Ferreyra destacó que el amor propio implica abrazar tanto las virtudes como los defectos: “aprendí la importancia del trabajo en mí misma y quererme sanamente. Quererme con todo, con aquello que me gusta (de mí) y me gusta mostrar, sino, también, con lo otro, lo que no me gusta tanto, pero que también es parte mía. Una de mis mayores conquistas es la conquista sobre mí misma y haber conquistado el propio amor y la confianza. A partir de ahí, voy también logrando que eso se pueda extender a los demás. Más allá de mi trabajo con las empresas y organizaciones, todos somos personas y necesitamos tener un autoamor sano”, expresó.
En su enfoque, Ferreyra subrayó la necesidad de diferenciar el ego del verdadero amor propio. “Para cultivar el amor propio, es necesario diferenciar el ego de un autoamor. El ego es pensar que yo soy mejor que los demás. El desarrollo personal antecede a cualquier otro tipo de desarrollo. Si queremos ser grandes profesionales o tener grandes relaciones, tenemos que trabajarnos a nosotros mismos”, explicó.
Finalmente, destacó el valor de los talentos individuales como herramientas para beneficiar a otros. “Hay gente con gran potencial, que no lo aprovecha, porque no lo está viendo. Yo digo, los talentos no son para nosotros, nos han sido concedidos para ofrecerlos a los demás, y eso es desde un lugar de amor al prójimo”, concluyó.
Además, Valeria invita a participar mañana a las 14:00 h del próximo taller “Amoranza”, que diserta junto a dos colegas de forma virtual. Más información.
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