La práctica periodística nos indica que, luego de una celebración como la de fin de año, debemos establecer cómo nos comportamos, si fue todo normal o hubo hechos que debemos llevar a la categoría de noticias. Todo, lo bueno y lo malo, desde el primer nacimiento en el hospital, que sucedió a la 01.21 horas de este primero de enero, se llama Liam, pesó 3,300 kgs y sus padres son de Romang. Y también en lo bueno, en esta oportunidad, fue que sobre 238 controles de alcoholemia en Reconquista, solo 4 dieron positivos y en Avellaneda no se registraron conductores alcoholizados. Para celebrar realmente, esto demuestra que las conductas cambian si las políticas de control se mantienen en el tiempo. Aunque nos cueste reconocer, somos hijos del rigor, acá y en cualquier parte del mundo. Recuerdo perfectamente que al viajar por una autopista con un argentino que vive desde hace muchos años en Estados Unidos, admiré la educación vial que observé y me dijo: “infligir una norma de tránsito acá no sale gratis, no son todos buenitos, pero transgredir cuesta caro”.
Cuesta pero todavía seguimos. Es muy cierto, las infracciones de tránsito, que se miden según el precio de la nafta, son cada vez más onerosas. Ello, por sí solo, debería llevarnos a ser más respetuosos de las pautas viales. Pero no siempre es así. Cuando celebramos en Vía libre Radio los poquísimos casos de alcoholemia positiva nos calificaron de ignorantes o de pretender tapar el sol con una mano. ¿No saben ustedes que la gente, especialmente los jóvenes, utilizan una aplicación que va informando sobre el lugar donde se instalan los controles? Mi respuesta fue, ¿no sería más conveniente utilizar toda esa “inteligencia” para no exponernos a una situación que luego debamos de lamentar?
Transgresores e ignorantes. Los testimonios recogidos indican que las transgresiones están en la cumbre, peor la ignorancia un poquito más arriba. Podemos evadir con la “inteligencia criolla” un control de tránsito, efectivamente así es. Lo que no podremos eludir es el gran problema que nos estamos comprando si conducimos con alcohol en sangre y sufrimos un accidente, sea o no nuestra la responsabilidad. Por más precauciones que adoptemos y a la baja velocidad que conduzcamos, viene una moto sin luz y a toda velocidad, el motociclista sin casco y todo puede terminar en una tragedia. Allí no habrá forma de escapar a la responsabilidad, por más que no sea nuestra culpa, simplemente por conducir alcoholizado. Muchas veces es necesario llegar a este tipo de situaciones que a nadie deseo, para darnos cuenta de lo ruinoso que puede resultar transgredir una pauta de educación vial.
La pirotecnia al máximo. Fue otro de los aspectos reseñados por ustedes, que son nuestros lectores y también oyentes. Las quejas fueron muchas. Desde los “hijos de put…”, así Silvia Beltrame calificó la conducta de quienes dispararon cohetes, especialmente en algunas zonas de la ciudad. Vecinos de varios barrios hicieron escuchar también sus quejas al respecto. ¿Qué pasó? ¿Fallaron los controles? El Secretario de Control Público fue contundente: “Se hicieron los controles en todos los comercios habilitados y fueron negativos”. ¿Faltó a la verdad el funcionario? No, dijo exactamente el resultado de los controles realizados. ¿Qué pasó entonces? Otra vez “la inteligencia criolla”. La pirotecnia prohibida ya no se comercializa en el comercio. Se vende por internet, vía Facebook o en todo caso y en menor medida, en domicilios particulares. Y también nos decían, los pesitos que algunos logran hacerse están destinados a la compra de “merca”, o sea para comprar drogas. ¿Estamos verdaderamente mal? No nos salva Milei, Cristina ni el Papa Francisco. ¿Si utilizaramos toda esa prodigiosa creatividad para realizar cosas y emprender acciones positivas, qué diferentes seríamos, ¿verdad?
Lo que viene, lo que viene. Las cámaras con foto multas. La mayoría son quejas, bajo el pretexto que el único propósito que anima a los funcionarios es un fin meramente recaudatorio. No pensamos que si utilizamos el cinturón de seguridad al circular, si no hablamos por celular cuando conducimos, pueden poner todas las cámaras que quieran y no pasará absolutamente nada.
Es cierto, la autoridad se ejerce con el ejemplo, solo la ejemplaridad genera respeto. Las disposiciones que se establecen deben ser cumplidas y exigidas a todos por igual. No es una lucha despiadada, donde mi culpa queda redimida porque el otro tampoco cumple. El automovilista se queja del motociclista, este del ciclista y el que anda en bicicleta del peatón, todos del camionero. Es un todos contra todos, y así no vamos a ninguna parte.
Cuando se señala de dar el ejemplo, es que los vehículos y el personal municipal que en ellos circulan deben estar en condiciones y respetar las normas de tránsito como todo el resto. El ejemplo empieza por casa, es muy cierto. Deseamos para este 2025, que toda la inteligencia y creatividad que nos caracteriza sea utilizada para pensar, proyectar y realizar acciones en positivo. Que así sea!
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José C. Odasso