el tipo de comida que haya en el estómago. Si tomamos alcohol con el estómago vacío o con pequeñas cantidades de comida, se absorberá con mayor rapidez. Transcurridos los 30 – 50 minutos del consumo, tendremos nuestra alcoholemia (gramos de alcohol por litro de sangre) más alta; no existe ningún método para acelerar el tiempo de eliminación de alcohol en sangre, éste va “desapareciendo” de la sangre en pequeños miligramos por hora (aproximadamente 15mg/hr), según el individuo y la cantidad ingerida. Más o menos un 90% se “elimina” transformado por el hígado (éste transforma la sustancia tóxica que se forma en estómago para que pueda continuar el recorrido por el torrente sanguíneo) y el porcentaje restante (5 – 10%) se excreta por orina, sudor y respiración (lo que permite determinar alcoholemia con métodos poco invasivos como es sólo “soplar” un alcoholímetro).
¿Qué pasa cuándo te emborrachas?
El alcohol se transforma (metaboliza) más lentamente de lo que se absorbe (llegada a sangre), por lo que te recomiendo, siempre controlar su ingestión para que no se acumule en el cuerpo causándote embriaguez: intoxicación alcohólica (es la clásica borrachera, que generalmente tiene como síntomas felicidad o tristeza excesiva, disminución de la inhibición social y, según la dosis, problemas de equilibrio, poco o nada de control muscular, entre otras particularidades…). Grandes cantidades de alcohol pueden provocar trastornos temporales o crónicos del hígado(principalmente).
RECORDÁ que beber durante o después de una comida (sobre todo si ésta tiene grasas) hará que el alcohol llegue a la sangre más lentamente.
¿Qué hay de cierto en qué “un vaso de vino ayuda a tener un corazón saludable”?
Se cree que hay un nivel menor de riesgo de hipertensión asociado con un consumo mínimo de alcohol (como el que recomiendan las G.A.P.A) pero no es seguro que este dato sea igualitario para cada persona, ya que, para ser realmente confiable deberíamos asegurar al máximo que no exista, por ejemplo: obesidad, un estilo de vida sedentario, tabaquismo, entre otros; en ocasiones contrario a lo que se espera, puede hasta aumentar la presión arterial ocasionando situaciones nada deseadas. Con esto quiero decir que no es válida la excusa de tomar vino u otras bebidas alcohólicas para mantener tu salud cardíaca.
¿Escuchaste alguna vez decir que: “el alcohol tiene calorías vacías”? ¿Qué significa esto?
Te cuento primero que las calorías son quienes miden la cantidad de energía que nos dan los alimentos. Son necesarias para que nuestro cuerpo funcione correctamente, por lo que es importante elegir amorosamente su origen, para tener en cuenta qué es lo que te aportan.
Decimos que las bebidas alcohólicas tienen “CALORÍAS VACÍAS” porque a pesar de aportar mucha energía (calorías), son pocos o ningún nutriente los que poseen, hacen trabajar a nuestros órganos sin recompensa (no forman tejidos, no forman músculo, no nos activan el funcionamiento cerebral, absolutamente nada de todo lo que desearíamos que suceda); su abuso, entre otras cosas, favorece el desarrollo de malnutrición (principalmente obesidad). De todos modos, no señalemos sólo al alcohol, te cuento también que muchos productos industriales y ultraprocesados son fuente de calorías vacías (por ejemplo: salsas precocinadas, jugos envasados, snacks, entre varios…).
No es lo mismo consumir alimentos con calorías vacías, quienes sólo nos aportan mayor cantidad de energía de la que necesitamos, que consumir productos calóricos pero que también sean ricos en proteínas, grasas saludables, hidratos, fibra, minerales y vitaminas. Nuestro cuerpo necesita esos nutrientes para mantenerse vivo y activo.
Siempre es un conjunto de hábitos y elecciones diarias las que proporcionan salud y mejoran tu calidad de vida; no hay un alimento mágico ni un único hábito “salvador”. Además de que somos personas con diversas costumbres, gustos; como dije al inicio del escrito, si tenés un consumo habitual de alcohol, la recomendación es que lo hagas en pequeñas cantidades y/o de forma ocasional, disfrutando el momento y el sabor, de forma equilibrada y consciente.
- No puedo pasar por alto decir que: el consumo repetido, prolongado y en grandes cantidades de bebidas alcohólicas, favorece el camino a una adicción, mayores gastos económicos, pérdida de control personal individual y en relaciones, trastornos del sistema nervioso (temblores, lentitud de pensamiento, falta de memoria, de concentración) y del sistema digestivo en general (incrementa el riesgo de diabetes, pancreatitis, hepatitis, gastritis, úlceras, déficit de nutrientes que generan mal funcionamiento de nuestro organismo…), signos y síntomas graves e irreversibles a medida que pasa el tiempo.
CONSEJITO FINAL: Si identificas consumir más alcohol que lo recomendado, además de evaluar con qué comida lo acompañas: disminuí 1 medida (1 vaso, 1 copa o la medida que uses) a partir de esta semana. Mantené este propósito por un mes o hasta que lo conquistes por varios días consecutivos. Después de eso, aumentá tu propuesta y disminuí 1 porción cada mes o cada dos meses. Los pequeños cambios son verdaderos hábitos, son vida.
Lic. En Nutrición
GONZÁLEZ, M. DE LOS ÁNGELES.
M.P.: 1615