El debate originado hacia fines del último año parlamentario sigue escribiendo nuevos capítulos. Cabe recordar que el proyecto de ficha limpia fue un proyecto impulsado por el PRO, que finalmente no pudo ser ni siquiera tratado en una sesión de la cámara de diputados por falta de quorum. La iniciativa no logró concitar el interés de 129 legisladores, que constituyen la mitad de los miembros de la cámara baja del congreso nacional. Un verdadero bochorno, mucho más teniendo en cuenta que diputados del propio PRO no se hicieron presentes en la sesión para que no haya quorum y por lo tanto el proyecto se caiga como efectivamente sucedió.
Todos terminan siendo castas. El gobierno libertario de Milei desde siempre proclama ir en contra de las castas enquistadas en el poder político, pero también las castas sindicales, del poder judicial, de los empresarios y la lista es indudablemente mucho más extensa. Los diputados oficialistas tampoco bajaron al recinto para que el proyecto de ficha limpia pudiera ser tratado y allí terminaron “enchamigados” con el propio Kirchnerismo que entendió y entiende que el ojo de la iniciativa apunta a Cristina. Cuesta entender, pero la realidad política muchas veces brinda este tipo de sorpresas y esto ratifica aquel viejo adagio que posee rigurosa actualidad: “la política es el arte de lo posible” y hoy podría agregársele de lo imposible también. El poder de la casta no tiene prejuicios ni pruritos, allí todo es factible.
La corrupción de la política. Muchos dicen que los medios periodísticos son los responsables de crear esa opinión en la gente. Milei no es la excepción. Carga contra quienes califica de casta, pero termina pactando con la casta y así es una parte más de ella. El no tratamiento del proyecto de ficha limpia es un ejemplo revelador e irrefutable. No hubo escrúpulos de ninguna naturaleza. Existe lo que se llama espíritu de cuerpo: “Hoy por ti, mañana por mí”. Es muy cierto, las generalizaciones son injustas y no corresponde responsablemente colocar a todos en la misma bolsa.
El caso más emblemático de estas últimas semanas, es el del senador Kirchnerista entrerriano, travestido libertario, que fue encontrado con su secretario en Ciudad de Este, Paraguay, pretendiendo ingresar ilegalmente más de 200 mil dólares. Se trata de Luis Kueider, que también tiene causas abiertas en la justicia argentina.
Pero lo del senador Kueider no es la excepción. Casi en forma simultánea, se conoció públicamente también la situación del diputado del PRO, Cristian Ritondo. Se conoció que su esposa posee en Estados Unidos propiedades por mas de 2 millones de dólares de dudosa procedencia; es decir, que tampoco pueden justificar y que no figuran en su declaración jurada. Macri decidió guardar silencio, como así también todas las espadas del partido amarillo. El único que salió en su defensa, casi como un llanero solitario, fue el propio Javier Milei. Razones deben existir para que haya adoptado esa actitud cuando el propio partido de Ritondo no lo hizo.
Actitud de preservación e impunidad. La casta política, al decir de los libertarios con el presidente a la cabeza, aunque cada vez genere menos asco tener que tranzar con ella, busca afanosamente su preservación. Esto significa algo más grave que la corrupción y es la impunidad. Se aferran a los fueros parlamentarios, entre otras medidas precautorias, y por ello quieren y necesitan seguir siendo legisladores de la nación. El cargo les asegura impunidad. Aquí también, hay representantes muy honestos, pero son una honrosa minoría.
El gobierno acaba, sobre el final de la semana, de enviar el temario de temas que pretende sean tratados en el período extraordinario de sesiones legislativas. Allí incluye un proyecto de ficha limpia, que dice ser superador del que no se trató el año pasado. ¿Será así, será que esta vez esta alternativa de oxigenación de la clase política podrá ser aprobada?
Está por verse. Lo cierto es que a las reformas económicas, regulatorias y políticas que se vienen implementando, también se le debe agregar la necesaria transparencia de los políticos, de lo contrario no se podrá terminar con la casta como dice querer Milei. Es de desear que así sea.
Les deseo una excelente semana. Luego de un breve y necesario descanso, que seguramente será reparador y permitirá recuperar fuerzas, nos volveremos a encontrar y compartir este espacio de opinión y reflexión.
Lic. José Carlos Odasso