Cuando todavía se recogían los ecos de esta nueva edición del Rally del Jaaukanigás y, al mismo tiempo, comenzó a vivirse la exposición rural, irrumpió el tema de los traslados de agentes del departamento eléctrico a la plaza 25 de mayo. Cuando se suceden estos traslados, se trata obviamente de una sanción disciplinaria y económica, ya que en la plaza ganan menos que en la parte eléctrica del municipio.
Muchos consideran que estos traslados son parte de una caza de brujas que se inició días atrás con el traslado de Yamila Farollch del área de rentas del municipio a un lugar claramente insalubre ubicado en la parte externa del cementerio, concretamente en un sitio lindante a los puestos venden flores. La explicación fue que su tarea es digitalizar el archivo de la dependencia, en esas condiciones resulta casi una broma.
Las mujeres radicales denunciaron violencia institucional por el caso de la agente mencionada, que fuera trasladada a su nuevo lugar de trabajo, el 4 de julio pasado. “Es un claro acto de persecución política por ejercer libremente su derecho a militar”, señalan en un documento y agregan: “Esto no es un traslado. Es persecución”, enfatizan y reclaman: “La intervención del ministerio de trabajo y el sindicato”, entre otros requerimientos. Dicen también que el caso de este agente no es un caso aislado. El vivero municipal y el cementerio son desde siempre los lugares escogidos para enviar al personal con el cual no se quiere contar.
¿Qué pasó con el personal trasladado a la plaza? Allí la situación fue muy diferente, si bien en un primer momento pareció ser más de lo mismo. Este caso puntual difiere y mucho con respecto al traslado de Yamila Farollch, como se creyó originariamente. Acá sí el sindicato tomó una postura activa. Andrea Paz es la secretaria general del SITRAM y advirtió que se encaminaban a un paro del gremio si la medida no tenía marcha atrás. Se anunció un paro a partir de la hora cero del jueves 7 y posteriormente se comunicó que la medida quedaba suspendida por cuanto el municipio “retrotrajo el traslado de los compañeros y acordó mejorar las condiciones de trabajo”.
El sindicato acordó con el municipio que los operarios regresen a sus puestos de trabajo y se convocó a la Junta de Disciplina, que deberá elaborar un informe de la situación denunciada y determinar responsabilidades en la cadena de mando. Claramente Andrea Paz ganó la pulseada y le dobló el brazo al intendente, que debió dar marcha atrás.
¿Que había sucedido en el departamento eléctrico? Vía Libre tuvo acceso al informe firmado por el encargado de ese departamento, Roberto Gutiérrez. Allí se indica que el viernes 1 de agosto, el tablero principal del anfiteatro estaba en llamas, a poco de iniciarse el Rally del Jaaukanigás. Destaca que ordenó inmediatamente las medidas a adoptar, donde al desperfecto eléctrico se le sumaba el escaso tiempo por la apertura del evento. Luego de explicar con minuciosidad las ordenes impartidas dice: “llegando con urgencia al lugar y al ver que no llegaban los agentes del turno de 12 a 18 horas, miro las cámaras de seguridad y veo que estaban dándose el lujo -es textual- de ingresar a nuestro lugar de trabajo a las 17,57 horas, para retirarse sin llevar el material al lugar del tablero con la gravedad de lo que estaba sucediendo”. Dice Gutiérrez más adelante en su informe: “viendo las aplicaciones de control de ese mismo día, cuando debían cambiar las luminarias de Roca y de Julio, las personas sancionadas y ahora reintegradas, fueron hasta barrio Guadalupe sin aviso alguno, perdiendo horas hombres, combustible y desgaste del vehículo afectado”.
Esto explica muy evidentemente porqué el alumbrado publico es deficiente y fuente de permanentes reclamos por parte de los vecinos, que abonan por un servicio que no reciben, mucho más cuando los delitos parecen no tener fin y siempre la luminosidad ayuda a la seguridad. La inversión es insuficiente, pero si le sumamos la falta de compromiso del personal, no así de su encargado al que la mayoría elogia, se explica porqué tenemos el actual sistema lumínico.
¿Cómo terminó el conflicto? Celebrando si los agentes municipales trasladados, volviendo al departamento del cual habían sido apartados y festejando con una choripaneada en las puertas mismas del edificio de la parte eléctrica. Es de inferir cómo habrá quedado el encargado, que autoridad tiene a partir de esta situación, y la propia pregunta es para el Secretario de Obras y Servicios Públicos, Carlos Castellani, que había dispuesto el traslado.
El mundo del revés. Se dijo oficialmente desde el municipio que para decidir esos traslados deben primero abrirse los sumarios correspondientes. Como la mentira siempre tiene patas cortas, una fuente del propio oficialismo explicó que el secretario puede decidir traslados del personal a su cargo y en el ámbito de su propia secretaría. Por lo tanto, Castellani está facultado para disponer el traslado dispuesto, pero acá le hicieron poner marcha atrás y volver a punto muerto. Curiosamente, en el caso de Yamila Farollch, sí se debió abrir un sumario, por cuanto se trata de un traslado de la Secretaría de Desarrollo Económico a Control Público, que es la dependencia encargada del cementerio.
No es la primera vez que esto sucede. La situación de la militante radical tuvo repercusión en la sesión del jueves del Concejo Municipal. La concejal Arzamendiadescribió minuciosamente lo que ella debió sufrir cuando gobernaba el municipio el partido al que Yamila pertenece. No tengo motivos para no creerle a Costi, porque una vez ya lo manifestó en una entrevista. Considero, sin embargo, que nada justifica hacer algo mal nuevamente, porque los anteriores también lo hicieron, eso no explica ni justifica medidas desacertadas. Lo que está mal, está mal hoy, ayer y siempre. No existe forma de construir futuro, si pensamos siempre en el pasado.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso