En primera instancia, para que el proceso fuera más transparente, participaron dos concejales, uno del oficialismo y otro de la oposición. Desde ese punto, Kreni ya destacó la positividad.
En segundo término, el escalafón se rigió por los antecedentes de los aspirantes: antigüedad, secundaria terminada, cursos realizados, entre otros aspectos más. Luego, Adriana Ingaramo, encargada del personal de la municipalidad, se contactaba con quienes eran admitidos para comprobar que no tuvieran problemas con la justicia.
¿Quiénes y cuántos pasaron a planta? Se los ubicó en una lista en orden descendente, es decir, quienes tengan mayor puntaje, están en los primeros lugares. La cantidad de admitidos dependió del cupo disponible para cada puesto.
“El proceso me pareció muy transparente. No vi nada malo”, manifestó Kreni, aunque también admitió que “Los exámenes de administración son de un nivel bastante bajo; habría que pedir levantar la vara para que realmente se preocupen por estudiar y prepararse más.”
También cabe destacar que los secretarios llamaron a quienes no entraron para explicarles por qué no lo hicieron, “para que no haya rumores ni malos humores” explicó el concejal de Juntos por el Cambio.
Y, finalmente, ante la pregunta por el cupo trans, Kreni fue tajante: “Se lo respetó; quienes fueron desestimados fue porque no cumplían con ciertos requisitos.”
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