En esta oportunidad, me permito efectuar una excepción, no abordaremos los temas más importantes de la semana que concluyó. Esto se explica, no obstante, porque hubo un tema excluyente realmente, la solicitud del fiscal Diego Luciani de 12 años de prisión para Cristina Fernández de Kirchner. La excepción es también, porque deseo expresarme no como un columnista, sino manifestarme como un ciudadano más de esta querida nación.
Respetemos las instituciones. El sistema democrático de gobierno tiene sus fundamentos en la división de los tres poderes que lo integran: ejecutivo, legislativo y judicial. La división de poderes es un requisito y una garantía esencial para el normal funcionamiento de las instituciones.
Pienso y me contesto al mismo tiempo, cómo les va a los países que respetan este precepto constitucional y cómo les va a quienes poseen un régimen dictatorial de gobierno, aunque muchas veces se vistan de demócratas. Cuando pienso en estos últimos, me surge instantáneamente Cuba, Venezuela, Nicaragua. Solo para algunos que juegan al distraído, pueden pensar que Nicolás Maduro o el nicaragüense Daniel Ortega son demócratas. No es una cuestión ideológica, es solo un principio de sensatez. No son países muy prósperos en realidad. Sin ir muy lejos, aquí nomás, cruzando el Río de la Plata está Uruguay, podrá estar Mujica en el gobierno, Tabaré Vásquez o Lacalle Pou, pero el respeto institucional no se viola, como se pretende ejercitar acá.
Con la justicia no se jode: Estos días escuchamos expresiones muy desafortunadas al respecto. El “Cuervo” Larroque dijo: “Con Cristina no se jode”. Un hombre de la democracia no puede sostener una definición tan desafortunada. Usted “Cuervo” debe de saber que nadie puede estar por sobre el imperio de la justicia. Lo muy penoso y lamentable es que existen muchos “cuervos” que piensan o al menos se expresan de la misma manera. Desconozco si además de decirlo realmente lo sienten y piensan de esa manera, de ser así, es muy peligroso y una verdadera afrenta a la democracia y a la constitución, a la que juraron respetar y defender. Son verdaderos irrespetuosos y muy pocos demócratas.
Cristina debería saber que todos somos iguales ante la ley. Lo que sucede, es que usted se cree varios peldaños más arriba, y haber sido presidente y actual vicepresidente no le otorga ese privilegio en absoluto. “A mí me juzgará la historia”, expresó en el momento que debió ejercer el legítimo derecho a su propia defensa. Cuando supo que alegato del fiscal era realmente demoledor, pidió hablar, su turno ya había pasado, pero tendrá nuevas oportunidades para ejercer ese derecho que la constitución, a la que usted no respeta, le brinda a toda persona acusada de la comisión de un delito. Quiero decirle Cristina que mi respeto por la democracia me angustió mucho al ver que utilizó la presidencia del Senado para ejercer su defensa, donde en realidad no atacó absolutamente ninguna de las tres toneladas de pruebas colectadas por el fiscal. “Me siento la única boluda”, afirmó con total crudeza. Debe saber que utilizó un ámbito institucional para montar un show y ello también es una falta de respeto a la constitución y sus leyes.
Lo que usted Cristina nunca imaginó era que este momento tan elocuente iba a llegar y lamentablemente para sus intereses llegó. Pensó que su elegido, Alberto, sería capaz de dominar a jueces y fiscales, pero demostró ser allí también un verdadero incapaz en esta función encomendada.
La justicia del Lawfare. Es parte del relato cada vez más inverosímil y del que muchos más comienzan ya a descreer. Solo pensar que fue durante su mandato, cuando Gils Carbó era la jefa de los fiscales, que el Dr. Luciani fue designado para el cargo que actualmente ocupa. Desde la vuelta de la democracia, el justicialismo ejerció mayorías en el Senado, Cámara que debe aprobar todos los pliegos de los jueces de la nación. Cristina, a estos jueces no los designó la oposición. Nadie puede poner las manos en el fuego por todos los jueces, pero de allí sostener que existe un poder judicial asociado a los medios corporativos y empresarios para terminar con los derechos del pueblo y voltear a los líderes populares es una fantasía demencial, forman parte de un relato que cada vez cierra menos.
Alberto y Omar no son lo mismo. Muchos de ustedes podrán decir: ¡recién te diste cuenta José! No en absoluto, pero estos últimos acontecimientos lo vuelven a poner en evidencia. Lo suyo Alberto es tan patético como bochornoso, vergonzante. Es que después de las festicholas en Olivos, mientras se impedía a un padre llegar a Córdoba a ver a su hijo que se moría, no le creo nada. Ni usted se cree que Cristina es absolutamente honesta como declaró, o todo lo que dijo entre 2008 y 2015 fue una falacia.
Por favor presidente, díganos a qué Alberto le debemos creer, y para peor de males, dijo que Nissman se suicidó y le pidió a Luciani que no vaya por el mismo camino. Una aberración más de las que nos tiene acostumbrados.
Lo de Perotti fue muy diferente. Presionado seguramente, el gobernador debió manifestar su apoyo a Cristina, pero lo hizo como todos deseamos, solicitando que se garanticen los derechos y que pueda ejercer su defensa a lo que nadie puede oponerse.
Una frase póstuma: Corresponde a don Raúl Alfonsín: “Nunca tuvimos que marchar porque la justicia nos investigaba, porque nunca hubo motivos para que nos investiguen. ¡Un espejo en el cual puede mirarse Cristina, en el de Raúl, no en el de su hijo Ricardo, por favor!
Lionel Schroder, un joven de 16 años de Pampa de Infierno, es la contracara y nos demuestra que no está todo perdido. Le dijo en la cara al gobernador del Chaco que “Argentina tiene todo para ser potencia, pero la realidad es que no lo somos por la incompetencia de los que nos gobiernan”.
¡Gracias Lionel! tus expresiones y el valor de los jóvenes, me permitió sentir una sensación de alivio, que mitigó gran parte del agobio experimentado durante esta semana. Muy claro, tu proyecto del país Lionel es el que gran parte de los argentinos sostenemos.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso