El texto siguiente pretende parafrasear la carta de Cacho Castaña:
“Qué triste está mi Argentina”, escrita en septiembre de 1988.
Si vieras que inseguras están mi Reconquista y Avellaneda.
Tienen la mirada dolorosa por tanta violencia y robos.
Nada es tan claro, sus calles ya no son las mismas,
tienen la mirada perdida, por tanto miedo y dolor.
La realidad no es la misma, de aquellos tiempos no tan lejanos,
de amistad fraterna y sincera, que nunca podremos olvidar.
Si vieras que inseguros estamos, somos caminantes que no caminamos,
ya nada parece igual, pero igualmente no nos resignamos.
Volverán los gorriones a nuestras ciudades, porque a pesar de todo esto,
en cada cuadra o esquina, hay siempre un sentimiento vivo.
Todos estamos en alerta, para cuidarnos, protegernos y reclamar,
no todo es tan difícil y complicado, creemos que la solución pasa por seguir juntos.
Llegarán los días donde la policía ya no estará para tomar mate y hablar por celular.
La policía volverá a cuidarnos, protegernos y brindarnos seguridad.
Volverán los días, donde los fiscales podrán tener las pruebas para acusar a los choros,
y los jueces pensarán tanto en sus derechos como también en los nuestros.
Queremos volver a los tiempos en los que el que roba o delinque va preso,
y no como pasa ahora, que debemos estar enrejados y los delincuentes libres.
Soñamos con un nuevo día, que ya se vislumbra en el horizonte,
porque luego de una noche oscura y fría, siempre surge un amanecer maravilloso.