Son tiempos bien movidos los que estamos atravesando, nada que no hayamos vivido ya en algún otro momento. La gente de esta zona somos pilotos de tormentas y siempre se logró superar las adversidades que se fueron presentando. Estos momentos tampoco son fáciles y se convierten en verdaderos desafíos hacia el futuro.
Las instancias electorales siempre generan oleajes de diferente intensidad según cada elección. Pero la política es la lucha por el poder, unos por quedarse y otros por llegar, nada que no se conozca. Sucede aquí y en cualquier parte del mundo. Con decir “la política y los políticos no me interesan” no se soluciona nada, otros interesados harán lo que nuestro desinterés no quiera realizar.
El contexto nacional sigue siendo un mar bravío. Cuando todo parecía tender a la calma, el propio gobierno se encargó en gran medida de sembrar más dudas que certezas. Muchos que hasta hace pocas semanas decían esto que está pasando es único, nunca se vio, ahora manifiestan también cierto temor y desconcierto. Se preguntan ahora: ¿no será una película que los argentinos ya vimos infinidad de veces?
La cerealera concursada es otro gran desafío. Sin dudas, el concurso de Vicentín está cruzado por una cuestión ideológica y puja de intereses. No es la intención de este periodista y en este espacio editorial referirme a este tema puntual. El norte debe, como región, abrir el paraguas porque se deben buscar, para luego encontrar alternativas viables que sostengan las fuentes de empleo existentes, a pesar del concurso. Vicentín no volverá a ser lo que era, eso está claro. Lo que se debe trabajar es para sostener los 1.000 puestos de trabajo directo que existen en el complejo industrial de Avellaneda.
Sumando al futuro incierto de la algodonera que representan otros casi 400 fuentes de empleo, más el frigorífico cuyo futuro no está suficientemente asegurado, son 2.200 puestos de trabajo directo. Se dice que por cada puesto se generan 2 o 3 indirectos, multipliquemos y nos daremos cuenta que hay razones más que suficientes para preocuparse. Más de 10.000 familias ven peligrar sus fuentes de empleo.
Los ni-ni. Son los jóvenes y no tan jóvenes ya, que no estudian ni trabajan, pero que son parte de nuestra realidad y que lamentablemente se siguen incrementando. Tienen en gran medida su origen en los 90 y se incrementaron exponencialmente durante la “década ganada”. No quieren, y si quisieran, tampoco podrían trabajar porque no califican para ningún empleo. Ignoran absolutamente la cultura del trabajo, no tienen espejos en los cuales poder referenciarse.
No está todo perdido. Claro que no, absolutamente no. La Expo Empleo Reconquista fue una muestra contundente del valor que la gente de nuestra región atesora para bien.
Son nuevas iniciativas que deben generarse. Corresponde destacar el compromiso del Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Roald “Coco” Báscolo. Él sostiene que el ministerio a su cargo no puede limitarse a tratar de resolver conflictos laborales, que existen obviamente. La mirada de Coco y de este gobierno provincial va más allá. Apuntan a capacitar a la gente que quiere trabajar y de ser un nexo o puente con las empresas.
Es la primera vez que se realiza en Reconquista una instancia de estas características y reunió a más de 30 empresas y 1.000 participantes. Esta iniciativa, realmente inspiradora, se estima generará más de 200 empleos. Es una demostración que muchas personas quieren trabajar todavía y apuestan a que el futuro siga pasado por el trabajo. Ese es el camino y esa es una función que el estado debe de alentar, dinamizar y fortalecer.
La UOCRA va por el mismo camino. Luego de entrevistar al Ministro Báscolo en Vía Libre Radio, se comunicó con nosotros el titular de la Unión Obrera de la Construcción. Ricardo Benítez nos llamó para decirnos que ellos también, con el aporte del gobierno de Pullaro a través del Ministerio de Trabajo, estaban este mismo jueves realizando un curso de capacitación, que no era el primero por otra parte. Benítez reconoció la necesidad de capacitarse que tiene el personal de la construcción. Escuchar esto de la boca de un sindicalista, no todos, es cierto, hasta hace poco tiempo atrás resultaba casi impensable.
No solo alcanza con las ganas de trabajar, hay que calificar para el puesto de trabajo que uno aspira y las exigencias son cada vez mayores. Lo que acaba a de suceder esta semana, entre tantas pálidas, motiva e ilusiona satisfactoriamente.
Les deseo una muy buena semana.
Lic. José Carlos Odasso