El teatro era una de las actividades que siempre entusiasmó a los primeros pobladores de Avellaneda. En algunos registros históricos de la época se mencionan “las primeras funciones cinematográficas de esta población en 1912 y las interpretaciones teatrales de la época”.
En otros documentos se menciona también, que “siempre existió en los asociados (del Círculo Católico de Obreros de Avellaneda) un marcado interés por desarrollar actividades artísticas y culturales”. Así fue que, el 11 de mayo de 1919, se presentó la primera obra de teatro, “El médico a palos”, de Jean Baptiste Poquelin (Molière), a cargo de un grupo filodramático, compuesto por varones solamente, dirigido por el Sr. Pascual Aravena.
En las primeras décadas del siglo XX, era muy común ver a grupos de jóvenes que durante días y días se abocaban a la tarea de estudiar y ensayar alguna obra dramática que, tiempo después, era puesta a consideración del público, siempre con gran éxito que. El escenario adecuado para estos noveles artistas era, generalmente, el Salón Parroquial que disponía de una infraestructura básica ideal para el despliegue escénico.
Paralelamente al surgimiento del teatro, corría el entusiasmo, muchas veces diluido, de formar una agrupación coral.
Para apoyar estas expresiones artísticas y evitar que pudieran morir sin alcanzar el esplendor necesario, surgió la idea de formar un institución que se hiciera cargo de ello. De esta manera, quedó fundada, el 17 de junio de 1943, la Sociedad Pro Arte y Cultura, cuyos objetivos eran los de organizar la actividad teatral y la coral, además de brindar apoyo a la Biblioteca Popular.
Así fue como el grupo teatral adquirió renombre con sus magníficas interpretaciones aplaudidas no sólo por el público local sino también por el de otras poblaciones vecinas. Recordemos, simplemente, la representación, en aquellos años, de famosas obras como “Fabiola”, “El soldado de San Marcial”, “Santa Cecilia”, “Arrepentimiento y perdón”, “Expiación de un crimen”, “Silvino Abrojo”, “Crimen oculto” y “La vuelta del veterano”.
Otra obra que también fue muy aplaudida, en el Salón Parroquial fue “Al toque del Avemaría” en la que participaron como actores Joaquín Sartor, Juan B. Fantoni, Plácido Paduán, Santiago Aramburú, Francisco Zámer, Pablo M. de Paúl, Manuel I. Cracogna, Eleodoro A. Vitti, Santiago Lóndero, Eliseo Paduán, Raúl Corgnali, Severino Pividori, Avelino Foschiatti, Adelqui Sartor, Reynaldo Sartor, Gerardo Zámer, A. Beltrame, J. Lovisa y V. Fernández. El programa se completó con la pieza cómica en un acto a cargo de la Prof. Magdalena Pietropaolo y Eduardo Moreno e Ireneo G. Cracogna. La decoración fue de Dante Giavedoni y el vestuario de la Sastrería Danyans de Buenos Aires. Las entradas se vendían a $ 0,60 (con impuesto) para socios y $1, para socios.
Pero al igual que otros emprendimientos, con el correr del tiempo también en esta actividad el entusiasmo comenzó a decaer hasta quedar en el olvido.
POR VICTOR BRAIDOT- EXTRACTO DEL LIBRO “AVELLANEDA EN EL TIEMPO”. SEGUNDA EDICIÓN, TOMO II.