La realidad en los tiempos que corren es muy generosa en brindar hechos que merecen ser noticias y transformarse también en materia para esta columna editorial. Sin dudas, fue motivo de la entrega de la semana anterior, el conflicto docente era un tema que estaba en el tope de los temas relevantes. Y como lo advertimos, ninguno de los actores tenía ni espacio ni tiempo para mucho más. Se ingresó en la etapa de perder-perder subrayamos, la continuidad de los paros perjudicaba a todos, y seguramente fue esa la razón principal, por lo que la mayoría de los docentes resolvieron finalmente aceptar la última propuesta hecha llegar por el gobierno.
El apoyo a Milei. Muchos observadores profundos de la realidad, categoría en la que me incluyo, nos preguntamos permanentemente cómo un gobierno que viene realizando un fenomenal ajuste, logra mantener los porcentajes de apoyo social que lo sostienen. El mismo Milei se ufana diciendo que no se dio un ajuste de esta magnitud, durante los últimos 100 años. Sin precedentes realmente, porque muy pocos, realmente casi nadie, se salva del efecto motosierra. Es más, hablar de ajuste en este país, hasta diciembre pasado, era una mala palabra, ahora pasa a ser un valor.
Es más, desde su creación en la década de 1940, el FMI debe haber realizado muy pocas observaciones como las que realiza desde la llegada del gobierno actual a nuestro país. Caracterizados por ser incumplidores seriales, esta vez el Fondo dice compartir la orientación de las políticas económicas del presidente Milei, pero advierte sobre el riesgo o peligro de no merituar debidamente las consecuencias sociales de las mismas. Para entenderlo claramente, el FMI ahora nos corre por izquierda, como si hubieran tomado algunas dosis de kirchnerismo. ¿Impensado, verdad?
Las razones de este apoyo. Esta semana entrevistamos en Vía Libre Radio a Agustín Rossi y Florencia Carignano. El primero fue ministro y luego jefe de gabinete del gobierno anterior, estuvo a 3 puntos de ser vicepresidente de la nación. Carignano fue Directora Nacional de Migraciones y es actualmente diputada de la nación por la provincia de Santa Fe. Realmente, efectuar estas dos entrevistas en gran medida me ayudaron a entender, al menos en algo, lo que sucede en el sentimiento colectivo de la sociedad. Cuando le pregunté a la actual legisladora, cuál es la tarea más importante que tiene el justicialismo, el kirchnerismo o como quieran darlo en llamar, fue tan clara como contundente, recuperar la confianza de la gente, la credibilidad y dijo: “lo que pasa es que no nos creen”. Una verdad sin vueltas.
Cuando entrevisté a Agustín Rossi que estuvo personalmente en nuestro programa de radio le pregunté si compartía la apreciación de la joven dirigente de su partido. No fue tan rotundo, pero admitió algunos errores cometidos durante la última gestión. Practicó una muy tenue defensa de Alberto Fernández y fue más certero al momento de imaginar el futuro político de Cristina, a quien conoce como muy pocos, si bien su relación con las dos veces presidente tuvo altos y bajos.
Debemos escuchar todas las opiniones. Me asombra con sorpresa, y diría hasta con cierto estupor, ver oyentes o lectores que nos critican por efectuar estas entrevistas a las personas mencionadas. Desde siempre este periodista se apreció y lo seguirá haciendo, de permitir que ustedes puedan escuchar y leer las diferentes miradas sobre una misma realidad. Lo que está claro, ello no significa en absoluto adherir a lo que el entrevistado está manifestando, es el más sublime respeto a ustedes. Como alguien me dijo en algún momento, el autoritarismo no es derecha ni de izquierda, es una ideología en si mismo. De la misma forma que criticamos el autoritarismo de los Kirchner, por ningún motivo podemos adherir a los que está pasando actualmente, Cristina y Milei en algo se asemejan, critican al periodismo por igual.
Debemos respetar a nuestro pueblo. Cuando ganó Alberto Fernández, muchos macristas de entonces, dijeron que ello sucedió porque somos un pueblo bananero, dominado por los planeros y que a nadie le gusta trabajar.
Cuando ganó Milei, para ese sector del electorado, pasamos a ser los campeones del mundo, los mejores del planeta. No solo que lograron despojar del poder al peronismo, tarea nunca sencilla, sino que mucha gente apoya a este gobierno a pesar de las muy diversas dificultades para llegar a fin de mes.
Las razones de este apoyo. Lo de Carignano fue elocuente, la gente no les cree y, por lo tanto, por el momento, no son una opción. Deben recrear primero la confianza perdida. La sociedad considera que la herencia recibida por este gobierno es muy pesada, tirando a terminal y que nadie sale de una fiesta sin pagar por ella. Se requiere cirugía mayor, como ya escuchamos decir alguna vez, lo que ahora importa son los quilates del cirujano elegido para esta obra mayor. Milei y su gente se encargan diariamente de ir recordando lo que pasó. Primero fue el tema del affaire de los seguros y los gestores contratados con monumentales comisiones, por lo cual esta semana la justicia inhibió los bienes del ex presidente Fernández.
Del tema de los comedores escolares inexistentes con monumentales millonadas de pesos que nunca llegaron a la gente para la cual estaban destinados, es otra obra de terror que invalidan el reclamo de los mal llamados dirigentes sociales, son lisa y llanamente delincuentes.
Esta semana supimos también la determinación adoptada por el Juez Federal de Reconquista. El Dr. Aldo Alurralde resolvió procesar y embargar los bienes del rector del a Universidad Austral de Roque Sáenz Peña y a otras 17 personas más por desviar fondos públicos destinados a la universidad para otros fines, entre ellos políticos. Oestmarn, está demás decirlo, era muy allegado al ex gobernador del Chaco, Jorge Capitanich. “Es que de lo que tocas salta pus, todo está podrido”, escucho decir muy a menudo.
El humor social no es eterno. Vivimos en un mundo donde lo único permanente es el cambio. Milei viene capitalizando magistralmente la bronca social hacia los gobiernos que lo antecedieron en el poder y allí radica su fortaleza. Debe saber también que, inexorablemente, nada es eterno. El efecto motosierra y licuadora podrá seguir, pero es muy importante que comiencen a verse indicadores que vamos por el camino correcto, que el esfuerzo vale la pena, que lo peor comienza ya a pasar y que empezamos a ver la luz al final del túnel. Hay una etapa que imperiosamente debe ser superada por otra que llame a ser optimistas. La reducción de la inflación marca una mejoría, pero es insuficiente, hacen falta más motivos para seguir apoyando a “las fuerzas del cielo”.
Que tengan una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso