En un día muy especial porque hoy se celebra el día del niño, voy a compartir un texto escrito por Felipe Arpón, alumno de sexto grado de la Escuela Normal, en el año 1921, o sea hace más de 100 años.
Aparece publicado en la revista Rayo de Luz del mes de octubre de ese año, un órgano de difusión que desde 1915 venía publicando la escuela y el Centro Literario “Juan B. Alberdi” donde se reflejaban principalmente las actividades de la institución y había espacio para que los alumnos compartan sus trabajos.
-La primera publicación de la misma aparece el 30 de octubre de 1915, era director de la escuela el señor Pedro Ruarte, vice directora Dolores de la Vega y secretario José Mendizábal.
El alumno Felipe Arpón escribe así “hay pasajes en la vida que aunque de poca importancia, siempre se recuerdan con cariño, pero los más agradables son aquellos que nos recuerdan nuestra deliciosa infancia”.
“Se ha grabado en mi memoria aunque muy vagamente, pues era muy pequeño, esto que voy a relatar: cierto día jugando con mi hermanita, tuve la poca suerte de herirla en un ojo, al principio creí fuese grave, pero al recurrir a casa para curarla, vimos que la herida era leve, más no obstante hubo que curarla”.
“Era tan chiquilín que consideraba todas las cosas iguales y por eso al ver a mi hermanita herida y creyendo que ese ojo quedaría inutilizado, fui rápidamente para no pedir permiso y no ser visto, a la carnicería próxima donde el dueño era amigo de casa, y le encargué un ojo de vaca”.
“Éste, curioso por el encargue, me dio el ojo de vaca, lo llevé a casa cuidadosamente envuelto en un papel y se lo entregué a mi hermanita diciéndole; toma, si te falta un ojo te pones este, es del mismo color y tamaño pues los tuyos son muy grandes, y además otro no encontraba”.
“Claro, como es de suponer, mi ocurrencia causó risa, pero yo quedé ufano creyendo haber hecho una buena acción”-
“Otras de mis diversiones era atar con un piolín a varios sapos como si fueran ovejitas pero sí, me cuidaba mucho de no hacerles daño”.
“Pero lo que más prefería era clavar en la tierra clavos, hasta donde fuere posible y después volver a desenterrarlos”.
“Ahora que ya soy un hombrecito…he olvidado esas cosas para dedicarme con empeño a mis estudios”.
En otro tiempo, en otra época, como reflexionaba este niño, alumno de escuela primaria, respecto a su infancia, y la importancia que tenía para él poder estudiar.
Felipe Arpón 6° grado
FOTO: En nuestra época con una pelota de fútbol éramos felices. La imagen fue tomada en cancha de Talleres, principios de la década del 70 cuando se había terminado de construir el tapial. En la imagen Neco, yo y Gorrión, que lamentablemente falleció meses atrás, el más alto, el otro no sé quién es. Seguramente nos estábamos preparando para jugar un partidito de fútbol con los amigos del barrio.