Un dato que podríamos tildar de curioso es lo referente al aspecto que tenía la plaza central de Avellaneda. Lo describe muy bien Omar Dario Nasich, Encargado del Museo Histórico Sacro “Hno. Rogelio Scortegagna”, en una nota publicada en “El Mensajero del Norte”, el 1 de abril de 2005: “Año 1939: Podemos observar la Plaza Central de Avellaneda (en ese entonces la única), rodeada perimetralmente por alambre tejido, con pocos árboles, algunos arbustos y el ligustro prolijamente recortado. Se accedía a ella a través de un molinete y, en el centro, orgulloso se elevaba el monumento, cuya base aun hoy se conserva, sosteniendo el busto, pequeño en proporción, del Dr. Nicolás Avellaneda”.
“Esta efigie del presidente argentino fue colocada provisoriamente ya que el proyecto original proponía una figura de mayor dimensión que, por razones que ignoramos, nunca llegó a destino”.
“La imagen estuvo en su pedestal hasta el año 1979 cuando, con motivo del centenario de la fundación de Avellaneda, se inauguró la de mayor talla que hoy se encuentra sobre el antiguo pedestal mientras que el pequeño busto de cemento patinado en bronce fue emplazado en la parte superior del edificio municipal, en la esquina de calle 12 y 13”.
“Sobre el pasto de la vieja plaza surgieron espontáneamente los senderos que dibujaron los caminantes: hacia el templo parroquial, el Colegio Nuestra Senora de Lourdes, la Clínica Avellaneda, la Hostería Las Mercedes o la Escuela Nacional 104”.
“En ella, los jóvenes tuvieron sus prácticas deportivas en varias disciplinas: básquetbol, fútbol y hasta carreras con sortijas”.
Y tratándose de deportes, cabe recordar que allí se realizaban prácticas deportivas en canchas especialmente diseñadas para ello. Y un antecedente lo encontramos en el Acta 21 de la Comisión de Fomento, con fecha 11 de octubre de 1948, cuando expresa haber recibido una “nota del Nandu Basket Ball Club”, solicitando a esta C. de Fomento la cesión de una porción de terreno en la plaza local de dimensiones adecuadas para instalar una cancha de Basket Bll, resolviéndose acceder a ese pedido, debiendo correr todos los gastos por cuenta de la entidad peticionante y además informarle que en cualquier momento que la Comuna necesite el terreno deberá ser desalojado”.
OTRO DATO CURIOSO:
El 10 de septiembre de 1916, la Comisión del Fomento de Avellaneda sancionó una ordenanza que decía lo siguiente.
“Artículo 1.- Se concede el término de 15 días a contar desde la fecha de la presente publicación para que los interesados puedan retirar sus perros de la plaza, calles y otros parajes públicos”.
“Artículo 2.- Pasado dicho término se procederá por orden público a retirar todo perro que se encuentre vagando en los lugares expresados y no se admitirá reclamo alguno de parte de sus dueños”.
Extracto del libro “Avellaneda en el Tiempo”, del prof. Victor Braidot.