“El Pami está en un situación terminal”, afirmó con contundencia el Dr. Eugenio Semino, defensor de la tercera Edad y Presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología y Geriatría, en una entrevista exclusiva de Vía Libre Radio y que luego compartimos en este diario digital días atrás.
Semino describe con meridiana claridad el periplo al que es sometido el afiliado del PAMI –Programa de Atención Médica Integral- hasta que efectivamente logra hacerse de un diagnóstico, y mucho más extendido en el tiempo, es la posibilidad efectiva de iniciar un tratamiento. Existen enfermedades que no admiten este tipo de esperas y mucho más cuando hablamos de adultos mayores. Tantas veces esta dilación en el tiempo se mide en vidas que se cobra este tipo de esperas, en muchos casos, es atención y tratamiento o muerte!!
El especialista afirma que nunca como en la actualidad, los afiliados al PAMI estuvieron en un estado de tanta indefensión. Y vaya que esta obra social tiene casos paradigmáticos, ni siquiera el corrupto de Alderete durante los gobiernos de Carlos Menem pudo fundirla.
Un estado ausente. Este gobierno se precia de ser un estado presente. ¿Cuánto le importa entonces los adultos mayores, como llaman ahora a nuestros padres y abuelos? Se trata de un universo invisibilizado y por lo tanto casi olvidado. Días atrás cobró notoriedad la preocupación del gobierno por el tema figuritas, pero la desatención a los afiliados al PAMI ni siquiera está en agenda de trabajo, por lo que una solución es casi una ilusión.
Del dicho a los hechos. Vayamos efectivamente a cómo el abandono a nuestros adultos mayores se materializa en la práctica. “El PAMI es un desastre José, mi hermana se debe realizar una colonoscopía y no se la hacen, porque no le pagan al anestesista, debe esperar entre 4 a 6 meses”. “Es verdad José lo que dice este señor –por el Dr. Semino- en todo este tiempo de espera, muchos abuelos se mueren, así de dramático”. “Es complicado esto de ir al médico de cabecera y después a los especialistas, no pueden andar así nuestros abuelos, deberían tener atención, pero le dan mil vueltas”. Esto son algunos de los testimonios que ejemplifican lo que aquí venimos sosteniendo.
El PAMI es una de las principales cajas de dinero en poder de la Cámpora. Junto a la ANSES, son dos de los organismos que mayor presupuesto tienen asignados. Cuando llegó la distribución de cargos en este gobierno, quien dispuso los nombres para estas cajas, obviamente, fue Cristina.
En realidad, no debería importar si la directora Ejecutiva del PAMI es o no K, de ninguna manera ello puede considerarse un impedimento para su designación. El problema radica cuando al funcionario se lo designa no por su capacidad y compromiso para el cargo, sino por su determinada pertenencia al color político del gobierno de turno. Mucho más cuando de su gestión depende la vida o la muerte de un afiliado a la mayor obra social del país.
Luana Volnovich, de ella estamos hablando, a ella nos referimos, en realidad no se destacó por su labor al frente del PAMI. Volnovich fue conocida cuando dijo en un set publicitario: “qué lindo es ver a Yolanda y sus amigas disfrutar de las termas de Colón y Mar del Plata”. En ese preciso momento, ella vacacionaba con su pareja Martín Rodríguez en Holbox Caribe Mey (cerca de Cancún, en México). “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”, deviene aquí a la perfección.
Nada ni nadie le impide a Volnovich tomarse un descanso e irse de vacaciones. El problema fue que Alberto le pidió a sus funcionarios hacerlo en el país, ella fue de quienes hicieron caso omiso a la directiva presidencial. Tampoco es reprochable que viaje con su pareja, en todo caso es natural, el tema es que Martín Rodríguez es el número 2 del PAMI, entonces sí estamos en problemas. La conducción de la obra social estuvo acéfala durante el período vacacional de sus máximos funcionarios.
Y esta situación describe otro punto en el que deberíamos coincidir. No se trata del color político al que pertenece, lo que importa es su idoneidad y su compromiso para resolver las situaciones de nuestros abuelos que muchas veces efectivamente se debaten por una atención médica que nunca llega, al menos en el tiempo que hubiera de corresponder.
Debería saber Volnovich que la política es otra cosa. La política es grandeza, es desprendimiento, es pasión, amor y fundamentalmente una herramienta transformadora de situaciones especiales, como la de los abuelos, en respuestas positivas para la gente, especialmente para quienes no tienen otra alternativa de ser atendidos, en muchos casos después de toda una vida de trabajo.