Chouza afirma que la inflación argentina está condicionada por los eventos mundiales de los últimos años; la guerra y la pandemia son claves. “La inflación está fuertemente influida por el factor internacional; en todo el mundo hay una aceleración de precios, a nosotros nos afecta mucho más por los niveles de los que parte Argentina son muy distintos”, explica.
Asegura que, si se llevan a cabo acciones coherentes, se podría frenar el proceso. Y el gobierno lo está intentando con el fortalecimiento de los ingresos de los sectores asalariados. Pero, a su vez, reconoce que la velocidad inflacionaria es imparable, ronda el 48% anual, aunque se cree que este año superará el 60%.
En cambio, Chouza no ve todo negativo. Busca el lado bueno: “Es una economía fraccionada la nuestra. Si bien estos números son negativos y preocupantes, por el otro lado tenés datos productivos y sobre empleos que son muy auspiciosos. Habrá que aguantar y apostar a que en los próximos meses gradualmente se encuentre una estabilización”, se esperanza.
Vuelve a insistir en que el factor internacional influye: “La aceleración del último año por la pandemia, crisis de producción de la oferta, la crisis de abastecimiento de insumos son factores anómalos de la economía internacional.”
Además, compara la situación actual con gestiones gubernamentales anteriores. “Hay que plantearse por qué la administración anterior -el gobierno de Mauricio Macri- se fue con un 53% de inflación, sin pandemia y sin guerra. Argentina tiene desequilibrios en todos los órdenes.”
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