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Lo que dejó la semana: La Justicia en el banquillo

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La determinación del gobernador Maximiliano Pullaro de recibir en su despacho, junto a tres ministros, un domingo a las 7,30 hs de la mañana, a los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia constituye un dato seguramente sin antecedentes.

Pullalo señala siempre que se debe gobernar 24/7; o sea, las 24 horas, los 7 días de la semana. Se puede estar o no de acuerdo con su gobierno, lo que se debe reconocer es que se trata de una laburante e igualmente exige a su equipo de gestión. Muy cierto todo ello, pero recibir a los cortesanos un domingo a esa hora de la mañana en la casa gris tiene toda una simbología que nadie puede pasar por alto.

Luego del encuentro (o no tan encuentro) las declaraciones fueron en son de paz, aunque no tanto. Se dijo que se habló de presupuesto, de vacantes a cubrir en el poder judicial y de otros aspectos que hacen al funcionamiento del sistema judicial en la provincia.

La pelea de fondo: la edad de los cortesanos. Pullaro no quiere, y no lo oculta ni él ni sus ministros, que los miembros del máximo tribunal con más de 75 años deben acogerse a su retiro jubilatorio como lo establece tanto la constitución provincial como la nacional. Entiende que el ejemplo empieza por casa y mal pueden seguir en sus cargos luego de cumplir el limite de edad constitucionalmente establecido. Los integrantes del alto tribunal guardan silencio de radio sobre este punto divergente. El gobernador no quiere que continúen en sus funciones.

Rafael Gutierrez en la mira. Se trata de uno de los hombres más poderosos de la provincia, que fue designado en la Corte Suprema de la Justicia durante el segundo mandato del entonces gobernador Carlos Alberto Reutemann. Su máxima carta de presentaciones fue que era primo de Mimicha, ex esposa del primer mandatario. En aquel momento de renovación del tribunal ingresaron junto al aludido Rafael Gutiérrez, Eduardo Spuler (por entonces abogado del propio Reutemann) Y María Angelica Gastaldi, amiga del entonces mandatario y ex diputado provincial del PJ. Desde aquel momento hasta la fecha, siguen integrando el máximo órgano de justicia.

Sin embargo, pese a todo el tiempo transcurrido, ninguno como Gutiérrez supo acumular una gran dosis de poder y en absoluto, con sus procederes y dictámenes, se encarga de ocultarlo o al menos minimizarlo. En la práctica, si bien nunca el electorado santafesino lo eligió (infiero que obtendría muy pocos votos), administra un poder significativo más allá del que le concede la constitución por ser el presidente de la corte. Gutiérrez no se circunscribe al poder judicial, tiene marcada injerencia sobre los demás poderes del estado y especialmente en el justicialismo, aunque su influencia es transversal también a los demás partidos políticos a partir de ocupar el máximo cargo en la justicia. Pullaro sabe perfectamente lo que aquí se manifiesta y tiene la firme determinación de concluir con ese poder oculto desde el pedestal que Gutiérrez viene ocupando.

Predicar con el ejemplo. “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago” ya no sirve más. Este mal precepto es lo que derivó en que la gente, el hombre y la mujer de a pie, descrea de las autoridades que ejercen cargos en los tres poderes del estado. La falta de credibilidad y confianza es una clara debilidad de nuestras instituciones y muy seguramente una de las fuentes de todos los males.

La autoridad se ejerce desde la ejemplaridad. Gutiérrez y los demás jueces cortesanos deben ser un ejemplo y no una excepción. Deben respetar los preceptos constitucionales primero, para luego poder administrar el servicio de justicia en la provincia.

La justicia en la picota. Si la cabeza está en problemas, el resto del cuerpo también. El sistema judicial no funciona correctamente. Históricamente se aduce que faltan cubrir vacantes (la Cuarte Circunscripción Judicial puede dar cuentas de ello) y el presupuesto es insuficiente (aunque según el ministro de Gobierno, Fabian Bastia, el poder judicial ya ejecutó, entiéndase gastó, el 109% del presupuesto previsto para el año en curso).

La pregunta es: ¿con el actual estado y estructura del poder judicial y los recursos humanos y económicos, se podría brindar un mejor servicio? La respuesta, sin dudar, es afirmativa. Si, se puede brindar una mejor atención a la comunidad que recurre a la justicia.

Los recursos serán siempre limitados ante necesidades en vertiginoso crecimiento. La convicción es que, con esfuerzo, trabajo, y especialmente compromiso, se podrían obtener otros resultados. A todo esto, quién efectivamente controla las horas que los jueces y fiscales efectivamente trabajan. Seguramente falta personal, pero tampoco sobra compromiso

Pullaro quiere cambiar la corte. Parece ser una firme determinación ya adoptada. Es más, funcionarios cercanos al propio gobernador, indican que en un cuadro de prioridades, la reformulación de la cabeza de la justicia supera al proyecto de reforma de la Constitución Provincial. La justicia no funciona, es una realidad inocultable, así no se puede seguir. Es de desear que si algo se cambia sea para bien, el sistema constitucional se fundamente en gran medida y como ultima instancia en el máximo órgano del poder judicial, que en Santa Fe, precisamente son los primeros en no respetar los preceptos de nuestra carta magna. Algo debe cambiar y para bien.

Les deseo una feliz semana.

Lic. José Carlos Odasso

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