Este miércoles 30 de abril visitó nuestro programa radial Miguel Merlo el coordinador general del Hogar San Oscar Romero acompañado por varios chicos que se sumaron al programa de recuperación. Merlo recordó que la última visita a la radio fue con otro grupo de chicos, “gracias a Dios, ya están en algunos dispositivos, mandamos a los que habían venido a Corrientes, Formosa, Posadas, Chaco y Buenos Aires, están en los denominados Hogares de Cristo“, referenció sobre los que ya no están en el Hogar, en esa misma línea dijo que esos chicos están en casas donde se pretende la recuperación definitiva, “son centros de rehabilitación, estos son otros rostros. Estos son otros pibes. Todos los chicos que vinieron la otra vez ya están ubicados“, valoró. Merlo sostuvo que la problemática de la drogadicción va en aumento, “buscamos que la sociedad se dé cuenta cómo estamos de explotados“, remarcó.
Se nos explotó en las manos esta problemática.
“El lunes justamente me fui a una reunión donde daban las estadísticas de cada ciudad o cada departamento. Por ejemplo, Rosario estaba en rojo, Santa Fe estaba en rojo, Ceres tenía un poquito anaranjadito, los colores dependían de la cantidad de personas o de cantidad del peligro de la droga que había en cada ciudad“, explicó Merlo. Añadió que le llamó la atención que Reconquista tenía un celestito muy clarito, “viendo un poco eso, yo quería que la sociedad visibilizar de que no Reconquista, sino que el Departamento General Obligado se nos está explotando en las manos“, alertó.
Acá hay pibes de Las Toscas, Villa Ocampo, Vera, Malabrigo, Avellaneda. También quería que la gente vea esto.
En esa misma línea dijo que en las villas de las grandes ciudades ponen impedimentos o los denominados soldaditos para que no ingresen los patrulleros, “en algunos barrios de otras ciudades, veo que en las calles están los pozos, en las esquinas, más o menos, de 40 centímetros, que no ingresan los autos, esas cosas también se están viendo acá”, lamentó.
Dijo que quienes luchan contra el flagelo de la droga se tienen que ir actualizando, “para acompañar y como para armar estrategias para ayudar a las familias“, consideró.
“No tenemos un lugar del pibe que lo echaron de la casa, que quedó en situación de calle, que la familia no lo va a recibir de vuelta y que ese pibe, hoy yo tengo 27 pibes, yo no tengo lugar para cuando vuelva ese pibe. Y ese pibe va a volver a la calle otra vez“, explicó. Habló de la necesidad de crear las herramientas que necesita ese pibe, “para acompañarlo, ese pibe tiene muchas posibilidades de que pueda reinsertarse en la sociedad“, mencionó.
Testimonio en primera persona
Julián uno de los chicos que reside en el Hogar sostuvo que empezó como la mayoría de los chicos en la adolescencia, “a los 14 más o menos”, describió. “Uno con esa edad no tiene capacidad de poder pensar, de poder razonar tan efectivamente. Y después llegan los ambulatorios. Ya los papás ya no son miedos, son retos. Ya es enojo“, contó.
Uno trata de sobrellevar su vida y, bueno, las recaídas cada vez son más fuertes.
Dijo que después vinieron las internaciones, “que ya no es enojo, ya pasa a ser a otro nivel de dolor familiar“, aseguró. “El dolor de una madre, un dolor de un padre”, destacó como un momento triste. “Ver llorar a tu madre son las peores cosas”, sostuvo emocionado. “La droga te quita todo lo de adentro, la droga te quita todas las cosas buenas”, concluyó.
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