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“Palabras para mi hermano Pin”: se conoció la carta que Paola escribió para Martín Blanco

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Pudimos acceder a la carta que Paola Blanco escribió para la despedida de su hermano: Es difícil comenzar a escribir algo cuando es el final… el final de una vida. Pero intentaré hilar algunas palabras.

Quiero honrar tu memoria, hermano, porque muchas cosas se dicen a estas horas, pero nadie está hablando de vos, de tu persona. Nadie te está describiendo como podemos hacerlo quienes realmente te conocimos.

Vos fuiste un loco lindo. Siempre decías que “Martín hay muchos, pero Pin hay uno solo”… y la verdad es que sí. Podía discutirte muchas cosas, pero en eso tenías razón.

Eras un cabeza dura, amante del fútbol. En tus épocas, muy buen jugador —y me animo a decir que, si de chico hubieras tenido la oportunidad, habrías llegado muy lejos. Pero nunca alcanzó para los botines ni para las cuotas del club.

Amante de los fierros, de las motos… una pasión. Mal que me pese, pasión que les contagiaste a tus sobrinos. Mis hijos enloquecían por una vueltita en alguna de las tantas motos que tuviste.

Tipo amiguero, sensible. Mirá que te hacías el duro, pero cuando yo te hablaba se te aflojaba la coraza. Eras de esos que se peleaban con la vida misma si tocaban a alguien que querías. Y eso, muchas veces, me daba cierta tranquilidad. “Si a vos o a tus hijos les llegan a tocar un pelo, no me importa ir preso, no tengo nada que perder”, decías. Y así terminaste… fuiste a increpar al tipo que creías que tenía secuestrada a tu amiga.

Pin, Pinocho, Limón… para mí, simplemente mi hermano. Un montón de defectos, sí, pero con un valor inmenso: tu enorme corazón. Tu sensibilidad era tan grande que te volvió frágil, y te refugiaste en malos antídotos. Cuántas veces te hablé, te aconsejé, te reté. Me enojé, te lloré, te pegué, te grité… ya no sabía cómo hacer para que te rescataras. La última vez te dije: “¿Así querés terminar, en ese traje de madera?”. Y hoy me tocó ir a elegirte
ese traje… vaya ironía la de la vida.

Qué gran cagada todo esto, hermano. Qué manera de doler. Pero mi dolor no se compara al de los viejos, que hoy tienen que enterrar a un hijo. Ver a Papi y a Mami al lado de tu cuerpo inerte, frío, llorándote… me parte en mil pedazos.

Qué decirte, Pin… nos duele a todos. Te vamos a extrañar tanto. Yo, especialmente, tus abrazos fuertes y apretados, y todos esos “Te amo, monita” que no escatimabas en decir.
Te voy a extrañar mucho, hermano. Pero deseo de corazón que descanses en paz. Que te reencuentres con los abuelos, con tu otra mamita —la abuela Vechi—, y con esa banda amiga que se te adelantó.

Ojalá en unos días estés jugando a la pelota y la descosas, como supiste hacerlo acá.
Hasta que nos volvamos a encontrar… Y si falta mucho para eso, al menos aparécete en un sueño lindo. Uno de esos donde bailamos una cumbita, como solo nosotros sabíamos hacerlo.

Q.E.P.D. Pin Blanco

 

Las fotos de su hermano que Paola Blanco compartió con nuestro medio

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