En la semana que concluyó y en esta semana que estamos iniciando, sin dudas, hay un tema transversal para estos 14 días; el paro de los docentes oficiales de la provincia nucleados en la AMSAFE. Se trata de un conflicto, del que bien podemos afirmar, ¡PERDEMOS TODOS!
Pierde el gobierno provincial, porque no logró que los docentes acepten su propuesta salarial. Es cierto, el 90% de los agentes santafesinos convalidaron el ofrecimiento gubernamental. Qué pasó con los docentes, que por una exigua diferencia de poco más de 600 votos, se expresaron en sentido contrario al resto de los trabajadores provinciales.
Pierde el gobierno porque no logra asegurar el servicio educativo, función indelegable de todo estado que se precie de tal. Qué les pasó a los representantes oficiales que no pudieron visualizar lo que se venía: 2 semanas con 3 días de paros por cada una de ellas. Faltó indiscutiblemente capacidad para percibir lo que se venía que inexorablemente origina un costo que se pudo haber evitado. Errores no forzados, se dice ahora.
Pierden los docentes, porque la profundización de las medidas los conduce a un camino con final muy incierto, prácticamente a una encrucijada. Qué pasa si el gobierno decide no rever la propuesta mayoritariamente ya aceptada por el resto de los gremios, incluidos aquellos que nuclean a los otros docentes provinciales. ¿Hasta cuándo podrán continuar con estas medidas?
Pierden los docentes, porque más allá del pliego reivindicativo, con algunos puntos absolutamente atendibles y entendibles, comienzan a generar el enfado y el rechazo de la sociedad, donde el apoyo de los padres es esencial en este tipo de luchas gremiales. La realidad muestra que el hilo se corta siempre por lo más delgado, acordado el tema salarial, el resto pareciera que siempre puede esperar. Si repasamos los últimos conflictos de este gremio, con este y con gobiernos anteriores, las demandas (que curiosamente son en más o menos las mismas) son siempre en un numero cercano a 10, pero alcanzado el acuerdo salarial, el paro se levanta.
Perdemos todos. La extensión del conflicto en el tiempo habrá de producir -como ya lo señalamos- un costo político que quizá se pudo haber evitado, mucho más cuando se avecina un año electoral. Como ya lo expresé, pierden también los docentes y ello se verá cuando vayan a cobrar sus haberes de setiembre, sin el 20% de aumento que percibirán el resto de los trabajadores estatales y encima con el descuento por los días no trabajados.
Dos interrogantes que nadie responde. ¿Cómo sigue este conflicto si el gobierno resuelve no modificar la postura que viene sosteniendo? ¿Podrán los docentes extender invariablemente este conflicto, sin aumentos y con descuentos por los días de paro? En realidad, gobierno y gremio están en un callejón sin salidas a la vista. Si el gobierno termina aceptando algún aumento adicional, deberá automáticamente trasladarlo al resto de los trabajadores de la provincia, que miran el desarrollo de este conflicto como espectadores de lujo, pero siempre expectantes. Si el gremio no consigue alguna reivindicación adicional, será volver a la normalidad con las manos vacías y cantando bajito.
El daño que nada ni nadie podrá reparar. Adhiero al axioma que dice: “día de clase no dictado, día perdido”. Sin pretender brindar un juicio premonitorio, algún día el acuerdo habrá de llegar, y allí sí, gobierno y docentes dirán -como viene sucediendo desde hace tantos años a esta parte- que los días de huelga se habrán de recuperar. ¡Mentira! Eso nunca ocurrió y nada hace pensar que esta vez será la excepción. Buscarán cientos, miles de argumentaciones, que los “trayectos curriculares”, que los “acuerdos áulicos” y miles de otras argumentaciones que nunca logran luego plasmarse en la realidad.
Un ejemplo contundente e inexcusable. En la parte de matemáticas de esta Estudiantina Olímpica en Reconquista, hubo 2 niveles -1º, 2º y 3º año; y por el otro los cursos superiores-. En el primer nivel, la medalla dorada fue para un alumno que tuvo 5,50 y la bronceada 2,50. Aquí están los resultados inobjetables y que evidencia palmariamente cómo está el nivel educativo en la actualidad. Es más, algunos proponen con mucha dosis de realidad, que a partir del próximo año se permita dejar desiertas ciertas premiaciones. Lo penoso, algunos funcionarios y educadores dicen que el nivel fue muy elevado, entonces la solución pasa por hacer todo más fácil. Claro, un alumno que no logró aprobar este examen olímpico, tiene 10 puntos en matemáticas en la escuela a la que asiste. ¡Patético!
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”, Nelson Mandela. Alguien dijo también -no está confirmado que sea efectivamente Angela Merkel –“porque se invierte tanto en educación, la respuesta fue porque los ignorantes cuestan mucho dinero”. Con este presente, no habremos de cambiar el mundo, el costo será grandísimo y los grandes perjudicados de esta historia sin final a la vista son los educandos, ¡¡¡los alumnos!!!
Les deseo una muy buena semana
Lic. José Carlos Odasso