Desconozco todavía quién será el receptor de esta nota.
Es lo que menos importa en este caso, cualquiera será el nuevo presidente, el tenor y el contenido es exactamente el mismo para todos.
Piense que estamos cumpliendo 40 años de democracia. Que usted será presidente por la voluntad mayoritaria de los argentinos. Por favor, no nos defraude, lo hayamos o no votado. No sea una frustración más para este pueblo ya sufrido y agobiado.
Piense que hasta 1983, un puñado de iluminados se arrogaban el derecho de elegirse presidentes en nombre de todos nosotros. Piense que con la llegada de la democracia, ello ya no es así, pero también creció la pobreza, la indigencia, y lo que es peor, hasta la desesperanza. Es necesario que logre acordar una serie de puntos para que tenga un aporte definido, como sucede en otros países.
Piense que deberá tomar decisiones y urgentes, porque no hay tiempo para esperar, la gente reclama soluciones y no explicaciones. “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir para corregir esos problemas. Culpar a sus predecesores es una salida fácil y mediocre”, dijo la ex canciller alemana Ángela Merkel.
Piense que se le acercarán personajes, hasta ahora desconocidos para usted. Son aduladores que solo los mueve el propósito de hacer negocios o sentirse cerca del poder. Si por equivocación incorpora a uno de ellos y lo encuentra con las manos en la lata, no lo defienda, el problema de Argentina no es la corrupción, sino la impunidad, que es lo realmente grave.
Piense que la economía es un gran problema, que preocupa mucho a los argentinos. Recuerde lo que seguramente a usted también le enseñaron sus padres o abuelos, no se gasta lo que no se tiene y esto no se resuelve imprimiendo papelitos de colores. Si fuera tan fácil, cualquiera sería presidente, la impresión fogonea la inflación y esta es la fábrica de nuevos pobres.
Piense que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo. La educación es la vida en sí misma, es la base para la libertad y el engrandecimiento de los pueblos, es fundamental para la felicidad social. Piense que no será nunca un gasto y que Argentina fue líder cuando su educación era un ejemplo para todo el mundo.
Piense que no hay derecho más valioso que el derecho a la vida, que no tiene precio, no se compra ni se vende. Muchos laburantes o estudiantes salen hoy de su casa y no saben si vuelven. No se roba para comer, se roba para drogarse. Los drogadictos son víctimas y victimarios. Sea muy duro con los narcotraficantes, que son los verdaderos mercaderes de la muerte. Sí, porque la droga mata.
Piense en edificar una nación en la que se respete a la constitución y sus leyes, que es la base para el desarrollo de un país. Cuando tenga alguna duda, apele a los valores, y sepa que de allí surgen las mejores soluciones. Piense en nuestros padres y abuelos, piense en nuestros hijos y nietos, piense que tenemos todo para ser un gran país. Permítanos recuperar la fe y la esperanza, como la Scaloneta, haga que volvamos a ilusionarnos y siempre con valores, porque solo con valores, tenemos futuro.